El protagonimo de Jhon Milton Rodríguez en el Pacto Cristiano por el No ha sido fuerte desde el comienzo del movimiento en octubre.

Jhon Milton Rodríguez, es el pastor que lidera la iglesia Misión Paz a las Naciones de Cali, su participación en la campaña por el No le ha dado notoriedad y mayor atractivo frente a los candidatos al Congreso en el 2018. 

Ahora que se empieza a calentar la precampaña para el Congreso en el 2018, en el Valle ha ganado notoriedad Jhon Milton Rodríguez, un pastor que desde hace años ha acompañado campañas políticas en el departamento, pero que se volvió más atractivo después del respaldo decidido que le dio al No, durante y después del plebiscito.

La fuente de poder

El pastor Jhon Milton Rodríguez es el líder de la iglesia cristiana Misión de las Naciones por la paz, una comunidad cristiana que, según él, empezó con cuatro miembros hace 18 años y que ahora congrega a cerca de 25 mil caleños.

La Misión no solo es una iglesia, también tiene una Fundación que administra dos Centros de Desarrollo Infantil del Icbf y, que según la página de la iglesia, atiende a cerca de 300 niños de barrios vulnerables de Cali. Rodríguez también es el presidente de una Universidad, Cudes, y escribe libros de superación personal. Dirige por lo menos 150 empleados.

Rodríguez empezó desde abajo, según le dijeron a La Silla dos políticos de la región que lo conocen. Uno de ellos contó que en su juventud era distribuidor del periódico El País y luego se convirtió al cristianismo y ahí le cambió la vida.

“Arranqué en un estrato menos dos y decía, Dios mío, me voy a quedar aquí”, cuenta el pastor.

Durante sus 10 primeros años como cristiano terminó sus estudios como ingeniero industrial en la Universidad Autónoma, trabajó en el sector privado y luego se dedicó exclusivamente a la creación de su propia iglesia en compañía de su esposa Norma Ruíz.

Su iglesia hace parte de lo que se conoce como el Grupo Apostólico, donde están por lo menos 800 iglesias del país.  Según una fuente de las comunidades cristianas y estudiosa de sus dinámicas, las iglesias del Grupo se caracterizan porque participan abiertamente en política, pues “consideran que ese es el llamado de Dios”. También construyen megaiglesias que pueden albergar por lo menos 10 mil personas, y los pastores se denominan apóstoles y ejercen un liderazgo vertical, es decir, las decisiones se centralizan en una sola cabeza.

Esa cabeza es justamente Rodríguez como el “apóstol” y su esposa como “la profeta”. Su modelo los ha llevado no solo a ampliar la congregación en Cali sino también a tener presencia en 30 ciudades de Colombia, incluyendo Bogotá, Barranquilla, las del Eje Cafetero, Neiva e Ibagué, según explicó el asistente del pastor Francisco Luna.

Además, dentro de un año esperan terminar una gran estructura en la salida a Yumbo, llamada Centro Internacional de Desarrollo Social, donde estarán la iglesia, la Fundación Misión Paz, su universidad Cudes y un centro de eventos.

Así, Rodríguez ha acumulado poder, no solo en el campo espiritual sino también en lo político. Como lo aseguran cinco políticos y un líder social entrevistados para esta historia que destacaron que la Misión es atractiva para los candidatos en campaña no solo por su capacidad de congregación, también por su capacidad económica.

Las fuentes dijeron que por ejemplo, aunque la colecta del culto se hace con datáfono, el efectivo que recoge es tan grande que necesita un carro de valores para recoger los diezmos después de que termina el culto en su sede principal, que está en un barrio de estrato alto del norte de Cali.

Del cielo a la política

Por eso, los políticos han buscado el pastor desde hace años, como un apoyo para sus campañas. Sin embargo, hasta ahora, su rol nunca había sido protagónico.

Tras bambalinas lo han buscado personas como el senador de La U Roy Barreras, José Arcila, excandidato a la Cámara, y el ex gobernador del Valle conservador Ubeimar Delgado. En la pasada campaña por la Alcaldía de Cali, el liberal Roberto ‘Chontico’ Ortiz, y a la Gobernación del Valle, Christian Garcés, hoy del Centro Democrático.

El exgobernador Ubeimar Delgado reconoció que recibió su apoyo en su campaña a la Gobernación del Valle en 2012 y le dijo a La Silla que en respuesta mantuvo durante todo su periodo a Diego Ramiro Obando, miembro de la Asociación de Ministros Cristianos Evangélicos del Valle, como secretario de Desarrollo Social. Delgado no reveló cuántos votos le puso la iglesia.

Aún así, la participación de Rodríguez en las campañas políticas sólo se hizo pública en el 2013 cuando terminó de agarrón con el senador de La U Roy Barreras.Según contó el mismo pastor al periódico El País en ese entonces, durante su campaña al Senado de 2010 Barreras firmó un pacto “con el comité político y social de la Fundación (de su iglesia), de la que yo hacía parte”

También contó que varios candidatos se acercaron a la iglesia para esa campaña y Barreras fue el único que firmó, comprometiéndose entre otras a apoyar su visión de familia. Lo que rompió el pacto y llevó a Rodríguez a revelarlo fue que Barreras apoyó el proyecto de matrimonio entre personas del mismo sexo.

