Carlos Amaya, el exgobernador de Boyacá de 38 años, fue la sorpresa electoral del centro, un sector que, por otro lado, tuvo la lánguida presentación en las elecciones presidenciales. Dentro de esa la cadena de errores ahora Amaya incluye haber apoyado a Rodolfo Hernández.

En entrevista con La Silla Vacía, dice que hoy esta dedicado a cuidar a sus hijos mientras su esposa se especializa en pediatría. Pero el exgobernador ya evalúa un regreso a la política en las elecciones regionales, desde un panorama difícil para el centro político, que no parece encontrar un lugar en la política durante el inicio del Gobierno de Gustavo Petro. 

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L.S.V:

es La Silla Vacía.

C.A:

es Carlos Amaya.

L.S.V:

Dentro del lánguido desempeño del centro en las elecciones pasadas, usted fue una especie de revelación. ¿Dónde ha estado? 

C.A:

Literalmente viviendo sabroso, con mis hijos, llevándolos al colegio, mientras mi esposa está haciendo su especialidad en pediatría, ese es el trabajo quizás más sacrificado de todos y el que requiere más tiempo.

Tampoco me he callado, de vez en cuando opino en redes sociales desde la independencia. Hay que dejar hacer con este Gobierno, que arranque, que se consolide y esperar que le vaya bien al país.

L.S.V:

Después de la consulta de centro que ganó Sergio Fajardo usted lo apoyó hasta primera vuelta y después se fue con Rodolfo Hernández. ¿En ese periodo habló con el candidato Petro?

C.A:

Incluso antes de la primera vuelta nosotros tuvimos una reunión con Petro en la que se estaba planeando un apoyo en la segunda vuelta. Esa reunión no salió bien. Yo defendí a Fajardo de los ataques del petrismo por el voto en blanco y le recordé a Petro que él mismo votó en blanco en 2010. Se puso bravísimo, se levantó y Francia lo tuvo que calmar.

En segunda vuelta, la posibilidad de votar en blanco me pareció tibieza. Fui parte de los 10 millones de colombianos que pensó que Rodolfo era una opción viable, hoy creo que fue un error. Debí votar en blanco, pero eso no significa que debí votar por Petro. No me arrepiento y jamás me arrepentiré de no haber votado por Petro. Si hubiera votado por Petro, sin duda habría votado con mucha desazón y con mucha incertidumbre.

Votar en blanco es una opción válida en la democracia, que se ha satanizado por lo que hizo Sergio. El problema de la política es que muchos, me incluyo, cometen el error de tomar decisiones pensando en qué diga la mayoría. 

L.S.V:

De esos cerca de 10 millones que apoyaron a Rodolfo hay muchos que, con algo de alivio, hoy ven que no ganó. ¿Usted es uno de esos? 

C.A:

Yo creo que es menos peor que Petro hubiera ganado. No está mal arrepentirse de haber votado por Rodolfo, tampoco es un error no haber votado por Petro. La opción del voto en blanco hay que defenderla como una opción válida, porque a veces queda uno entre una cosa peor y otra menos peor, no es tibieza sino es una posición sensata.

Creo que 10 millones de colombianos nos hemos dado cuenta de que Rodolfo no era tan viable como creíamos.

L.S.V:

¿Usted es del Partido Verde todavía? 

C.A:

Claro que sí. No he hecho parte de ningún otro partido en mi vida. Pero en la consulta, el Verde no dio el aval a ninguno, dio libertad. Dentro de la votación en la consulta apareció una tendencia importante, y de los 452 mil votos que saqué, 95% son votos verdes.

 

 

L.S.V:

Y el Partido Verde hoy está en la coalición de Gobierno. ¿Usted entonces, en qué posición está?

C.A:

El Partido Verde debía declararse en independencia. El adn del Verde es de un partido de centro. Si el Verde se vuelve coalición de Gobierno y un apéndice del Pacto Histórico perderá un espacio político. La Dirección Nacional aprobó ser de Gobierno, yo respeto esa posición, pero en el Verde se ha dado la posibilidad de disentir y hoy tengo una posición en la independencia. Mi equipo en el Congreso, cinco representantes y una senadora, cada uno tiene su agenda, está respaldando al Gobierno y me parece bien.

Espero que el Verde no se vuelva apéndice del Pacto Histórico, porque creo que perdería enormemente. Tiene que seguir siendo el partido más importante de la alternatividad en el centro. Si decide convertirse en un apéndice del Pacto Histórico, buscaré otro camino.

 

L.S.V:

El Verde tiene buenas cuotas. La dirección del Sena, por ejemplo. Ahí está su padrino político y ahora archienemigo Jorge Londoño. 

C.A:

A Jorge lo quiero mucho y no lo considero archienemigo. Él probablemente sí. Ahora, no me representa en el Sena. Y no es la única cuota, el Verde también tiene el Icetex, por ejemplo. No tengo problema que Carlos Ramón, el copresidente del partido, tenga a su esposa, su ex esposa, a sus amigos en el Gobierno desde que hagan un buen trabajo.

