El manejo de más de $30 mil millones en contratos para intermediar el personal a través de 'sindicatos de papel' tiene los ánimos encendidos en el principal hospital del oriente del país.
El pulso por el millonario negocio del HUS

En las últimas tres semanas el Hospital Universitario de Santander, HUS, volvió a meterse en el ojo del huracán por las denuncias sobre los atrasos en los pagos y una presunta persecución laboral orquestada desde la Gerencia para cambiar una parte de los empleados de la entidad.
Aunque las versiones de lado y lado se han llevado buena parte de los titulares de prensa, La Silla encontró que en el fondo lo que hay es un pulso de poder por el manejo de más de $30 mil millones en contratos, en el que el personal ha quedado en la mitad.
El millonario negocio
El negocio de la vinculación de personal a través de sindicatos de papel arrancó en el HUS desde finales del 2012.
A partir de ese año, tras un cambio en el manual de contratación de esa entidad que le dio al entonces gerente facultades para suscribir contratación directa independientemente del monto, Darsalud AT, Gestión Integral AT y Aspmédica AT, tres sindicatos que hasta ese entonces eran casi desconocidos en Santander, entraron a las grandes ligas de los supercontratistas de la salud en el departamento.
Todos tienen en común, como contó La Silla hace dos años, que tienen varios hilos que los unen a la familia Alvernia Vergel, la misma que lanzó a Jhan Carlos Alvernia a la Alcaldía de Bucaramanga en 2015, y que para las legislativas de 2018, según nos lo confirmó una directiva del Partido de La U en Santander, tiene como candidato al senador Nortesantandereano, Manuel Guillermo Mora, un viejo allegado a esa familia.
(A la reunión que hizo el lunes Mora en Santander, asistió Alí Alvernia y estuvo en la mesa principal.)
Los sindicatos también comparten el hecho de que están asociados a la Federación de Empresarios y Trabajadores, FET, una organización que además de esos agrupa a otros siete sindicatos que fueron constituidos en Barrancabermeja con solo tres semanas de diferencia en 2011.
Esa Federación también tiene varios vasos comunicantes con la familia Alvernia.
Leidy Wandurraga, la esposa de Jhonny Alvernia, es una de las asesoras jurídicas, y en la práctica es conocida dentro de ese gremio por ser la cara de FET y de los Alvernia en ese negocio.
En FET le dijeron a La Silla que pese a los hilos que la unen a los Alvernia no había ninguna relación.
Aún así, desde 2012 hasta el año pasado, Darsalud, manejando la vinculación de todo el personal misional -médicos y enfermeras-; Gestión Integral, con la vinculación de todo el personal administrativo; y Aspmédica, manejando la vinculación de medicina interna; han contratado solo en el Hospital Universitario de Santander más de $140 mil millones, en su gran mayoría en procesos de único de oferente.
Eso sin contar la intermediación del personal en los hospitales de Barranca, Valledupar y algunos municipios pequeños de Santander.
Como lo ha contado La Silla, la figura de los sindicatos en sí misma es muy controvertida porque en la práctica lo que sucede es que funciona como una oficina de recursos humanos que además de intermediar el pago del personal, cobra por hacerlo pese a que no tiene ánimo de lucro.
Además, porque terminan violando los derechos a la libre asociación sindical de los empleados debido a que terminan accediendo a aparecer como afiliados de un sindicato solo porque si no lo hacen se quedarían sin el contrato; y de paso compromete derechos relacionados con la estabilidad laboral (carrera administrativa, a la pensión).
“Solo usan la figura para contratar pero en la vida real no funcionan como sindicatos. Los asociados no presentan pliegos de peticiones ni crean, debaten o definen estatutos, todo ya está creado y ese no es el espíritu de un sindicato… son sindicatos de papel”, nos dijo en marzo de 2017 un experto en derecho laboral cuando escribimos sobre esa figura.
Sin embargo, dado que aún con todos esos reparos la figura es legal, es un botín muy apetecido debido a que cada contrato le deja un margen de ganancia al operador que oscila entre 4,5 y el 10 por ciento del valor total de la operación del personal.
Solo para hacerse una idea, los tres sindicatos que están unidos a los Alvernia han obtenido rendimientos de al menos $6.300 millones en los últimos seis años manejando el personal del HUS.
El pulso
Por eso fue que este año estalló una puja de poder cuando el HUS, esta vez bajo la administración de Julián Niño (médico que llegó a gerenciar el hospital a mediados del año pasado tras varias denuncias sobre el concurso que ganó), publicó las convocatorias para contratar nuevamente la intermediación personal.
El primero de los contratos que entró en el pulso fue el del personal administrativo, que hasta ahora había estado en manos de Gestión Integral.
Este año el HUS cambió las exigencias de los pliegos de contratación y aunque por un lado abrió las condiciones de experiencia pidiendo requisitos más laxos; por otro las cerró solicitando perfiles demasiado específicos para el personal directivo e indicadores financieros, que, según las observaciones, no cumplían con los indicadores del sector.
"Los cambios se dieron luego de unas mesas que tuvimos con la Procuraduría, todas son recomendaciones que aceptamos", dijo a La Silla Julián Niño, gerente del HUS.
Sin embargo, desde antes de que se publicara la convocatoria, Nolberto Castillo, director de la Veeduría Departamental de Salud, denunció ante la Procuraduría que el pliego estaba confeccionado para el Sindicato Colombiano de Trabajadores Integrados del Sector de la Salud, Integrasalud, y acusó al hospital de presunta corrupción.
