Hoy se vence el plazo para que quede el presupuesto definitivo del 2023, el primero de Gustavo Petro como presidente y que logró aprobar esta semana en Senado y Cámara. Aunque Iván Duque dejó un borrador antes de terminar su periodo, una de las primeras movidas fue ajustar ese presupuesto de gasto a sus prioridades: le metió más plata a su reforma agraria y le bajó a las Fuerzas Armadas y a las cárceles.
El primer presupuesto de Petro le suma al campo y les quita a los militares

Petro logró subir los 390,4 billones de pesos que dejó planteados Duque a 405,4 billones de pesos. De ese total, 78 billones de pesos irían para pagar deuda y sus intereses, 253 billones de pesos para el funcionamiento (sueldos de profesores, contratistas, funcionarios, pensiones, etc) y 74 billones de pesos para la inversión, que es la plata que le da espacio a los gobiernos para plantear nuevos programas.
Este Presupuesto General de la Nación (PGN), que incluye las cuentas de cuánta plata le entraría al país y cómo se la va a gastar, es la señal más clara de cómo Petro aterrizará su promesa de campaña a un plan real de gobierno.


Pero es un presupuesto incompleto, pues aún falta la repartición de los 21,5 billones que el Gobierno espera sumar en 2023 con su reforma tributaria, y de la cual el ministro José Antonio Ocampo no ha dicho cómo se gastaría. Eso se haría a través de una adición presupuestal que debe aprobar el Congreso, y que el Gobierno tramitaría a comienzos del próximo año.
1. Petro crece la caja menor de Hacienda
Para entender las prioridades de Petro con este presupuesto, La Silla revisó los PGN de Santos y Duque desde el 2017 hasta la fecha y aunque algunos sectores no cambian significativamente, las carteras de Hacienda, inclusión social, salud y protección social dan señales de las prioridades de este gobierno.
En el PGN que dejó radicado Duque había 6,8 billones de pesos para el sector de Hacienda, pero Petro lo subió a 9,8 billones de pesos. En los últimos años la participación de ese sector solía rondar el 4 por ciento de la inversión, pero Petro la elevó hasta el 13,3 por ciento, por encima incluso del 2021 que fue un año de mayor gasto público por cuenta de la pandemia.
Esa plata de inversión en Hacienda es, en la práctica, una especie de caja menor que Petro puede usar para pasarle recursos a otros ministerios, varios de los cuales fueron repartidos a partidos tradicionales. El senador de La U Juan Felipe Lemos, miembro de la comisión que debatió el presupuesto y cuyo partido hace parte de la coalición de gobierno, considera que al tener esa plata no se justifica una reforma tributaria de 21,5 billones de recaudo, como la que busca el Gobierno.
“Ya tienen un colchón de 10 billones para temas sociales, yo soy de la tesis de que teniendo esos recursos no se justifica una tributaria de esa magnitud”, le dijo a La Silla.
El ministerio de Hacienda también tiene un protagonismo en la política social, pues la plata de Ingreso solidario que para este año es de unos 7,2 billones de pesos, se tramita a través de esa cartera, por lo que el futuro de este programa y la unificación de los otros subsidios, como Jóvenes en Acción, prometida por Petro en campaña, pasará inevitablemente por Hacienda.
2. Más plata para Agricultura, pero falta para comprar la tierra prometida
Petro aumentó en un 58 por ciento el presupuesto de inversión que había dejado Duque para el agro. Fue, proporcionalmente, el sector que más creció con los cambios que el nuevo Gobierno le metió al PGN.
Agricultura pasó de 1,3 billones de pesos en el proyecto inicial a 3,18 billones de pesos en el definitivo. El grueso de esos recursos adicionales irán para formalización de tierras ($418.000 millones), ordenamiento de la propiedad rural ($353.000) y financiación de proyectos de desarrollo agropecuario ($225.000).
La inversión en Agricultura es el 4,3 por ciento del total del presupuesto de inversión. Es el porcentaje más grande para este sector en los últimos cuatro años. Sin embargo, este aumento no resuelve el problema del Gobierno para financiar la reforma agraria que anunció hace unas semanas y que incluye un acuerdo con la Federación de Ganaderos (Fedegán) para comprar 3 millones de hectáreas de tierra y repartirlas a campesinos y víctimas del conflicto.
Petro estimó la semana pasada que, el primer año, el programa de compra de tierras costaría entre 5 y 10 billones de pesos. Y también dijo que la plata para su plan de tierras saldría del PGN. Pero al final este quedó aprobado sin esos recursos garantizados.
La ministra de Agricultura, Cecilia López, anunció que está contemplando la creación de un patrimonio autónomo “que no esté sujeto a las restricciones de los presupuestos anuales” para comprar las hectáreas, y que incluiría fuentes de varios recursos entre las que puede entrar un crédito con Naciones Unidas y la bolsa con la que quedó MinHacienda para apoyar a otros ministerios.
Por ahora, como quedó el presupuesto, Petro necesitaría cerca de la mitad del recaudo de 22 billones de pesos de la tributaria que está en trámite para cumplir la promesa de la reforma agraria.
Además, el presupuesto aprobado le quitó 86.000 millones de pesos al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac), que según la ministra López sería el encargado de avaluar cuánto cuestan los terrenos que ofrezcan los privados al gobierno.
Del Igac también depende otro programa clave para el plan de tierras de Petro: el Catastro Multipropósito, que sirve para actualizar la información de la ubicación y la propiedad de las tierras. Petro prometió hace unas semanas que en el próximo cuatrenio habrá 400.000 millones de pesos para este catastro, pero una fuente Gobierno le confirmó a La Silla que la parte de esa plata que corresponde al 2023 no quedó en el presupuesto aprobado.