La ex esposa estuvo en el Eme y la esposa es la directora de formación en el Sena, candidata a la Cámara, pero ellas también tienen derecho a tener cargos, no por ser esposas de Carlos Ramón están vetadas.

A mí siempre me han siempre echado en cara que mi hermano trabajó en la Secretaria de Tics de la gobernación, pero John jamás me ha necesitado para tener un puesto. Cuando yo era oposición del Gobierno Santos, él trabajó en el MinTic ¿porque es mi hermano no tiene derecho a trabajar en el sector público? No.

L.S.V:

Justamente ahora estaba trabajando en la universidad pública de Boyacá y renunció. ¿Fue para no inhabilitarlo a usted si decide lanzarse?

C.A:

Él toma la decisión de retirarse de la Uptc en donde estaba como delegado del Gobierno, para que yo pueda seguir en la política.

L.S.V:

Y volver a lanzarse a la Gobernación de Boyacá para un político que le fue bien en la política nacional, que sacó casi medio millón de votos en la consulta del centro, ¿no es un retroceso?

C.A:

Sí, sin duda es un retroceso desde el punto de vista político. Saltar del escenario regional al nacional es algo muy difícil y yo lo viví. Yo duré un año recorriendo este país y solo aparecí en el escenario nacional cuando Galán empezó a acusarme de clientelista. Le gané a una figura de opinión como Alejandro Gaviria, hoy ministro de Educación Yo tengo la fe que si la consulta hubiera sido 10 días después, yo la gano.

Pero uno no debe pensar en lo mejor para uno, sino también para un equipo. Para mí el departamento Boyacá es un departamento que tiene mucho que apostarle a este país en este momento, que se aproxima una hambruna, una crisis económica, inflación por las nubes.

L.S.V:

¿Qué otras opciones evalúa entonces?

C.A:

Quedarme quieto y ser candidato en el 2026, esa es otra opción. Y en Bogotá varios concejales me han buscado para que sea candidato a la Alcaldía, algunos empresarios incluso.

Pero ahí, primero va la lealtad. Tengo un amigo que es extraordinario, un líder que tiene una visión de ciudad, es Luis Ernesto Gómez y que tiene aspiración de ser candidato. Yo no voy a atravesarme, si él decide no aspirar, yo podría evaluarlo.

 

 

 

L.S.V:

¿Cómo ve los acercamientos de Claudia López, aliada suya, al Gobierno? Hay un cambio grande de cómo trataba a Iván Duque, a pesar de que Petro no ha sido siempre leal.

C.A:

Claudia es una mujer extremadamente inteligente, que va dejar muchas huellas en la ciudad, cuando todas sus obras se terminen, será sin duda la mejor alcaldesa de los últimos tiempos. A ella le funcionó irse duro contra Duque. Ahora no puede salir a cascarlo, cuando su sector político ya apoyó a Petro.

Con Petro puede tener buenas relaciones, pero todo el petrismo le está dando cuchillo porque se acercan las otras elecciones. Entonces ella tendrá que mirar cómo tramita eso, pero también está pensando en las regionales. Si se pone a pelear con el Gobierno, que tiene mucha influencia en Bogotá, probablemente va a perder la ciudad.  

 

 

 

 

L.S.V:

Usted es cercano al mundo del carbón, ¿cómo ve la discusión que ha planteado el presidente Petro alrededor de la necesidad de acabarlo? 

C.A:

Mi papá trabajó 38 años en Acerías Paz del Río. Empezó trabajando como minero bajo tierra. Después enfermó del pulmón y terminó siendo basculero.

El carbón metalúrgico se convierte en coque, con un proceso industrial, y se funde para hacer el acero. Es demagogia decir que se acabará con el carbón. El carbón térmico quizás, porque se puede reemplazar por energías alternativas. Pero no hay ningún reemplazo para el carbón metalúrgico. Como boyacenses y colombianos tenemos que seguir vendiendo coque, somos el tercer productor del mundo, después de China y de Polonia.

A mi papá y a muchos que se dedican a la minería les ha tocado vivir con la fe del carbonero, meterse en un socavón no sabiendo si va a salir. Y que diga Petro que el carbón es como la cocaína, mucha gente se siente mal.

Soy verde, sí, y soy antiminero de la minería en páramos, que contamina, o la que no se formaliza. Pero soy defensor de la minería que lo hace bien, de la formalidad a sus trabajadores, que les dan la posibilidad de estudiar a sus hijos y a tener un techo.

El presidente está equivocado, la transición no se decreta, se concreta y se planea. Es decir, uno no puede hacer demagogia ambientalista diciendo vamos a acabar con el carbón que saca Colombia. El presidente Petro dice que si Colombia saca el carbón que tiene, acabará con la humanidad, pero si Colombia lo produce o no lo produce, el carbón metalúrgico se va a seguir necesitando para la industria del acero.

Al presidente le va a tocar echarse para atrás, seguir explorando, buscando petróleo y seguir sacando carbón. Porque esa reforma tributaria va a ser exitosa en la medida que sigan sacando carbón, si dejan de sacar no van a recaudar los 20 billones que se pretende.

