Cundinamarca: el nuevo frente de oposición que se le abre a Peñalosa

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La encuesta Gallup que salió la semana pasada y que es la primera en medir a los nuevos alcaldes de las ciudades principales muestra que Enrique Peñalosa es el único al que no le va bien en el arranque de su gobierno, posiblemente porque inició su mandato buscando concretar su visión de ciudad sin hacer esfuerzos por crear unos mínimos consensos. Lo grave es que parte de su visión incluye a los municipios vecinos, con los que tampoco ha construído consensos.

La encuesta Gallup que salió la semana pasada y que es la primera en medir a los nuevos alcaldes de las ciudades principales muestra que Enrique Peñalosa es el único al que no le va bien en el arranque de su gobierno, posiblemente porque inició su mandato buscando concretar su visión de ciudad sin hacer esfuerzos por crear unos mínimos consensos. Lo grave es que parte de su visión incluye a los municipios vecinos, con los que tampoco ha construído consensos.

Por eso, a la oposición que tiene Peñalosa en Bogotá se le está sumando otra que puede terminar siendo mucho más fuerte: los municipios vecinos. Aunque hasta ahora solo se sabe del choque con el alcalde de Mosquera, son varios los alcaldes que se están organizando en un bloque en contra de sus propuestas bajo la batuta del Gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, que tiene una visión distinta del futuro de la región y unas aspiraciones políticas para las que puede ser muy útil consolidar ese bloque de alcaldes.

Bogotá vs. Cundinamarca

En los dos meses que ha estado en el Palacio Liévano, Peñalosa ha hecho muchos anuncios y declaraciones que tienen que ver directamente con sus vecinos y que no han caído muy bien entre los nuevos alcaldes.

A principios de enero, Peñalosa trinó:

Después dijo que los trenes ligeros (como el que han estructurado la Nación, el Departamento y el Distrito entre Facatativá, Mosquera, Bogotá y Soacha), no sólo no tienen estudios sino que “no funcionan (...) son carísimos y hacen menos que los buses y cuestan más”. Y que su propuesta era prolongar la futura primera línea de metro para que llegue hasta Mosquera.

Tras esas declaraciones, Rey respondió pidiéndole “no gobernar por Twitter” y lo pidió una reunión el jueves 21 de enero.

Allí, crearon una mesa técnica con representantes de alcaldía y Gobernación (los demás alcaldes no estaban presentes porque Rey los representa en la discusión) para que en un mes tuvieran acuerdos sobre tres temas.

Primero, definir cuáles de los proyectos de Alianzas Público-Privadas  para construir vías de acceso a Bogotá van a iniciar; segundo, el proyecto del tren de cercanías o Regiotram y la construcción de las fases 2 y 3 de Transmilenio en Soacha; y, finalmente, la propuesta para el desarrollo territorial urbano en la sabana que Peñalosa ha llamado “Ciudad Paz”.

Ese último anuncio, que es uno de los más importantes para concretar su visión de ciudad  ha generado mucha polémica. ‘Ciudad Paz’, es la forma en la que según Peñalosa debe crecer Bogotá en los próximos 40 años para albergar a los 3 millones de personas adicionales que el Alcalde dice tendrá la capital en 2050. Y se concreta en construir viviendas en 15 mil hectáreas de Bogotá y sus vecinos en cuatro megaproyectos: Ciudad Mosquera (416 mil viviendas), Ciudad Bosa-Soacha (292 mil viviendas), Ciudad Río (350 mil viviendas en alguna zona entre Cota, Funza y Mosquera) y Ciudad Norte (494 mil viviendas en el borde norte de la ciudad y encima de la Reserva Thomas Van der Hammen). Este último es el único que está entre los límites de la ciudad.

Por parte del Distrito, la mesa la encabeza por Ignacio de Guzmán, un empresario que fue gerente de Transmilenio en la pasada administración Peñalosa y  quien es amigo personal del alcalde. Y por parte de la Gobernación, está el ex viceministro de infraestructura y ex gerente del Sitp, Javier Hernández.

