El Gobierno Petro llena de anuncios a la “paz total” y avanza sin estrategia

El Gobierno Petro llena de anuncios a la “paz total” y avanza sin estrategia
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El presidente Gustavo Petro y el ministro de Defensa en el municipio de San Pablo. Desde allí Petro anunció que levantaba las órdenes de captura al equipo negociador del ELN. | Foto: Archivo Presidencia.

Ha sido un bombardeo de anuncios sin mucha precisión por parte del Gobierno de Gustavo Petro. Han venido de varios voceros, con contradicciones y, hasta ahora, muestran que carecen de una estrategia clara para lograr una paz ambiciosa.

Cambios en la extradición, los operativos militares y policiales, la erradicación de coca, y los objetivos de la inteligencia se suman a otros anuncios que no han terminado de aterrizar. Cada uno es un anuncio explosivo, que modifica el paradigma de las políticas de seguridad y los diálogos con los grupos armados del país, encaminadas al objetivo máximo de este Gobierno: una “paz total”. Sin embargo, hasta ahora no se han desarrollado en una hoja de ruta que los articule y mida su impacto en un escenario de negociación, ni dentro de la Fuerza Pública.

Ocho fuentes expertas consultadas por La Silla coinciden en que, aunque las medidas puedan ir en una dirección positiva, Petro corre el riesgo de conceder mucho de entrada sin haber siquiera empezado oficialmente las negociaciones y diálogos. Además, puede quedar sin herramientas para desincentivar al ELN y los llamados grupos criminales de seguir en armas.

Los múltiples anuncios y voceros del Gobierno Petro

Empezando por el presidente Gustavo Petro, esta semana ha habido por lo menos cuatro anuncios de cambios en la estrategia de seguridad. Estos están alineados con lo que Petro prometió desde campaña, con su política de paz y de "seguridad humana". Sin embargo, no ha habido un mayor desarrollo de qué implican estas medidas y en ocasiones han habido contradicciones.

Estos son los cuatro anuncios más recientes: 

Bombardeos: “Los bombardeos deben ser suspendidos, vamos a evaluar el momento específico en que como una directriz absoluta se pueda disponer”, dijo ayer el ministro de Defensa, Iván Velásquez. También dijo que las operaciones militares van a cambiar :“Hay que privilegiar siempre la vida sobre la muerte”.

Se refería a los bombardeos de precisión que las Fuerzas Militares hacen contra campamentos de los grupos armados. Durante el gobierno de Iván Duque, este recurso fue duramente criticado porque por lo menos 29 menores de edad, víctimas de reclutamiento forzado, fueron asesinados en bombardeos del Ejército durante la administración de Iván Duque.

Los bombardeos fueron herramientas muy efectivas contra la guerrilla de las Farc y en este tipo de operativos murió el antiguo comandante de esa guerrilla alias “Mono Jojoy”. Recientemente fue gracias a bombardeos de las FF.MM. que “Gentil Duarte” huyó de su zona de influencia. Con el anunció de Velásquez esto termina.

El director de Conflict Responses (Core) e investigar del conflicto, Kyle Johnson, dice que los bombardeos han disminuido su efectividad precisamente porque los armados no se organizan ya en grandes campamentos, como el mismo ELN, para evitar ser detectados y bombardeados. “Ahora que no van a ser bombardeados, pueden volver a la vida, al campamento. Entonces es un poco raro ser tan abierto con ese tema en particular”, dice sobre el anuncio del MinDefensa.

Por otro lado, Juan Pappier, investigador y analista de la ONG Humans Rights Watch (HWR), dice: “Creo que la solución es estudiar cómo se están llevando a cabo los bombardeos y ver cómo se puede afinar esas normas para garantizar que no haya vulneración a civiles. Pero siempre hay que tener cuidado con los anuncios públicos que se hacen, porque eso puede generar incentivos perversos para que los grupos armados crean que les conviene tener a menores para evitar los bombardeos”.

Extradición: “Narcotraficante que negocie con el Estado beneficios jurídicos y deje de ser definitivamente narcotraficante, no se extradita”, dijo este miércoles el presidente Gustavo Petro.

