Mi papá trabajó 38 años en Acerías Paz del Río. Empezó trabajando como minero bajo tierra. Después enfermó del pulmón y terminó siendo basculero.
El carbón metalúrgico se convierte en coque, con un proceso industrial, y se funde para hacer el acero. Es demagogia decir que se acabará con el carbón. El carbón térmico quizás, porque se puede reemplazar por energías alternativas. Pero no hay ningún reemplazo para el carbón metalúrgico. Como boyacenses y colombianos tenemos que seguir vendiendo coque, somos el tercer productor del mundo, después de China y de Polonia.
A mi papá y a muchos que se dedican a la minería les ha tocado vivir con la fe del carbonero, meterse en un socavón no sabiendo si va a salir. Y que diga Petro que el carbón es como la cocaína, mucha gente se siente mal.
Soy verde, sí, y soy antiminero de la minería en páramos, que contamina, o la que no se formaliza. Pero soy defensor de la minería que lo hace bien, de la formalidad a sus trabajadores, que les dan la posibilidad de estudiar a sus hijos y a tener un techo.
El presidente está equivocado, la transición no se decreta, se concreta y se planea. Es decir, uno no puede hacer demagogia ambientalista diciendo vamos a acabar con el carbón que saca Colombia. El presidente Petro dice que si Colombia saca el carbón que tiene, acabará con la humanidad, pero si Colombia lo produce o no lo produce, el carbón metalúrgico se va a seguir necesitando para la industria del acero.
Al presidente le va a tocar echarse para atrás, seguir explorando, buscando petróleo y seguir sacando carbón. Porque esa reforma tributaria va a ser exitosa en la medida que sigan sacando carbón, si dejan de sacar no van a recaudar los 20 billones que se pretende.