El plazo inicial de la mesa técnica venció hace dos semanas. Aunque los equipos se han reunido unas cuatro veces, la discusión ha sido compleja. Pero La Silla supo que esta semana de Guzmán y Hernández le presentarán a Rey y a Peñalosa los acuerdos a los que han llegado la mesa, y que ahí el alcalde y el Gobernador decidirán si hay acuerdo o no.

Según una de las fuentes que conoce lo avanzado, frente a los dos primeros temas podría haber algunos acuerdos, sobre todo en lo que tiene que ver con movilidad. En cambio, el desarrollo urbano regional sólo se ha estudiado “de manera general”, según una fuente que ha estado involucrada en ese proceso, por lo que probablemente se prolongue esta discusión.

“(Los alcaldes de los municipios vecinos y el Gobernador) no llevan sino dos meses elegidos y no han tenido el tiempo para digerir lo que está pasando. En cambio, Peñalosa lleva pensando en esto mucho tiempo. Ellos sienten que el Distrito no tiene por qué meterse [en sus territorios] pero es que también son nuestros problemas”, le dijo a La Silla una fuente del Distrito que está dentro del equipo de la mesa técnica.

Así que a nivel técnico la discusión puede estar avanzando, aunque lentamente. En cambio, a nivel político y como los alcaldes aún no se han sentado en la mesa técnica, los anuncios de Peñalosa han despertado malestar ellos porque quieren defender su autonomía, una pretensión en la que están aliados con Rey.

El bloque de Rey

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Rey, con avales de Cambio Radical, La U, Así, Mais, Aico y Opción Ciudadana (y un sector del liberalismo), barrió en las elecciones. Ganó con el 53 por ciento de los votos, contra el 35 de su rival Nancy Patricia Gutiérrez (apoyada por el conservatismo y el Centro Democrático), y tuvo la mayoría en 95 de los 116 municipios del departamento. Pero sobre todo ganó por los votos que le pusieron en Mosquera, Funza, Facatativá y Madrid, justamente municipios de la Sabana y sus fortines.

En ellos Rey le sacó una ventaja de más de 20 puntos a Gutiérrez. En Funza -donde Rey fue Alcalde hace 8 años- la ventaja fue de 59 puntos y en Mosquera -cuyo anterior alcalde es jefe de gabinete de Rey- fue de 56 puntos.

También ganó -aunque con menos ventaja y con la excepción de Nemocón- en todos los municipios de la sabana de Bogotá, incluyendo los más grandes e importantes como Soacha, Chía y Zipaquirá.

Como en esta región del departamento están los municipios más ricos y poblados, son los que ponen gobernador. Y en ellos “Rey es el rey”, como le dijo a La Silla una fuente que conoce bien la política del departamento. Algo similar dijeron un ex congresista y un asesor del Gobernador.

De hecho, Rey es el jefe político de los alcaldes de Mosquera y Funza. Y se eligió en alianza con los de Chía, Soacha, Facatativá y Madrid, entre los más importantes. Por eso, esta pelea con Peñalosa le sirve para reforzar el grupo político que lo llevó al poder.

Eso le viene como anillo al dedo a cualquier plan político futuro que tenga. El puesto de gobernador es un trampolín político usual para el Senado, y una fuente cercana a Rey dice que esa posibilidad es real. Además, él ha mostrado ambición política con decisiones como la de renunciar a la Cámara tras apenas llevar tres meses en ella para buscar la Gobernación y, como solo tiene 40 años, tiene camino por delante.

Sin embargo, no todos los políticos del departamento ven el bloque con buenos ojos. “Los alcaldes están alegando su autonomía. Pero es autonomía la está absorbiendo el Gobernador”, le dijo a La Silla un político del departamento que no estuvo con él en la campaña.

Sin embargo, en la práctica el Gobernador sí está liderando el contrapunteo con Peñalosa, quizás porque muchos de los alcaldes afectados hacen parte del bloque que ganó las elecciones con él.

