El pacto de no agresión entre Gustavo Petro y Claudia López se rompe en el Concejo de Bogotá. La bancada del Pacto Histórico y en especial los concejales petristas no han dejado de hacerle oposición a la alcaldesa Claudia López. Lo que va en contravía de ese pacto de no agresión que consiste en tramitar las diferencias fuera de cámaras, y que había acercado a ambos mandatarios luego de la victoria de Petro.
La más reciente muestra del saboteo al pacto de no agresión fue que todos los petristas votaron de forma negativa al cupo de endeudamiento adicional que pidió López para la segunda línea del metro en el Concejo, y que finalmente fue aprobado, por un total de 18 billones de pesos la semana pasada.
La posición de los concejales muestra lo complejo que será mantener ese pacto. Además, que no será sencillo conformar un Frente Amplio, el proyecto que busca unir al Pacto Histórico, la Alianza Verde y otros sectores alternativos de cara a las elecciones del 2023.
Contexto
Los concejales petristas no le hacen caso a Petro
El copresidente de la Alianza Verde, Carlos Ramón González, está liderando una cruzada para conformar un ‘Frente Amplio’ entre el Pacto Histórico, la Alianza Verde y otros sectores alternativos. La idea es presentar candidaturas conjuntas que puedan fortalecerse en las elecciones locales. Ese camino, sin embargo, está cuesta arriba.
La oposición de la bancada petrista en el Concejo va más allá del cupo de endeudamiento y abarca prácticamente todos los proyectos claves de la alcaldesa López. Por ejemplo, el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), la norma que define cómo se construye en Bogotá; los cupos de endeudamiento; la Región Metropolitana, que permite la unión de la ciudad con otros municipios para solucionar; y la segunda línea del metro de Bogotá.
Tres de cuatro concejales de Colombia Humana- Up- Maiz le dijeron a La Silla que no dejarán de señalar las debilidades del gobierno de Claudia López, pese al pacto de no agresión. Carlos Carrillo, del Polo, que hace parte del Pacto, tampoco lo hará.
Cuando les preguntamos sobre qué pasaría entonces con el pacto de no agresión, contestaron con evasivas, pero que, en todo caso, dejan ver que seguirán haciendo oposición.
“Eso (el pacto de no agresión) es algo que tienen que arreglar entre el presidente y la alcaldesa. Las críticas que nosotros hacemos son producto del trabajo de un equipo técnico que quiere lo mejor para la ciudad”, dijo por ejemplo Ana Teresa Bernal.
“Más allá del pacto de no agresión, mi responsabilidad como vocera del movimiento es honrar los acuerdos mediante el cual fuimos elegidas. Es nuestra tarea hacerle control político a la mandataria”, dijo a La Silla la concejal Ati Quigua. “Las políticas neoliberales de Claudia no han cambiado y son de fondo. No podemos ser incoherentes”, agregó Heidy Sánchez.
La concejal Sánchez agregó que se seguirá oponiendo a iniciativas con las que ella no está de acuerdo. Por ejemplo Jóvenes a la U, un proyecto que da becas completas a jóvenes de estratos bajos, y que la concejal no acompaña porque considera que es negativo que la plata siga terminando en universidades privadas. “Eso no es popular para las elecciones, pero no por eso voy a faltar a mis convicciones”, dijo.
Bernal, quien recientemente publicó un hilo sobre por qué se opone a la segunda línea del metro, y por lo que López le contestó que era “miope”, le dijo a La Silla que de hecho están coordinando reuniones con el Gobierno Nacional para hablar de los reparos con este proyecto y en general con el gobierno de la mandataria de la capital.
Otro miembro de la bancada del Pacto no quiso dar su nombre para hablar con libertad dijo: “Acá no están tirando línea. Así que cada quien hace lo que quiere”. También afirmó que en la Colombia Humana no hay el orden que en otras bancadas de oposición a López como el Centro Democrático o Cambio Radical. “A ellos sí los llama Uribe y Germán Vargas para decir qué hay qué hacer. Acá no tenemos idea”.
Sin embargo, una persona muy cercana al presidente Petro le dijo a La Silla que vio cómo, por ejemplo, él llamó a algunas concejales petristas para que apoyaran uno de los cupos de endeudamiento, “pero tampoco podía obligarlas”.
A eso se suma la distancia ideológica que hay solo dentro del Verde, entre concejales como Lucía Bastidas y Julián Rodríguez Sastoque. El partido Verde además ya se fracturó en varias oportunidades en las pasadas elecciones y hoy López no cuenta con todo el apoyo de su propia bancada.
Y que la mandataria ya está haciendo lo suyo para fortalecer al Verde y pavimentar su camino a la Casa de Nariño, después de que reconoció que las elecciones pasadas fueron para el partido “un fracaso”.
Las críticas del petrismo bogotano a Claudia
Van desde lo social hasta su propuesta de movilidad.
Ati Quigua, por ejemplo, critica el tratamiento que se le ha dado a las comunidades indígenas que permanecieron en el Parque Nacional durante meses. Eso pese a que la negociación no era sencilla, y a que la ciudad es de las pocas que tiene una ruta de atención a los desplazados. Una responsabilidad que en todo caso comparte con el gobierno nacional.
También critica que no se pararan las obras en los humedales que dejó Enrique Peñalosa y que la mandataria no pudo frenar pese a que lo prometió por los contratos que ya habían quedado firmados.
Heidy Sánchez critica que en la ciudad se hayan cerrado más de 60 de los 66 comedores comunitarios que proveían alimentos para la población más vulnerable por negligencia del Distrito.
Y todas en conjunto critican el modelo de movilidad que seguirá dependiendo de los buses. “Ella mantiene el modelo de Peñalosa, ella le da prioridad a Transmilenio”, dice Sánchez.
Estos y otros reparos esperan poder escalarlos al gobierno nacional en reuniones que tendrán en los próximos días. “Estamos cuadrando con el presidente. Nuestras críticas no son personales. La gestión de la alcaldesa tiene muchos flancos débiles”, dice Bernal.
