Foto tomada de www.fiscalía.gov.co

Hace un año, después de los agitados días en que la entonces empresa Greystar impulsaba un proyecto minero  a cielo abierto en el Páramo de Santurbán, cerca de Bucaramanga, y la oposición de la sociedad civil se manifestaba multitudinariamente, el Ministerio de Medio Ambiente negó la licencia para este proyecto.

La calma que ha aparecido desde entonces es solo aparente. La empresa espera a que el Instituto von Humboldt delimite el Páramo para presentar una nueva solicitud de licencia ambiental. 

La sociedad civil, a través del Comité de Defensa del Agua, que reúne más de 40 organizaciones en Bucaramanga, sigue desarrollando estrategias para bloquearlo.

Una de ellas fue el envío de una queja la Oficina del Asesor de Cumplimiento Ombudsman (CAO) una queja que fue aceptada el 16 de julio de 2012. 

La CAO es un organismo independiente que evalúa proyectos financiados por la Corporación Financiera Internacional (del grupo del Banco Mundial) a petición de las comunidades afectadas por ellos.

La empresa al acecho
Gabriel Pulido (arriba) es uno de los líderes desplazados de Mampuján, que ahora está enfurecido con la Unidad de Víctimas dirigida por Paula Gaviria (abajo), por el tiempo que se ha demorado el gobierno en reparar a las familias desplazadas.

La entonces empresa Greystar, de origen canadiense, cuenta con seis títulos mineros de más de 50 mil hectáreas  desde principios del siglo, muchos de ellos vigentes por veinte años.

Por eso, aunque el Ministerio negó la licencia para el proyecto minero propuesto, entonces a cielo abierto y llamado Angosturas, la empresa puede volver a intentarlo y eso es lo que hará.

A principio de año, la empresa generó un cambio corporativo y ahora lleva un nuevo nombre: Eco Oro, cuya página está en inglés.  Para la empresa se trata de un cambio filosófico que “se traduce en el cambio en la estructura accionarial,  de la junta directiva, cambio del equipo directivo y cambio cultural, el cambio en general del direccionamiento estratégico y por supuesto cambio en el diseño del proyecto que la antigua Greystar presentó al gobierno.“

A lo largo de 2012, la empresa ha realizado actividades exploratorias en la región.  Sin embargo, según se lo contó a La Silla Vacía, no ha sido en el Páramo.

El Ministerio de Ambiente, en su visita a principios de marzo a la región constató que Eco Oro se encontraba haciendo exploraciones por debajo del Páramo, pero que no se realizaban de manera ambientalmente adecuada.

La empresa le dijo a La Silla Vacía que presentará una nueva solicitud.  El proyecto será en la región de Soto Norte y no sabe exactamente cuándo se presentará la nueva solicitud, “ya que nos encontramos desarrollando el estudio de prefactibilidad“.

Además, afirmó que respetará la delimitación del Páramo que se encuentra haciendo el Instituto von Humboldt.

La delimitación del Páramo
Ricardo Sabogal fue nombrado director de la Unidad de Tierras este año, y en enero en caso de Mampuján pasó a estar a su cargo.

En el Páramo de Santurbán hay  35 lagunas  y nacen los ríos Vetas, Suratá, Charta y múltiples quebradas que nutren los acueductos de  20 municipios de ambos Santanderes.

La legislación prohíbe minería en Páramos, pero en las condiciones actuales es técnicamente difícil ubicarlos con exactitud. Por eso, el PND le ordenó al Humboldt delimitarlos.

Brigitte Baptiste, directora del von Humboltd, explicó a La Silla que determinar cuándo se está ante un Páramo es difícil, porque no depende solo de características visibles como la presencia de frailejones, sino de factores mucho más complejos como por ejemplo el clima, el relieve y el suelo. 

El Instituto von Humboldt trabajó el año pasado en la fijación de criterios para determinar cuándo se está ante un Páramo.

