Colombia recibe un premio por ser el país de América Latina que más reformas ha hecho para facilitarle la vida a las PYMES. Así lo logró.

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Hacer empresa en Colombia es una labor quijotesca. Instalar una línea telefónica puede tomar semanas, registrar los empleados en una EPS horas de fila y solicitar el tk de factura ante la DIAN una mañana entera esperando a ser atendido. Esto sin contar los costos de los parafiscales, del registro mercantil y de notariado. Por eso muchos pequeños empresarios optan por la informalidad: es más barato y a veces la única forma de arrancar.

Hacer empresa en Colombia es una labor quijotesca. Instalar una línea telefónica puede tomar semanas, registrar los empleados en una EPS horas de fila y solicitar el tk de factura ante la DIAN una mañana entera esperando a ser atendido. Esto sin contar los costos de los parafiscales, del registro mercantil y de notariado. Por eso muchos pequeños empresarios optan por la informalidad: es más barato y a veces la única forma de arrancar.

El gobierno de Uribe se ha empeñado en cambiar esta situación. Cuando el Presidente se enteró hace cinco años que había un concurso internacional promovido por el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional que rankeaba los países según la facilidad para hacer negocios, se obsesionó en mejorar la clasificación de Colombia.

En ese momento, el país aparecía en el puesto 76. Hoy, está en el puesto 53. Además, aparece de primero en América Latina y el Caribe y dentro de los 10 primeros del mundo que más reformas han hecho para mejorar el entorno empresarial. Por eso, hoy el Ministro de Comercio Luis Guillermo Plata recibirá en Viena el Premio Doing Business, que mide la facilidad de los trámites empresariales para pequeñas y medianas empresas.

Desde el 2007, Plata creó una gerencia para coordinar, con la asistencia técnica del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional, los equipos que desde los diferentes ministerios trabajan para facilitar los trámites que tienen que surtir los empresarios. La labor no ha sido fácil porque ha exigido trabajar de la mano con bancos, cámaras de comercio, curadurías y empresas privadas.

¿Qué ha cambiado?

Los cambios no han sido radicales, pero cuando los márgenes de un negocio son pequeños cualquier ahorro en tiempo o dinero cuenta (ver recuadro).

El número de trámites para pago de impuestos se redujo a la mitad. Además, los futuros empresarios ya no tienen que ir ante un notario para constituir su empresa, basta con un documento privado.

El problema es que muchas veces estas normas no han sido ampliamente divulgadas y por lo tanto no se aplican. Por eso es clave que los empresarios las hagan exigir. Por ejemplo, las curadurías urbanas tienen 45 días para responder las solicitudes de licencias de construcción y si no lo hacen, se debe entender que la solicitud fue aprobada. ¿Pero quién sabe eso?

Algunas de las soluciones más eficaces han sido de tipo tecnológico. El Ministerio de Comercio creó el portal www.vuce.gov.co Ventanilla Única de Comercio Exterior, para que los empresarios puedan hacer por Internet todos los trámites de comercio exterior. Y gracias al portal www.crearempresa.com, las personas que quieran abrir un negocio en determinada zona de Bogotá pueden hacer la consulta de suelos sin ningún costo. Pero quizás lo que más ha facilitado la vida de los pequeños gerentes, es la posibilidad de pagar los aportes parafiscales a través de la la PILA (planilla integrada de liquidación de aportes).

“Hay acciones concretas que se han desarrollado para facilitar los trámites, sobre todo para crear una empresa”, dijo a La Silla Vacía el Presidente Ejecutivo Nacional de Acopi, que agrupa a las Pymes. “Sin embargo, es urgente trabajar para rebajar el número de trámites que se requieren para disolver una empresa pues esto representa una verdadera tortura para los empresarios”.

Aunque el concurso Doing Business no refleja necesariamente la facilidad para hacer negocios en todo el país, pues la medición se hace tomando a Bogotá como referencia, es una buena noticia que el Gobierno haya establecido compromisos, indicadores y metas a corto y largo plazo para mejorar las condiciones de hacer pequeña empresa. Si además, el país se da un pantallazo internacional, mejor.

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