El proceso de paz sin Chávez: tres posibles escenarios

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Hoy en una cadena nacional, Nicolás Maduro, el vicepresidente y sucesor ungido de Hugo Chávez, hizo una alocución  en la que dijo que los enemigos de la revolución chavista le habían “inoculado” el cáncer a Chávez y reconoció que éste estaba en grave estado de salud. Fue un discurso preparativo para el anuncio sobre la muerte de Chávez (que fue confirmada poco antes de las 5 de la tarde), que sería un golpe para el proceso de paz con las Farc.

Hoy en una cadena nacional, Nicolás Maduro, el vicepresidente y sucesor ungido de Hugo Chávez, hizo una alocución  en la que dijo que los enemigos de la revolución chavista le habían “inoculado” el cáncer a Chávez y reconoció que éste estaba en grave estado de salud. Anunció la expulsión de un agregado militar de la embajada de Estados Unidos que supuestamente estaba planeando un “proyecto desestabilizador” y llamó al chavismo a unir filas y a las clases obreras a salir a las calles a defender la revolución, que, insistió, continúa. Fue un discurso preparativo para el anuncio sobre la muerte de Chávez (que fue confirmada poco antes de las 5 de la tarde), que sería un golpe para el proceso de paz con las Farc.

Ante la muerte de Chávez, se declararía la “ausencia permanente” del Presidente y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, asumiría la dirección del país. En un plazo de 90 a 180 días convocarían a elecciones, según explicó el diputado chavista del PSUV Ángel Rodríguez.

El mandatario venezolano tenía un papel previsto en las negociaciones con la guerrilla en tres momentos: 1) en la fase inicial creando confianza. 2) en la fase actual de negociación sirviendo de facilitador cuando surjan problemas entre gobierno y Farc 3) en la fase de implementación, garantizando los acuerdos.

Su rol en la primera fase fue fundamental. No solo tuvo una labor clave de convencimiento a los guerrilleros de la oportunidad histórica de alinearse con los demás países latinoamericanos para hacer política por la vía legal sino que facilitó la logística para algunos de los primeros encuentros. En la segunda etapa todavía no han surgido serios problemas que requirieran la intervención de los facilitadores. Pero en la tercera etapa, la figura de Chávez era una garantía muy importante para las Farc en el proceso.

Como una vez se firme un Acuerdo con las Farc, empezaría la fase de implementación de los acuerdos que deberá conducir a que la guerrilla deje las armas, el papel de los garantes es fundamental. Y nadie le ofrece tantas garantías a los guerrilleros de que no serán traicionados como el presidente bolivariano.

Chávez podría haber jugado un papel clave el acompañamiento a la desmovilización y reinserción de los guerrilleros, sobre todo en las zonas de frontera con Venezuela; y lo más importante, en el respaldo político para que lo pactado se cumpla y no terminen, por ejemplo, extraditados.

¿Cómo podría Chávez garantizar eso? “Profundizando la amistad con Colombia o construyendo una enemistad”, explicó el analista León Valencia. “Chávez podría construir una especie de censura muy grave en caso de un incumplimiento. Las Farc tenían la confianza de que si el Gobierno les incumple Venezuela tomaría represalias”.

Por eso lo que suceda dentro del chavismo después de la muerte de Chávez terminará teniendo un impacto en la Habana. Estos son los tres escenarios que analistas, tanto en Colombia como en Venezuela, visualizan.

Como lo contó La Silla en otra historia Nicolás Maduro, el ungido por Chávez, asumirá las riendas de Venezuela cuando el presidente se muera.

Si es elegido presidente en las próximas elecciones con suficiente fuerza para garantizar su poder dentro del chavismo y no se percibe un riesgo de cambios internos, Venezuela seguirá apoyando el proceso y éste podría seguir su curso actual. Un analista venezolano que conoce el chavismo por dentro describió a Maduro como un hombre hecho a la imagen y semejanza de la revolución bolivariana: un sindicalista que creció a la sombra del chavismo y que le debe toda la lealtad a Chávez y su obra. Y que está muy comprometido con el proceso de paz.

León Valencia, que estuvo hace unos meses con Maduro, ratificó ese compromiso. Además porque un acuerdo de paz con las Farc contribuiría a solucionar un problema grande en la frontera venezolana, ecuatoriana y brasileña; acabaría con un temor –real o imaginado- de una eventual intervención armada de Estados Unidos en la región; reforzaría la imagen que existe entre los países de la Unasur de que los problemas de la región se pueden resolver internamente y de que la izquierda puede lograr los cambios sociales que promueve por la vía democrática.

“Maduro, en términos políticos, es el resultado de las sumas y restas dentro del chavismo”, explicó a La Silla Nelson Rivera, columnista y miembro del Consejo Editorial del Diario Nacional.

Maduro, y en eso coinciden las cuatro fuentes entrevistadas por La Silla, no goza del aura y el poder absoluto que logró construir Chávez. Él tendrá que mantener no solo la gobernabilidad de Venezuela sino el equilibrio al interior del chavismo. No sera fácil. En lo que tiene que ver con las Farc, Maduro tendrá que resistir la presión del sector militar del chavismo que no comulga con las Farc, y que estaría representado en el Ministro de Defensa Diego Molero.

“Dado que la atención del Gobierno estará centrada en asegurar la gobernabilidad, Venezuela podría ser cada vez menos activo en el proceso de paz con Colombia”, opina Rivera.

En este escenario, según otra fuente colombiana, Maduro trataría de presionar para que el proceso con la guerrilla avance más rápido pues un acuerdo de paz en los próximos meses le daría mayor legitimidad a su mandato y le quitaría un foco de presión dentro del chavismo y de los sectores externos.

Este escenario es el más improbable. Todas las fuentes consultadas consideran que si bien Maduro y el gobierno bolivariano enfrentarán una dura prueba en los meses por venir, seguirán en el poder. Máxime cuando la oposición no tiene un verdadero plan post-Chávez. En todo caso, una de las fuentes considera que si el chavismo siente que su hegemonía está en riesgo, mandos medios del chavismo podrían tener la tentación de buscar a las Farc para generar un foco de resistencia armada de la revolución bolivariana en Venezuela. Esto supondría dos cosas: que las Farc ya hubieran renunciado a hacer un proceso de paz en Colombia y que la situación en el vecino país hubiera llegado al punto de polarización de una guerra civil.