Explicó también que la otra dificultad para definir el Páramo radica en que la escala a la que están delimitados hoy los Páramos no es muy precisa. Una línea en el mapa puede ser en terreno una franja de medio kilómetro.  Y esto tiene duras implicaciones prácticas, pues esos 500 metros podrían ser determinantes para un proyecto minero.

Por eso, el trabajo del Humboldt a lo largo de este año ha buscado una metodología mucho más precisa. Se ha pasado de una escala de 1:250 (en donde cada unidad del mapa corresponde a 250 en la realidad) a una de 1:25000, lo cual reduce 100 veces la incertidumbre.

El Humboldt se reunirá esta semana con la Corporación Autónoma Regional para la defensa de la meseta de Bucaramanga (CDMB) para terminar de construir esta delimitación.

En cuanto esté hecho el nuevo mapa, habrá claridad sobre el área en donde no puede hacerse minería. 

Por debajo de esta área,  cada  caso será evaluado por el Ministerio de Ambiente  en los procesos para dar las licencias ambientales y hacerles seguimiento.

El Ministerio hasta hoy no ha recibido ninguna solicitud de licencia ambiental de la empresa Eco Oro.  

Sin embargo, un actor regional puede cambiar este panorama. La CDMB está trabajando para constituir en el parea el Parque Regional Natural de Santurbán, en donde también quedaría excluida cualquier actividad minera.  

Está aun por verse si este parque se traslapará totalmente con la delimitación que haga el Humboldt o si irá más allá.  

La Corporación aun no ha decidido y tiene varias presiones encima. El Ministerio de Minas, por ejemplo, le dijo en un concepto en diciembre de 2011 que la declaratoria del parque “estaría en oposición de la política de atracción de inversión en el sector minero“.

La queja ante la CAO
Ricardo Sabogal fue nombrado director de la Unidad de Tierras este año, y en enero en caso de Mampuján pasó a estar a su cargo.

Mientras la empresa realizó cambios internos y planea un nuevo proyecto,  y mientras se delimita al Páramo, la sociedad civil sigue buscando cómo frenar el proyecto.

Así se trate de minería subterránea y por debajo del Páramo, el Comité de Defensa por el Agua lo ve como una amenaza a los recursos hídricos de la región.

Por eso, en marzo de este año, el Comité por el Agua convocó en marzo a 4000 personas a la marcha por el agua.

El Comité se reúne cada miércoles para buscar estrategias. Entre ellas, encontró la de acudir a un mecanismo de supervisión independiente de la Corporación Financiera Internacional.

Resulta que esta Corporación, del mismo grupo del Banco Mundial, invirtió en el proyecto minero promovido por Greystar. El Comité de Defensa por el Agua afirma que la CFI  hizo el desembolso en contravía a sus propias directrices, pues invirtió antes de la existencia de un estudio ambiental y social.

Además, porque lo hizo  en contra del mandato de que las empresas tienen que respetar la normatividad del país en donde realicen sus actividades. El Comité argumenta que la entonces Greystar promovió la licencia en Páramo en contra de la legislación vigente y ha sido sancionado varias veces por actividades exploratorias irregulares.

Desde que la CAO aceptó la queja hay un nuevo actor en el panorama, ahora internacional, que está supervisando el proyecto.

Lo que diga este organismo en su informe final no es obligatorio. De todas maneras, un pronunciamiento suyo en contra del proyecto podría minar aún más su legitimidad ya muy cuestionada.

En todo caso, el Comité sabe que esta solo es una pieza en su pelea por el agua. Para Miguel Ramos, del Comité de Defensa por el Agua, en últimas no son las entidades gubernamentales, sino  “el pueblo santandereano y colombiano el que va a detener el proyecto.“

Para octubre se tiene pensada una marcha de  100.000 personas.

Así, la tensión entre el agua y el oro, sigue escalando.