3. Menos plata para Defensa, en línea con su cambio en las Fuerzas Armadas
El presupuesto le quitó 800.000 millones de pesos al sector de defensa, entre funcionamiento e inversión. Es una reducción que fue defendida por el ministro de Defensa, Iván Velásquez: “Es necesario acopiar recursos para el desarrollo de los programas sociales que este Gobierno ha ofrecido y está decidido en sacar adelante”, dijo ante las comisiones del Congreso.
La mayoría de la plata que pierde Defensa sale de la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, una entidad encargada de brindar servicios como alimentación y combustibles para los cuarteles, y que en 2023 tendrá 600.000 millones de pesos menos.
En inversión, se eliminaron 200.000 millones de pesos que, en la propuesta de Duque, estaban destinados a la compra de equipo de defensa antiaéreo.
Jean Carlo Mejía, experto en seguridad y derechos humanos, dice que es una inversión que se ha aplazado durante varios gobiernos. “Colombia no tiene un sistema antiaéreo que le garantice defender su integridad territorial. Lo que conozco es que en la Fuerza Aérea hay molestia por el cambio en el presupuesto, pero también es una señal que es coherente con los planteamientos del nuevo presidente sobre la reorganización de las Fuerzas Militares, y muestra además una subordinación probada de estas frente al actual gobierno”.
4. El presupuesto recorta los recursos que iban para las cárceles
El sector más afectado por los cambios en el presupuesto fue el de Justicia, que tuvo una reducción en su inversión del 40 por ciento: de 700.000 millones de pesos en el proyecto original a 500.000 en el que quedó aprobado.
La plata que fue cortada de este sector iba destinada a la ampliación de la infraestructura y cupos en las cárceles.
Es una medida que ya había anunciado el ministro de Justicia, Néstor Osuna, quien en las primeras semanas tras la posesión de Petro anunció que “este Gobierno no quiere gastar ni un solo peso en la construcción de cárceles”.
Esta reducción también va en la línea del anuncio de Petro, sin más detalles por ahora, de que buscará descriminalizar “algunas conductas” para reducir el hacinamiento carcelario.
5. Minas, sin plata para la transición energética
Una de las banderas del Gobierno de Petro es la transición energética, pero la plata que consiguió Petro para la cartera de minas y energía todavía sigue siendo baja frente a otros gobiernos. De hecho, el peso que tiene en la inversión es de 8 por ciento del total asignado y se parece a lo que dejó Santos en 2017, cuando Germán Vargas controlaba esa cartera.
En la discusión del presupuesto, minas y energía logró conseguir 1,5 billones de pesos más de los que dejó Duque pero esa plata adicional no sería para la transición energética, sino para poder financiar los subsidios de energía y gas que estaría destinados a las familias de estratos 1,2 y 3.
El objetivo de estos subsidios es, entre otras cosas, quitarle el peso que tiene el pago de servicios públicos en los hogares más pobres y vulnerables y también mitigar el golpe de la inflación en estas familias.
6. Transporte y vivienda, más plata para regiones, partidos tradicionales y aliados
Otro de los sectores en los que había mayores discusiones era el del transporte y vivienda, que incluye la plata que le entra a las regiones a través de obras de infraestructura vial y aérea, así como los subsidios y apoyos para las viviendas de interés social y prioritario (VIS y VIP).
Cuando se estaba debatiendo el presupuesto que dejó Duque, en las discusiones iniciales saltaron las voces de congresistas como la del senador del partido Conservador Efraín Cepeda, quien pidió más recursos para el sector transporte. Cepeda hace parte de un partido que tiene una cuota en el Ministerio de Transporte, encabezado por el ministro Guillermo Reyes.
En ese momento, Cepeda le dijo a La Silla que “la inversión para ese sector cae en el 25 por ciento del presupuesto del 2022 al 2023. Todos tenemos el discurso de pedir vías terciarias, pero sin plata eso no se puede acometer. También pedimos recursos adicionales para la construcción de infraestructura en la periferia”.
El senador Juan Felipe Lemos, de La U, dijo que los recursos de los sectores de Transporte, Vivienda y Deporte son claves para las regiones, porque son los que suelen ejecutar obras en los municipios: “Una de las tareas parlamentarias es defender los recursos para las regiones, pero aún no hay claridad sobre cuáles van a ser los proyectos que se van a priorizar y si los congresistas podrán o no intervenir”.
En el presupuesto final de la inversión se aumentó 7,2 por ciento (750.000 millones) frente a lo que dejó Duque para el sector transporte. Esa plata adicional irá para la conexión vial en las regiones a través del Programa Colombia Rural a cargo del Invías.
Otra parte iría para la Aerocivil, otro centro de disputa política porque todavía no tiene cabeza y ha sido centro de debate por los retrasos en el contrato de construcción del Aeropuerto del Café.
En cuanto a Vivienda, otra de las carteras que manejan grandes sumas de plata para obras, el presupuesto aumentó 1 billón de pesos para obras de alcantarillado en los municipios. Es un cambio en las prioridades que ya había anunciado el Gobierno de Petro con el decreto de funciones de la vicepresidenta, Francia Márquez, que incluye un plan para llevar agua potable al Cauca que estará a cargo de ella.
Además, una fuente del Gobierno que pidió no ser citada para anticipar detalles dijo que también se prevén obras de alcantarillado en Magdalena, cuyo gobernador, Carlos Caicedo, fue uno de los aliados importantes de Petro en la campaña.
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