L.S.V:

Hoy la derecha, con su acercamiento y oposición al Gobierno, es protagonista y contraparte ¿cómo siente que el centro puede seguir jugando en la política?

C.A:

Cometimos infinidad de errores, comparto con Fajardo que esto fue un fracaso. Pero yo creo que los fracasos son hermosos también. Si el centro usa este fracaso para potenciarse, para reinventarse, yo creo que puede ser una buena oportunidad para Colombia.

Hoy en las encuestas a Petro le va muy bien dentro del centro. Es decir, el centro sigue existiendo y ahí hay una opción. Hay momentos en los que la gente está tan mamada de un sector que se pasa para el otro lado, estaba tan mamada de la derecha después del uribismo de Duque, que se fueron para el otro lado. Pero también habrá momentos en los que la gente buscará una opción moderada y yo creo que hay que prepararnos para eso.

El centro debe unir y nosotros nos dedicamos a pelear, esos fueron los errores que ocasionaron ese fracaso. 

L.S.V:

El centro estuvo capturado por una discusión sobre si acercarse o no a los partidos tradicionales y hoy estamos viendo una izquierda que hizo una coalición de forma muy pragmática. ¿Esa discusión sigue siendo importante en el centro?

C.A:

La coalición se equivocó en esa discusión, politizar la moral es una equivocación. Uno sí tiene que darle ética y moralizar la política, pero no terminar usando la moral como instrumento político. La gente necesita funcionarios públicos que trabajen con honestidad, que lo hagan bien y Gobiernos que sean eficientes en solucionar los problemas.

El centro tiene que presentar propuestas de soluciones honestas y transparentes, pero no dedicarse a juzgar a los demás. 

L.S.V:

¿Y quién es el líder de ese centro? Es Sergio Fajardo, por ejemplo. ¿Usted cree que es el líder o se cree que ya debería un poco dar un paso al costado? 

C.A:

Yo no soy de los que quiere jubilar a Sergio, él sigue siendo un referente muy importante en el centro. Ahora hay que trabajar para que él pueda conectar con más gente, que eso signifique que aspire, será una decisión de él. Ya están haciendo algo importante, por fin van a ser partido, porque Sergio cometió un error siempre y era que él aparecía cada elección, pero no había una base que estuviera organizada.

Ahora está entre Dignidad y Nuevo Liberalismo. Yo esperaría que quede en Dignidad de Jorge Robledo..

L.S.V:

¿Cómo se va a jugar el centro ahorita en las regionales? ¿Cuál debería ser el objetivo?

C.A:

Hemos conversado en la idea de que podamos estar juntos en las regionales. Pero antes de hablar de candidaturas tenemos que hablar de qué representa el centro.

Tenemos claros los principios, lo programático, ahora falta cómo tramitamos las diferencias, cómo nos conectamos con los ciudadanos. Si yo vuelvo a aspirar, lo haría tratando de juntar de nuevo esas fuerzas de lo que fue la coalición Centro Esperanza.

Cada región es distinta, hay que dejar la autonomía de las regiones y cada una definirá si hace una alianza en ese Frente Amplio del Pacto Histórico o si es una alianza con el centro. Por ejemplo en Boyacá, una alianza con el Pacto Histórico no es posible, porque el Pacto Histórico se une con el uribismo para atacarme a mí, que es un poco lo que le pasa a Claudia en Bogotá.

En Medellín también hay una opción del centro y el liderazgo de Fajardo no ha desaparecido del todo. En Cali, si bien es cierto que Ospina fue un fracaso, es posible que el centro se potencie con Catalina Ortiz o Alejandro Eder.

El centro puede llegar a darle contenido a la oposición, sin salir a oponerse a todo lo que dice Petro. El presidente necesita a esa oposición rabiosa y un poco torpe. Y esa oposición rabiosa necesita las decisiones de Petro y el juego de ellos es desaparecer al centro.

L.S.V:

¿Y frente a los partidos tradicionales? 

C.A:

Uno no puede llegar a gobernar y permitir que los partidos tradicionales sigan como si nada haciendo política como lo han venido haciendo históricamente. Tampoco creo que uno tenga que descartar a los partidos tradicionales, pero sin asumir sus reglas.

No soy de esos puritanos que dicen que van a gobernar sin políticos, eso es un cuento chino. Hay políticos buenos y con los políticos buenos es que hay que trabajar. 

Desde el 2021 soy el editor general de La Silla Vacía. Estudié filosofía en la Universidad Nacional, luego hice una especialización en periodismo en Los Andes y una maestría en comunicación en la Universidad de Georgetown. He trabajado en TV, radio y prensa.

Cubro al gobierno de Carlos Fernando Galán en Bogotá. Empecé como periodista del En Vivo y escribiendo sobre política exterior, la relación con Venezuela y migración. Soy politóloga e historiadora de la Universidad de los Andes. Escríbame a mrestrepo@lasillavacia.com