La revelación del pastor desencadenó un escándalo, pues por este pacto el abogado Saúl Villar demandó al senador ante el Consejo de Estado por tráfico de influencias y conflicto de intereses. Al final la justicia falló a favor de Barreras.

“Yo no lo percibí como un escándalo. Él (Jhon Milton), furioso porque yo defendí el matrimonio Lbgti, sacó lo que llamó un pacto. Lo que nunca entendió es que hay distintas formas de familia”, le respondió a La Silla el senador.

Barreras dijo que conoció al pastor en el 2008, cuando ofreció su apoyo al concejal cristiano de La U, José Fernando Gil, “pero al final no votó ni conmigo ni con él”. Resume su apoyo en que “te dejan hablar en la congregación”, no en que haya votos amarrados ni financiación, y cree posible que el pastor aspire al Senado por el Centro Democrático.

El apoyo de Rodríguez lo explicó con más detalle otro político que habló con La Silla. Dice que consiste en que les da protagonismo dentro del culto y les pasa el micrófono para hablarle a la feligresía. También que organiza reuniones con sus seguidores. Sobre si hay o no apoyo económico, prefirió no opinar para conservar la buena relación que tiene con el pastor al que seguramente buscará para que lo apoye en las próximas elecciones.

A todo eso se suma ahora la visibilidad que adquirió el pastor luego de la campaña del plebiscito, donde apoyó activamente el No.

El pastor recargado

Aunque el No perdió en Cali (con 269.502 votos contra 319.949 del Sí), el pastor ha sido figura nacional del Pacto Cristiano por la Paz, una unión de las iglesias que nació para hacer campaña en contra del primer acuerdo con las Farc.

Y fue protagonista de la renegociación después del plebiscito, donde la votación de los cristianos fueron importantes para el éxito del No.

Así, durante la campaña Rodríguez ganó relevancia entre sectores en contra del acuerdo y en la renegociación ocupó un puesto al mismo nivel del anulado procurador Alejandro Ordóñez o la ex candidata presidencial Marta Lucía Ramírez.

Además, como vocero de los cristianos compartió silla con el  pastor César Castellanos, cabeza de la Misión Carismática Internacional, que es parte del Centro Democrático. Fue quien, como vocero del Pacto, le entregó al ministro del Interior Juan Fernando Cristo las propuestas para modificar el Acuerdo. Y uno de los voceros del No durante las intervenciones que hicieron los cristianos en la refrendación del acuerdo en el Congreso.

Ahí mencionó que de las nueve propuestas de los cristianos al acuerdo, los negociadores solo acogieron tres, y aún están preocupados por el término enfoque de género, pues consideran que debe ser enfoque de mujer.

Ese liderazgo no quedó allí. El Pacto pretende mantenerse unido e incluso analiza cuál será su participación en las elecciones. Según explicó Héctor Pardo líder del Pacto y pastor de la iglesia Carismática Tabernáculo de Fe, esto se definirá en los primeros meses del 2017, porque en este momento las iglesias están en el cierre de año. Lo que sí aclaró que en todo el proceso “Jhon Milton es una parte integral”.

Sobre el futuro del Pacto Rodríguez le dijo a La Silla: “ahora esa posición se ha fortalecido mucho más y nos invita a seguir vigilantes y atentos a que las decisiones que tomen los dirigentes del país”. Sin embargo, afirmó que por el momento no tiene ninguna aspiración personal o como iglesia en la política.

Aun así, algunos de su iglesia quieren lanzarse y esperan tener su apoyo.

Ese es el caso de José Ríos, excandidato al concejo de Cali por el partido Liberal y abogado que presta servicios a la Misión y es miembro de la congregación del pastor Jhon Milton. Aunque se quemó en el concejo con 2 mil votos dice que quiere aspirar al Congreso.

“Es un momento que no debemos desaprovechar y aunque se ha especulado mucho, estamos ultimando detalles de aquí a marzo para ver con qué liderazgo se sale”, explicó.

Algo similar dijo Camilo Prieto, líder cristiano en Cali que participó en la organización de la protesta contra las Cartillas de inclusión de género del Ministerio de Educación. Prieto aspira a lanzarse a la Cámara por el Centro Democrático y, aunque es miembro de otra iglesia, es muy cercano a Rodríguez y cree que su apoyo en esa aspiración será muy importante. Aunque no descarta que el pastor pueda llegar al Congreso si se lanza.

Esa posibilidad no se ve por ahora real para cinco políticos del Valle, que consideran que su papel fundamental es como respaldo, no como candidato. Rodríguez también negó que quisiera lanzarse por ahora.  

Aún así, las fuentes no descartaron que con el protagonismo del Pacto luego del plebiscito la opción de hacer política en cuerpo propio sea una posibilidad. De hecho, una de las fuentes calculó que su apoyo hoy podría representar unos 50 mil votos sin hacer mucha campaña.

Por ahora su futuro político se mantiene en el misterio. Sin embargo, ya sea que se lance él mismo, con un candidato de la iglesia o apoye a un partido tradicional, su decisión está en el radar de los políticos del Valle y puede servir de termómetro para saber hasta dónde la campaña por el plebiscito le dio una nueva vida a los pastores que hacen política.