Clara López termina su breve paso por la Alcaldía en un mes y sale con una de las aprobaciones más altas del país (78 por ciento según la última Gallup, la más alta en esa encuesta desde que comenzó a hacerse en 1994) y con la etiqueta de 'presidenciable', a pesar de haber sido una de las fichas clave en el gabinete del desacreditado Samuel Moreno. ¿Cómo logró esa proeza?

La empatía entre Juan Manuel Santos y Clara López ha sido una ventaja para los dos. Mientras Samuel Moreno ha tenido que enfrentar proceso penales y disciplinarios, López regresó a la administración distrital y está a punto de entregarle el cargo a su antigua fórmula presidencial, Gsutavo Petro.
López fue Secretaria de Gobierno de Bogotá desde el 1 de enero de 2008, cuando Samuel Moreno llegó a la Alcaldía, hasta el 10 de marzo de 2010, cuando resultó elegida candidata a la Vicepresidencia por el Polo, como fórmula de Gustavo Petro.
Es decir, en esos más de dos años ocupó uno de los cargos más importantes del gabinete de Moreno, una de las administraciones más cuestionadas de la última decada. Y además, su paso por la Secretaría no estuvo exenta de polémica.
En marzo de 2009, el entonces Zar Anticorrupción, Óscar Ortiz, la señaló de clientelismo. “Quedó en evidencia que la secretaria de gobierno Clara López llenó de contratos a los amigos de su marido, el ex concejal del Polo Carlos Romero” le dijo a El Tiempo. López se defendió afirmando que uno gobierna con los amigos y no con los enemigos, que no tenía conflicto de intereses y que no había hecho contrataciones amañadas.
En diciembre de ese año la Procuraduría le formuló pliego de cargos por la contratación de personas que habían trabajado con su esposo, Carlos Romero, en el Concejo, pero finalmente, en septiembre de 2010, la Procuraduría la absolvió por este tema.
López también era la cuota del Polo más importante en el gobierno de Moreno y defendió no sólo su gestión sino también su permanencia en el Partido hasta el último momento. Cuando Gustavo Petro, Carlos Vicente de Roux y Luis Carlos Avellaneda hicieron público el informe de la Comisión de Seguimiento a la Contratación en Bogotá y pidieron la expulsión de los hermanos Moreno del Polo, Clara López los defendió a capa y espada y criticó duramente a Petro, a pesar de haber sido su fórmula vicepresidencial durante las elecciones.
Sin embargo, hoy, tan solo un año después, mientras que Samuel está en el infierno de los procesos penales y disciplinarios, con su imagen pública por el suelo y políticamente liquidado, López saborea las mieles de la popularidad y tiene las puertas abiertas para jugar un papel importante en la política nacional.
Esto lo logró gracias a una 'elegante' marcada de distancia frente a su exj efe, ejerciendo un liderazgo fuerte en la Alcaldía y beneficiándose de su pertenencia al establecimiento bogotano.
Marcando distancias con Samuel
Cuando asumió como Alcaldesa encargada, en junio de este año, la primera reunión de López fue con Juan Manuel Santos, con quien llegó a ciertos acuerdos y no con el alcalde suspendido. Y su segundo acto fue presentar un corte de cuentas de la ciudad que recibía. Aunque el tono de este informe era muy neutral y no se ensañaba contra Moreno, sí envió el mensaje de que la suya no era una continuación de la alcaldía que venía, sino una nueva administración. Además, hizo cambios en el gabinete distrital, aunque no necesariamente donde estaban los focos de corrupción ni los funcionarios más polémicos.
Lo que sí hizo fue nombrar gente del Polo, con lo que logró a la vez fortalecerse dentro de su partido y subrayar la idea, que ya había expresado públicamente Carlos Gaviria, de que "Samuel no gobernó con el Polo".
También instaló una cámara de video a la entrada del Palacio Liévano con streaming 24 horas como una medida de transparencia para que cualquier persona pudiera verificar quién entraba y quién salía de la Alcaldía.
Hacer esto cuando Samuel estaba suspendido solo por tres meses, hasta principios de agosto, fue interpretado como una ruptura con la Anapo y sus cabezas.
