“La paz es que alguien como yo pueda ser presidente o que alguien como Francia pueda ser vicepresidenta”, dijo Gustavo Petro en su discurso de victoria el domingo, en el que definió la paz como uno de los tres ejes de su gobierno. “No tendría sentido un gobierno de la vida si no llevamos a la sociedad colombiana a la paz”
La idea de la “paz” como causa y consecuencia del triunfo de Gustavo Petro le han dado a su llegada a la Casa de Nariño un segundo aire al Acuerdo con las Farc. Casi como si, casi seis años después, el Sí por fin hubiera ganado. Con todas sus ramificaciones.
Una relación ambivalente con el Acuerdo
Gustavo Petro no fue un gran entusiasta del Acuerdo de Paz. Como explica en su autobiografía, en un principio le tenía desconfianza a un proceso con las Farc porque le parecía que esta guerrilla “ya no tenía nada que ver con la revolución”. Y después, porque resintió que Juan Manuel Santos no lo incluyera en la campaña del plebiscito (a lo cual Petro atribuye su fracaso).
En todo caso, y aunque defendió el Sí en el plebiscito, a Petro siempre le pareció que la paz que había logrado Santos era “chiquita”. “La grande siempre la concebí como el gran acuerdo entre toda la sociedad, no exclusivamente entre el Estado y un grupo guerrillero.
Sin embargo, esa paz “chiquita” es la que, en muchos sentidos, posibilitó su victoria.
“Hubo tres grandes factores que han hecho posible el triunfo: el acuerdo de paz, porque significó una reconfiguración del universo político en Colombia; surgió un sector propaz y este sector tejió alianzas en la coalición del Pacto Histórico y en la coalición de centro; la movilización social; y los los gobiernos locales”, dice el senador Iván Cepeda, miembro del Pacto Histórico.
Como dice Cepeda, el Acuerdo de Paz con las Farc permitió que una demanda social que estaba reprimida se hiciera visible sin temor a ser estigmatizada y asociada a la guerrilla. Y Petro logró darle una representación política a este descontento, que ahora se verá si es capaz de atender o no.
Por otro lado, el Acuerdo de Paz era una promesa de cambio y una esperanza de inclusión para todos los territorios de la periferia que habían sufrido la guerra. Esos territorios —movidos por la idea de que Petro, y particularmente Francia, sí los tendría en el corazón de su propuesta— fueron determinantes para su victoria.
Incluso en los departamentos en los que ganó Rodolfo Hernández, la mayoría de municipios que habían votado por el Sí lo hicieron por Petro, marcando un paréntesis en las dos Colombias divididas geográficamente en las urnas. En esos departamentos Petro sólo ganó en 62 municipios. Y de esos, 41 habían votado Sí en el plebiscito de 2016.