La oposición

“El alcalde [Peñalosa] ha comentado las líneas que tiene para Bogotá y los alcaldes se han venido enterando por Twitter y por medios de comunicación de sus aspiraciones y sus sueños. Por ejemplo, Ciudad Mosquera. Lógicamente [los alcaldes] están muy inquietos. No tienen ni idea de qué se trata ni de los estudios que se han hecho a vuelo de pájaro [para sustentarlos]. También hay incertidumbre frente a los peajes. Y no están de acuerdo, como es natural, porque nuestra visión es distinta”, le dijo Rey a La Silla.

 

“Yo he dicho que le tengo dos regalos al Alcalde Peñalosa. Primero una Constitución, para que sepa que los municipios tienen autonomía y segundo un mapa de Colombia, para que vea hasta dónde llegan los límites de Bogotá”, le contó a La Silla el alcalde de Chía Leonardo Donoso.

A pesar de que según él lo dice “en tono jocoso”, eso no oculta su molestia. Y no es el único.

El 25 de febrero, Peñalosa citó a los alcaldes de los 11 municipios con mayores relaciones de tipo urbano con Bogotá a una reunión del Comité de Integración Regional, donde tienen asiento. Quería presentarles su propuesta pero en lugar de alcaldes llegaron los secretarios de planeación, según supo La Silla, porque el Gobernador Rey no podía asistir. Según uno de ellos, esa decisión no fue gratuita y muestra que el bloque existe. 

Al día siguiente el alcalde de Mosquera, Emilio Casallas, dijo en los micrófonos de Caracol que no va a autorizar “un solo proyecto de vivienda más, mientras solucionamos la problemáticas que tenemos los actuales habitantes del municipio”. Se refería al proyecto de ‘Ciudad Mosquera”.

Esas declaraciones de Casallas molestaron a Peñalosa, quien respondió en esos mismos micrófonos

“Parece que en la Alcaldía de Mosquera no quiere el metro ni que llevemos el agua y las vías como la Avenida Las Américas, ni la Primero de Mayo, Avenida Villavicencio y que se pueda hacer una gran urbanización muy bien planificada con muchos parques y demás pero ellos hacen lo que quieren. Nosotros solamente les ofrecemos lo que podría hacerse”, dijo más tarde Peñalosa.

Pero al día siguiente le respondió el alcalde de Madrid, Orlando Cardona. En una mesa de diálogo entre la Gobernación y los municipios del occidente de la sabana dijo que aunque apoyaba los proyectos de movilidad de Bogotá, “en lo que no podemos estar de acuerdo es en que alrededor de las líneas del metro haya un movimiento inmobiliario de vivienda de interés social que represente los intereses de Bogotá en el territorio de Cundinamarca”. El Alcalde de Soacha también mostró su inconformidad ese mismo día.

Y tres días después se sentaron los alcaldes de Soacha, Funza, Mosquera, Chía y Cota con representantes de la Gobernación y de la CAR, para “estudiar una propuesta de región que equilibre a estos municipios frente a la posición del Alcalde mayor de Bogotá Enrique Peñalosa”,  como escribió en Facebook Leonardo Donoso, el alcalde de Chía. Es decir, están armando una contrapropuesta en coordinación con Rey.

El Gobernador le dijo a La Silla que él y los alcaldes de Cundinamarca “son uno sólo” en lo que tiene que ver con ordenamiento territorial y organización y que él tiene un afán para que Distrito y Cundinamarca se pongan de acuerdo. Donoso, el alcalde de Chía, le explicó a La Silla que el Gobernador asumió el liderazgo porque Rey representa el Departamento y ellos saben que Peñalosa "los aniquila" si lo hacen cada uno por su cuenta.

Los intereses de Cundinamarca

En las zonas donde Rey es más fuerte es también donde en los últimos años ha habido una explosión de nuevas viviendas. Según cálculos del Distrito, hoy por cada 51 metros cuadrados que se venden en Bogotá, se venden 49 en algún municipio vecino. Como contó Semana, en el caso de vivienda de interés social esa cifra aumentó al 70 por ciento.

