José Antonio Ocampo y Alberto Carrasquilla se vuelven a encontrar. Este jueves será el primer pulso entre el Banco de la República y el Gobierno de Gustavo Petro para definir la subida de tasas, en la segunda reunión de la Junta Directiva del banco central donde se sienta el ministro de Hacienda y los codirectores, entre ellos, el exministro Carrasquilla. 

Será un encuentro donde el Banco enfrenta la primera encrucijada frente a una visión económica nueva del presidente Gustavo Petro ante el Banco de la República. Petro ha sostenido que el Banco debe preocuparse también por el desempleo y el crecimiento, y no solo por la inflación.

Según expertos y excodirectores de la Junta consultados por La Silla Vacía, esa nueva visión aterrizará con una postura del Gobierno que buscará atenuar el ritmo de crecimiento de las tasas de interés que lleva el Banco en los últimos dos encuentros.

Además, el debate se dará en medio de la percepción de politización del Banco, que generó el que Iván Duque haya nombrado a todos los codirectores actuales, incluyendo al polémico Carrasquilla. Por eso la cifra por la que vote la Junta para la tasa será también un termómetro político: si sube menos de lo que espera el mercado, que son 100 puntos básicos, sería una señal de que están cediendo ante la llegada del nuevo Gobierno.

La encrucijada del Banco: entre la inflación y el crecimiento

El Banco enfrenta un dilema común de los emisores en todo el mundo: subir mucho las tasas puede frenar el crecimiento de la economía y elevar el desempleo. Por otro lado, es el mecanismo con el que cuentan los bancos centrales para enfrentar la inflación alta que afecta a la economía global.

Y en medio de ese escenario difícil se vuelven a encontrar Carrasquilla y el actual minHacienda, dos de los economistas con más quilates del país. Hasta 2019, cuando Ocampo renunció a su posición como codirector del Banco, a donde llegó nombrado por Juan Manuel Santos, se vieron en la Junta con los roles trocados: Carrasquilla como ministro de Hacienda de Duque y Ocampo como codirector.

En las últimas dos reuniones, de junio y julio, la Junta ha decidido subir de forma acelerada y unánime la tasa, en 150 puntos básicos, para atajar la subida de precios, hasta 9 por ciento. Esta cifra le sirve de referencia a los bancos que le prestan a la gente y a las empresas a cuánto les dejan las tasas de interés. Si las tasas están muy altas, la gente preferirá no pedir tantos créditos, se podrá frenar el consumo y la inflación puede bajar.

“La pregunta ahora es si seguir ese ritmo o no. Los motivos para subirlo continúan: inflación alta, una perspectiva de que los precios seguirán subiendo y un consumo agregado alto, a pesar de señales de desaceleración”, dice José Ignacio López, director del centro de investigaciones económicas de Corficolombiana, una corporación financiera del grupo Sarmiento Angulo. Con esta visión, de que es necesario continuar el ritmo de incremento de la tasa, están alineados otros analistas del sector privado y centros de pensamiento, como Fedesarrollo, Anif, Bancolombia y BBVA Research Colombia.

Hasta agosto, la inflación anualizada está en 10,8 por ciento, muy por encima del rango objetivo del Banco de entre 2 y 4 por ciento. En cuanto al crecimiento económico, según el dato más reciente del Dane el PIB creció 12,6 por ciento en el segundo trimestre y el Ministerio de Hacienda calcula que la economía podría crecer hasta 7 por ciento este año. Pero ese buen ritmo de crecimiento puede cambiar en 2023 y los cálculos dicen que puede crecer apenas entre un 2 y 3 por ciento.

La otra presión que tiene el banco es que, generalmente, tienen en cuenta decisiones de bancos centrales de economías claves, como la de Estados Unidos. Y la Reserva Federal subió 75 puntos básicos y quedó en 2,5%. Esa fue su subida más alta desde el 2008.