Sobre cómo obtuvo esa información, Castillo no le dio detalles a La Silla más allá de que tras analizar las condiciones del pliego había concluido que ese sería el sindicato favorecido, y en el hospital nos aseguraron que esas denuncias no eran ciertas; aún así, tal y como lo vaticinó el veedor, en el caso de ese contrato al final la convocatoria cerró con un solo oferente que en efecto fue ese sindicato.
Integrasalud, como contó La Silla en marzo del año pasado, aterrizó en la contratación gruesa de Santander al quedarse con el manejo del personal del instituto psiquiátrico San Camilo.
La llegada de Integrasalud fue tan traumática para el San Camilo como lo fue en 2012 y 2013 la llegada de los sindicatos de FET al HUS, y como lo será este año si el Hospital Universitario cambia de operador.
Hace un año el personal del San Camilo tuvo que afiliarse al sindicato a condición de que lo siguieran contratando. Lo mismo pasó hace cinco años en el HUS, y tendrá que volver a pasar este año si cambian de operador.
Además como cada vez que hay cambios de operador normalmente se presentan algunos cambios de personal, es probable que haya una rotación así sea mínima.
Por ejemplo, en el caso del San Camilo La Silla conoció de dos casos de personas que lideraron protestas por la llegada de Integrasalud y que ya no trabajan allí.
“A uno lo hace pensar que la salida fue por lo de las protestas porque estábamos haciendo el trabajo bien y de pronto cancelan el contrato y así como yo otra persona que también protestó y que salió”, dijo una fuente.
Otra nos aseguró que desde que arrancó Integrasalud no le dieron el contrato, según ella, porque fue una de la voces más visibles de la protesta.
Desde 2010 para acá, según los registros del Sistema Electrónico de Contratación Pública, Integrasalud se ha quedado con al menos 290 contratos en hospitales de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Norte de Santander y Santander para intermediar la vinculación del personal.
El año pasado Integrasalud fue cuestionado e incluso multado por tercerizar la contratación de la salud en Medellín.
“Nosotros estamos apelando esa multa porque consideramos que no procede”, dijo a La Silla Sergio Navas, representante legal de Integrasalud.
Sobre las denuncias sobre el favorecimiento del hospital a su empresa, negó que fueran ciertas.
"Nos hemos presentado a dos de los procesos y estamos evaluando si nos presentamos a un tercero porque consideramos que cumplimos", agregó Navas.
El jueves y luego de una pelea de dos días por la validez de los estados financieros de la oferta de Integrasalud, las directivas del HUS decidieron declarar desierto el proceso.
Sin embargo, este es hasta ahora el primer round de la disputa.
Además de que seguramente habrá otro pulso en la nueva convocatoria, en estos momentos el HUS también está en proceso de adjudicar el contrato para todo el personal médico, que asciende a $27mil millones, y que es la joya de la corona dentro de los contratos de ese género, y el de medicina interna por $2 mil millones, que también manejan los Alvernia con Aspmédica.
En ambos procesos ya está la pelea cantada y mientras que en el de $27 mil millones volvieron a denunciar el presunto direccionamiento para favorecer a Integrasalud; en el de los $2 mil millones Integrasalud está ad portas de ganarlo.
El personal, el as de FET
Mientras se ha agudizado la puja por el manejo de la plata, el personal del HUS ha quedado en la mitad.
En los pasillos del hospital circuló una lista con nombres de personas, que según las denuncias publicadas por TRO cuando arrancó el mes, saldrían a finales de febrero, y empezó a correr el rumor de que un nuevo sindicato que venía de Medellín sería el que los contrataría y que por eso habría masacre laboral.
Desde entonces, según se lo contaron a La Silla dos fuentes que trabajan en el hospital, los sindicatos de FET, que están interesados en quedarse nuevamente con el manejo del personal, empezaron a meterle leña al fuego.
Según nos detalló una de esas fuentes, partiendo de que hay atrasos en los pagos, los delegados de esa federación en el HUS crearon grupos de WhatsApp con los empleados denunciando atrasos y pidiéndoles que salieran a marchar.
“Los médicos, las enfermeras, los paramédicos y todo el personal servimos de títeres para los intereses de otros”, dijo a La Silla una de esas fuente.
"La gente no ha salido como antes porque esto es muy raro, la gerencia nos envía algo y al tiempo los enlaces de los sindicatos nos envían otras", nos explicó otra fuente.
En todo caso, como efectivamente hay pagos atrasados un sector del personal ha salido a protestar y su principal consigna está en el miedo de que los saquen si cambia el operador del personal.
Sobre los atrasos en los pagos el cruce de versiones va en que mientras en el Hospital dicen que no están en mora porque las facturas que le han radicado los sindicatos de FET están dentro del plazo pactado de pago (90 días desde que inicia el trámite de pago), en FET aseguran que las facturas las han radicado a tiempo, que la mora supera los 150 días y que si han pagado es porque se endeudaron con la banca para cumplir.
En cuanto a la potencial salida del personal, en el HUS se mantuvieron en que no existirá porque para acreditarse el hospital necesita demostrar continuidad en los perfiles; no obstante, eso solo se sabrá con certeza una vez se adjudiquen los contratos y -en caso de que exista nuevo operador- vinculen al personal en su totalidad.
Los días que vienen, cuando entren en su punto más álgido las otras convocatorias, seguramente arreciarán los ataques de lado y lado. Si las denuncias se cumplen, este año y con la nueva administración del Hospital convocando por primera vez esos contratos, el millonario negocio del personal cambiará de dueño en Santander.