Los vientos de cambio que trajo Clara resultaron más creíbles porque ya había pasado un tiempo desde su salida del gabinete. Con la candidatura a la Vicepresidencia como fórmula de Petro, López pasó a la política nacional en un momento en que el Polo aún no había sido golpeado por el escándalo del 'Cartel de la contratación'. Aunque las primeras grabaciones surgieron pocos meses después, su nombre nunca estuvo vinculado en ese escándalo. Y cuando llegó a la Alcaldía lo hizo como una polista y no como una samuelista.
'Ahora sí hay alcalde'
Pero más importante, desde que llegó a la Alcaldía, López ha tomado algunas decisiones sonadas que han hecho sentir a la gente que ahora sí hay alcalde, lo que marcó un contraste con Moreno.
Samuel Moreno entregó un contrato para hacer una troncal ‘liviana’ de Transmilenio por la Carrera Séptima que no dejó contento a nadie. Moreno lo fue postergando a cuentagotas. López, en cambio, tomó una decisión más radical y lo suspendió por un año, con lo que dejó la decisión de qué hacer con el contrato y con la Séptima al siguiente alcalde. A la vez, dijo que estaba inclinada por construir un 'corredor verde'.
También prohibió la venta de alcohol en los alrededores de las universidades. Fue una decisión criticada por los técnicos y los comerciantes, pero muy aplaudida por la gente, que sintió que por fin había alguien con autoridad y que abordaba el problema de la violencia asociada al trago que muchos bogotanos sienten cercano.
Mostró su carácter y su talante de izquierda cuando atacó la venta de la ETB, que finalmente se hundió. También su decisión, que contrasta con la debilidad de Samuel, al sacar adelante la difícil revisión del POT con la CAR, jugársela a fondo por la licitación del Sirci a pesar de los rumores de que estaba amañada y apoyar la polémica licitación de las basuras, hoy frenada por la Corte Constitucional.
Con una administración al garete, como fue la de Moreno en sus últimos meses, la llegada de Clara cambió radicalmente la percepción de la gente.
Esto se ha irradiado dentro de la administración. “Clara pregunta, entiende las cosas rápidamente y toma decisiones concretas. Muchas veces apoya las decisiones de los secretarios o de los técnicos y sale a defenderlas ante los medios y frente a otras entidades. Se siente un nuevo liderazgo en el equipo” dijo a La Silla Vacía un alto funcionario del Distrito.
“Clara ha puesto a funcionar el Consejo de Gobierno, que en tiempos de Samuel era un chiste. Ahora sí hay metas e indicadores de gestión” dijo un alto asesor de una Secretaría a La Silla Vacía. “Eso se siente en mi nivel, que no tiene contacto directo con ella”, explica.
“Como funcionario, ella lo hace respetar a uno. En reuniones con otras entidades, por ejemplo en Presidencia, uno se siente respaldado por ella frente a los Ministros", afirma otro asesor del Distrito.
Ninguno quiso dar su nombre para no aparecer como lisonjeros.
Ese liderazgo que proyecta dentro de la administración también lo ha proyectado hacia afuera.
Los apoyos
Mientras que el manejo de las comunicaciones de Samuel Moreno fue un desastre, la alcaldesa ha sabido granjearse la simpatía de los medios. “Es muy mediática. Comunica lo que la gente quiere oír. Se ha concentrado en miedos generales, por eso su afán de reglamentar la venta de alcohol cerca de las universidades” dice Fernando Rojas, profesor de la Universidad Javeriana y experto en temas urbanos.
“Es una mujer, pausada, mayor, que proyecta tranquilidad hacia afuera de la administración” le dijo a La Silla Vacía un asesor de un secretario distrital. Efectivamente, es una mujer preparada, que conoce Bogotá. Eso le ayuda a mostrar dominio de los temas y a proyectar capacidad gerencial.
Y los medios le han ayudado, porque son cercanos a ella. López es nieta y sobrina de Presidente, prima de Felipe López, el dueño de Semana, prima del ex ministro Alfonso López. Cuenta con varios apoyos en el establecimiento bogotano, que con Santos tiene mucha fuerza en el poder.
La relación entre la Alcaldesa y el Presidente es muy buena. Tanto, que según dijo López en la ceremonia de cierre de la urna bicentenaria, la visita de Santos a la Alcaldía fue la primera de un Presidente registrada en la historia del Palacio Liévano, y Santos, a su vez, recibe a López en un salón especial en la Casa de Nariño.
Esos contactos le permiten moverse como pez en el agua en los círculos de poder y ayudan a que la opinión pública le perdone su pasado samuelista.