Sin embargo, el Ministro Ocampo ve que esto puede enfriar la economía. Según dijo ayer en el Congreso, “el problema complicado para nosotros, aparte de la presión inflacionaria, es el de las tasas de interés. Todo el mundo está siendo afectado por esa subida de tasas de Estados Unidos y es la coyuntura internacional que más nos está golpeando”, con lo cual da una señal importante sobre su posición en la junta de mañana.

Además, según le dijeron a La Silla dos exmiembros de la junta que pidieron no revelar su nombre para opinar las intenciones del Gobierno, Ocampo podría votar por que se suba 100 puntos básicos o menos, para mandar una señal al mercado de que la inflación ya va a empezar a ceder.

“El ministro se va ir con una posición menos radical de no subir tanto las tasas. Hay otros miembros que sí dicen que suban hasta 150 puntos básicos, por ejemplo. Lo que se va a medir ahí es qué tanto van a ceder ante la llegada del nuevo Gobierno y sus políticas económicas”, explicó un exmiembro de la junta que prefirió no revelar su nombre.

En ese sentido, otra persona involucrada en el proceso explicó que los miembros pueden tomar una decisión no tan radical. “La junta puede tomar una decisión más light, más soft porque es su primer encuentro con el presidente y puedan querer mandar un mensaje de tranquilidad de cara al nuevo gobierno, en función de que no se afecte el crecimiento significativamente”.

El debate de la politización de la política monetaria

Según el diseño institucional en el que hay una banca central independiente que estableció la Constitución del 91, en total, la Junta del Banco de la República tiene siete asientos. El gerente general, Leonardo Villar, que entró en 2021, el ministro de Hacienda de turno y cinco codirectores.

De manera inusual, los cinco codirectores actuales fueron nombrados por el expresidente Iván Duque. Está Alberto Carrasquilla, que entró en 2021 después de renunciar a su cargo como Ministro de Hacienda, Roberto Steiner (desde el 2019), Bibiana Taboada (desde el 2021), Mauricio Villamizar (desde el 2021) y Jaime Jaramillo Vallejo (desde el 2021).

Según la norma, cada presidente elige a dos de los cinco miembros. Sin embargo, a Duque le tocó elegir a todos porque, además de que a algunos se les acabó el periodo, otros renunciaron, como Carolina Soto y el mismo José Antonio Ocampo.

Por eso, la relación de Petro con el Banco se anticipa que estará teñida de política, algo que dejó ver el presidente en campaña. En un debate de Caracol TV, en alianza con La Silla Vacía dijo que “la Junta Directiva del Banco pertenece a un partido político, el Centro Democrático”, lo cual es una afirmación engañosa.

Más allá de ese tinte partidista que le dio Petro hay un debate conceptual más profundo. Desde la izquierda y centro izquierda hay visiones económicas que piensan que el Banco de la República no solo tiene que tomar decisiones en función de bajar la inflación, sino también de que mejore el empleo, como pasa con la Reserva Federal de Estados Unidos.

Petro específicamente se ha pronunciado en el pasado al respecto. En campaña, en noviembre de 2021, dijo: “Aumentar la tasa de interés, cerrar la liquidez del mercado, van en contra de aumentar el empleo cuando la capacidad productiva del país está aún, por debajo de su nivel”.

Además, al cuestionar la manera como venía actuando el Banco, sugirió una interpretación amplia de las funciones constitucionales del Banco que iban más allá del objetivo exclusivo de frenar la inflación: “también para luchar contra la inequidad social y aumentar la producción”, dijo Petro en un debate de Caracol TV y La Silla Vacía.

En la práctica, eso implicaría entonces no subir tanto las tasas para que la economía siga creciendo, una visión que chocará con la ortodoxia de algunos de los economistas que escogió Duque para dirigir la política monetaria. 

Periodista de economía de La Silla Vacía hasta 2023. También soy cofundadora de Economía para la pipol. Antes trabajé en la revista Forbes Colombia, El Tiempo y Portafolio. Estudié comunicación social y periodismo en la Universidad Externado, y una especialización en periodismo digital de la...