La palabra que ahora está de moda en los círculos políticos es “consulta interpartidista”. La han pintado de todos los colores. Dicen que habrá consulta roja entre Germán Vargas Lleras y el candidato oficial del liberalismo, una multicolor entre los “Quíntuples” y una de los partidos uribistas para elegir el sucesor del Presidente en caso de no haber reelección. Pero de la nube política a la realidad hay mucho trecho y ningún político se ha sentado en serio a pensar cómo se van a hacer estas consultas.
Primero se harán las consultas internas de varios partidos. El 27 de septiembre tres de ellos elegirán su candidato oficial a la Presidencia: el Partido Liberal, Opción Centro, Partido Conservador y el Polo. La U y Mira saldrán a las urnas, pero a definir quiénes estarán en sus listas al Congreso.
Pero como ningún partido tiene los votos suficientes para elegir por sí mismos un Presidente, les toca empezar a sumar alianzas para sacar un candidato de coalición que compita en la primera vuelta.
El candidato de coalición avalado por varios partidos es una nueva figura creada por la reforma política aprobada en el Congreso hace unos días. Estos candidatos serán definidos en consultas “interpartidistas".
Las tres consultas interpartidistas
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Los uribistas
Para los uribistas, la consulta es apenas una hipótesis política. También han pensado en la opción de una encuesta nacional donde el aspirante que sume más intención de voto sea el candidato de la coalición para la primera vuelta. “Otra opción es que el candidato único uribista sea el que logre la lista más votada en las elecciones de Congreso de marzo del 2010. Pero lo más probable es que terminemos optando por una consulta interpartidista”, dijo a la Silla Vacía el representante Roy Barreras, Coordinador de Integración del Partido de la U. |
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La oposición
Pero, Vargas no ha ido más allá de hablar con César Gaviria sobre el tema y de poner la condición de que no participe el Polo. No tiene ni idea de cómo sacará a las urnas la gente de “tendencias liberales”. Empezando porque invitó públicamente a Juan Manuel Santos a unirse, pero nunca ha hablado personalmente con él sobre el tema, según lo aseguró uno de los asesores de campaña de Vargas a La Silla Vacia. |
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Los independientes
Si los independientes quieren sacar la gente a las urnas para una consulta, tienen que asumir los costos de su bolsillo. Y si uno de estos “Quíntuples”, digamos Lucho Garzón, quiere participar en la consulta de Vargas y los liberales o si Marta Lucía Ramírez quiere participar en la de los uribistas, le tocaría hacerlo con el aval de algún partido ya constituído. |
Las consultas interpartidistas nunca antes se han hecho en el país. Legalmente, sólo están permitidas desde la reforma política que acaba de salir del Congreso.
El Consejo Nacional Electoral tiene que reglamentar en detalle cómo va a funcionar el mecanismo. Según el ex magistrado del Consejo Nacional Electoral, Antonio Lizarazo, tiene que definir varios asuntos: cómo se va a repartir la plata de la reposición de votos que se obtenga en estas consultas interpartidistas pues son varios los partidos que participan; cómo es el proceso de inscripción y si aparecerán los logos de todos los partidos; si los topes de campaña son por partido o por coalición, etc.
El otro problema, que es aún más complicado, es la plata. Estas consultas interpartidistas le salen caras a la Registraduría. En época de vacas flacas, cuando el Registrador Carlos Ariel Sánchez acaba de anunciar que por falta de plata 4 millones de colombianos que aún no han inscrito sus cédulas se pueden quedar sin votar, este gasto adicional será difícil de soportar.
Las tres consultas internas de partidos realizadas en el 2008 costaron 20,000 millones de pesos, según la Registraduría. Si este año, se hacen internas e interpartidistas, el gasto se duplicará, como mínimo. Esto, sin contar lo que costaría convocar al referendo.
“En medio de una coyuntura de dificultades económicas no se compadece hacer un montón de ejercicios electorales, pero hay que invertir en democracia”, afirmó Alfonso Portela, director de gestión electoral de la Registraduría.
El Registrador y los “caciques” tendrán mucho trabajo, pues en seis meses tienen que sacar a la gente a las urnas cuatro veces: el día de las consultas internas, el día del referendo (si lo hay), la fecha de las elecciones legislativas que sería el más apropiado para las consultas “interpartidistas” y el día de las elecciones presidenciales. Por eso los jefes de partido tienen que ir pensando en fechas y haciendo preparativos.
Que todas se hagan el mismo día de las elecciones de Congreso sería lo más práctico, pero hay partidos a los que no les conviene esperar tanto. A los liberales, que por ahora están todos de coleros en las encuestas, les convendría hacer la consulta interpartidista tan pronto elijan su candidato oficial en septiembre. Entre más rápido logren los liberales sumar votos de otros partidos para tener un candidato fuerte, más pronto activan la bola de nieve de las adhesiones.
Los jefes de los partidos tiene que hacer pedagogía para que la gente aprenda a manejar tantos tarjetones y cambiar los estatutos internos de los partidos para que los congresistas de su colectividad queden obligados a apoyar el candidato de coalición que resulte de la consulta. Porque la principal implicación de las consultas interpartidistas es que los congresistas, concejales y diputados de los partidos que le apuestan a un candidato de alianza, quedan obligados a votar y mover votos a favor del candidato de coalición si no quieren ser castigados por el delito de doble militancia.
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