Este es un nuevo incentivo jurídico que ha ofrecido el Gobierno Petro para que los grupos criminales ligados al narcotráfico, como el Clan del Golfo o las oficinas del crimen, como la de Envigado, se sumen a un diálogo que conduzca a su sometimiento o acogimiento a la Justicia. Además, la Comisión de la Verdad, y el mismo Petro, señalan que ha sido un mecanismo que genera impunidad para los colombianos.

Sin embargo, hasta ahora, la extradición, especialmente a los Estados Unidos, ha sido utilizada como un instrumento amenaza contra los capos y fue usado recientemente por el expresidente Duque para mandar a EE. UU. al líder histórico del Clan del Golfo: alias “Otoniel”.

“Creo que un proceso de sometimiento o de negociación va incluir garantías de no extradición, eso es evidente”, dice Pappier, investigador de HRW. Y agrega: “El riesgo grande de la extradición es que si eso no va acompañado de mecanismo serios de inteligencia y de verificación de quiénes se están desmovilizando, podemos estar dándole el beneficio de no extradición a narcotraficantes que nada tienen que ver con los grupos armados”.

Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), hacer cambios en la extradición va en la dirección correcta, pero le parece que es un cartucho en la negociación que se gastó sin que haya ni siquiera una mesa. “Me parece apresurado ofrecerlo de entrada. Parece que no hay una estrategia de negociación”, dice Jorge Restrepo.

Inteligencia para la corrupción: “El objetivo de la inteligencia, de la comunidad de Inteligencia del Estado, es la de perseguir la corrupción”, dijo el presidente Gustavo Petro este miércoles, durante la posesión del director del Departamento Nacional de Inteligencia (DNI).

Esta institución es la que reemplazó al Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), cuando este fue cerrado por los escándalos de las chuzadas a la oposición, periodistas y magistrados. Ahora sigue siendo uno de los tres servicios de inteligencia que tiene el Estado y será dirigido por Manuel Alberto Casanova, un exguerrillero del M-19, que además tendrá la tarea de no enfocarlo en la prevención de amenazas a la seguridad sino convertirlo en una unidad anticorrupción como indicó Petro.

“Es un riesgo muy alto dejar de contar con este servicio de inteligencia porque una cosa es desactivar la violencia de la guerrilla y los grupos criminales y otra es desactivar la delincuencia subterránea, el narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión”, dice el general retirado Juan Carlos Buitrago, exdirector de la inteligencia de la Policía.

Buitrago advierte sobre el riesgo de politizar la inteligencia del Estado, que tendría que vigilar a políticos corruptos, al Gobierno e incluso a la oposición. Por otro lado, la designación de un exmiembro del M-19 en la dirección de una institución llena de miembros activos y retirados de la Fuerza Pública le añade otro ingrediente a la percepción de politización de la inteligencia. 

Erradicación forzada: “Estamos aplicando la erradicación voluntaria en ciertos sitios donde hemos tenido una reunión de campo de ciertos miembros de la institución (Policía) y otras entidades del Estado para motivar la erradicación voluntaria y la sustitución”, dijo el martes el director de la Policía , el general Henry Sanabria, a El Tiempo.

No solo dijo que se abandonaba por completo la erradicación forzosa con glifosato, sino que se iba a priorizar exclusivamente las opciones voluntarias. Pero ayer, el mismo Petro lo contradijo. 

En este caso, más allá de que no se ataque efectivamente los cultivos ilícitos, que como se ha visto no ha sido una medida efectiva. Lo que revela este episodio, según los expertos, es que la hoja de ruta y la vocería sobre este tipo de medidas no es clara en una estrategia de seguridad y paz.

Sin estrategia y sin garrote hacia la "paz total"

Los anuncios de esta semana se suman a los anteriores que el Gobierno Petro ha hecho en lo poco que lleva en el poder, desde levantar las órdenes de captura a los negociadores del ELN en Cuba, hasta ofrecer un cese bilateral al fuego temprano y plantear la posibilidad de que los acuerdos con esta guerrilla puedan empezar a implementarse mientras se negocia, como ofreció el canciller Álvaro Leyva.