Eso no es beneficioso para Peñalosa. Para él, ese modelo implica ocupar más espacio de la sabana de Bogotá donde están los suelos más fértiles. Ha dicho que mientras en los municipios viven 20 habitantes por cada hectárea, en la capital lo hacen 200. Para él, ocupar menos espacio permite a su vez gastar menos energía y gasolina, menos tiempo en los desplazamientos y menos emisiones de CO2 de la gente que vive afuera y compra carros.

”Yo he dicho que le tengo dos regalos al Alcalde Peñalosa. Primero una Constitución, para que sepa que los municipios tienen autonomía y segundo un mapa de Colombia, para que vea hasta dónde llegan los límites de Bogotá”

Leonardo Donoso, alcalde de Chía

Eso es lo que sustenta la propuesta de Peñalosa de construir fuera de los límites de la ciudad, donde hay tierra disponible, pero lo más cerca posible a Bogotá.

En cambio, la propuesta que están elaborando los alcaldes y el Gobernador, es construir vivienda, en lugares distintos a los que propone Peñalosa y no necesariamente pegada a Bogotá.

“Tenemos una perspectiva diferente. Nuestra propuesta está concentrada en que sea más regional, que haya crecimiento en el borde occidental y en borde norte. Es una apuesta regional”, le dijo Rey a La Silla.

En el fondo, según dos fuentes que conocen bien la política en el departamento, la idea es que Cundinamarca crezca al margen de Bogotá y provea sus propios servicios públicos, de transporte y de vivienda, cambiando el uso del suelo vía los planes de ordenamiento de cada municipio, que actualmente están en construcción.

Eso implica un departamento menos dependiente de Bogotá, unas empresas departamentales más sólidas, negocios para los contratistas que se ganen las licitaciones y poder para los alcalde y concejos que deben ajustar los POT para permitir estos proyectos.

“El petróleo de Cundinamarca es el suelo”, le dijo a La Silla una fuente conocedora de la política regional. “Todos los alcaldes de la zona quieren llenarse el bolsillo, piensan en el cómo va ‘MIguelito’ [‘cómo voy yo’]. Con Peñalosa es imposible hablar ese lenguaje”, agregó otra fuente que lleva haciendo política más de 20 años en el departamento, aunque no dio ninguna prueba para sustentarlo.

Aunque hoy no todos los alcaldes de la sabana están totalmente alineados con Rey, el tono de Peñalosa está sirviendo para unirlos alrededor de un gobernador al que empiezan a ver como un aliado. Eso se nota en que, según una fuente cercana a Rey, a él le cuentan cada vez que Peñalosa los invita por separado a alguna reunión y le piden que les tire línea.

“Peñalosa tiene que interlocutar con los alcaldes. Tiene que respetar. [Si no] lo podemos bloquear para no permitir [que avance] sin que cuente con nosotros. [En cambio] Rey tiene un liderazgo joven. Con Rey es muy fácil. Él nos llama a tomar decisiones”, le dijo a La Silla el alcalde de Chía.

A ese bloque se le estaría sumando un actor crucial: según dos fuentes políticas del departamento y otras dos cercanas al Gobernador, la CAR -la principal autoridad ambiental del departamento- está de su lado. Prueba de ello es que representantes de ella hayan estado en la reunión de los alcaldes de la semana pasada donde se comenzó a armar la propuesta de Rey.

Tener a la CAR de aliado es clave para obtener las aprobaciones ambientales para desarrollar los planes de ordenamiento territorial, no sólo para concretar dónde se construye en Bogotá sino también en los demás municipios del departamento.

Además, es fundamental para Peñalosa. No solo porque con ella tendrá que concertar el POT sino porque, como contó la Silla, muchos de los proyectos que ha propuesto (como la recuperación del río Bogotá, las nuevas vías de salida de la ciudad, la conexión del metro con Mosquera y la construcción sobre la reserva Thomas Van der Hammen) necesitan el respaldo de la Corporación Regional.

Por todo eso, el pulso está servido. Dependiendo de qué postura gane definirá no sólo hacia dónde crecerá Bogotá sino el éxito de la alcaldía de Peñalosa.

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