Aunque se da por sentado que es el presidente quien lidera los esfuerzos de paz en su Gobierno, aún no es clara la figura y la hoja de ruta que articula la ambiciosa propuesta de la "paz total"

“Es difícil de leer en términos de cuál es el liderazgo de diferentes personas. Está el Comisionado de Paz Danilo Rueda, el Canciller Álvaro Leyva, algunos senadores afines al Gobierno, como Roy Barreras e Iván Cepeda. Ahora el director de la Policía y el mismo ministro de Defensa. No se entiende quién es el articulador de la estrategia”, dice Jorge Mantilla, director del área de Dinámicas del Conflicto de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).

Un ejemplo de esto, es que mientras el canciller Leyva y el comisionado Rueda hablan de un “acogimiento” para los narcotraficantes, el senador Barreras, dijo está semana que se está preparando el “sometimiento” a los narcotraficantes. Son sutiles diferencias que muestran que los alfiles de la paz de Petro no están sincronizados.

El canciller de Petro ha resumido su estrategia de paz hasta ahora como una pieza de jazz, con instrucciones e indicaciones, pero libre a la interpretación e improvisación. Pero hasta ahora, según el investigador Kyle Johnson, “incluso están tocando mal. Cuando uno toca jazz, todos están súper preparados, no es la improvisación total”,

“Son anuncios de un Gobierno gigante de la política y un enano de la ejecución, de la gestión”, concluye Restrepo del Cerac. “Son anuncios rápidos que dan la impresión de que sabían qué tenían que hacer, pero como no han terminado de formar Gobierno no han podido bajar esto a políticas públicas”.

Pero no solo está el riesgo de no tener estrategia en los diálogos, sino que tampoco hay una estrategia de seguridad que busque presionar a los grupos armados para dejar la guerra. Aunque desde el ELN, el Clan del Golfo, así como algunas disidencias de la estructura de alias “Iván Mordisco” han manifestado voluntad política, esta aún está por probarse.

“Algunos comandantes de disidencias de las Farc con los que he hablado reflejan eso. Dicen: ‘Si me van a ofrecer cárcel, así sea poco tiempo, pues yo me quedo en la guerra’. ¿Entonces para que salgan de los conflictos qué hay?¿Qué los empuja hacia la paz? No va a ser pura zanahoria”, dice Johnson.

A esta crítica por falta de claridad en la estrategia de choque contra los grupos armados, el ministro de Defensa Iván Velásquez dijo ayer: “Todo esto de la paz no significa debilidad. La paz no es una rendición del Gobierno Nacional ni de las Fuerzas Militares. La paz es un proceso de construcción colectiva en la que tienen un papel trascendental todos los actores del conflicto”. Fue en medio de una declaración a medios de comunicación con la cúpula de la Fuerza Pública, donde también quedó claro que el aterrizaje de la estrategia de la “seguridad humana” aún está en construcción.

Pero, la lluvia de mensajes sin una política pública desarrollada tiene un impacto también dentro del Estado, especialmente dentro de la Fuerza Pública. “Eso va a conducir a frustraciones”, dice Restrepo del Cerac. “Estoy seguro que hoy el director de sustitución no sabe qué tiene que hacer o el comando general de las Fuerzas Militares ante la información de la ubicación de un cabecilla”, agrega.

Una muestra de la ambigüedad en la que se encuentra el proceso de paz con los grupos armados fue el ataque a la avanzada presidencial que iba hacía el Catatumbo (Norte de Santander) este miércoles. El esquema de seguridad de Petro estaba rumbo a El Tarra, cuando fueron atacados por hombres armados y uno de los conductores fue retenido por media hora. Ayer, el alcalde de El Tarra dijo que el ELN era responsable del hecho; esa guerrilla tiene el mayor control territorial armado en esa zona.

“Lo de Tarra es un choque de realidad – dice Jorge Mantilla, investigador y analista de la FIP– Con el ELN se requiere un optimismo moderado y acciones partiendo del principio de la realidad en los contextos territoriales. Lo que es claro es que la voluntad política no es suficiente para desarrollar unos mecanismos de disminución de la violencia, unos mecanismos de estabilización territorial”

En la vieja teoría de la zanahoria y el garrote, el Gobierno de Petro ha anunciado mucho de lo primero, pero le falta definir lo segundo. 

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