En una alcaldía en crisis, Claudia López no encuentra su narrativa

Claudia López llegó al Palacio Liévano con la popularidad inusualmente alta para los estándares de la capital. En la encuesta Invamer Poll tenía una favorabilidad de 89 por ciento. Este año ha perdido más de la mitad de ese apoyo.

Detrás de esa caída estrepitosa, según nos contaron fuentes dentro del gobierno y dentro de su partido, hay más que la crisis de seguridad que atraviesa Bogotá, donde el homicidio se disparó este año en más del 50 por ciento frente al 2019.

López, quien como senadora había sido reconocida por su lucha anticorrupción, hasta ahora, como alcaldesa, no tiene narrativa propia. Al menos eso dicen dos funcionarios y tres personas que la han asesorado en comunicaciones. “Eso es un desafío. A otros alcaldes los asocias con algo. ¿A Claudia con qué?”, se pregunta uno de sus funcionarios del gabinete.

La respuesta ha sido una gestión frenética, que va de crisis en crisis, con una mandataria que es una comunicadora efectiva, pero que lanza mensajes contradictorios y caza peleas constantes que la han dejado cada vez más sola.

Adentro siguen buscando un mensaje, “Ahora estamos construyendo un nuevo discurso. Estamos en eso”, dice una persona de su equipo de comunicación, “echando globos”, afirma otra.

Requiem por una narrativa

Durante el primer año de pandemia el liderazgo de Claudia López trascendió Bogotá. Fue una voz nacional que advirtió contra los peligros del virus, y la necesidad de tomar medidas extraordinarias. Pero ahora el discurso de la “La Bogotá cuidadora”, el lema que empezó a usar su alcaldía, ha chocado con dos realidades que había matizado el covid: la inseguridad y el talante de López.

Para una asesora de la Alcaldía, que pidió no ser nombrada para hablar libremente, “La Bogotá cuidadora no cala cuando vives en una ciudad hostil, en la que tus bienes no están a salvo. Tampoco cuando hemos visto actitudes hostiles de la alcaldesa, como el “trabaje juiciosa”, “tus rines lujosos pueden esperar”, la criminalización del migrante o la actitud con los periodistas”.

Esto ha dejado un vacío en el mensaje de López, “En comunicación política y ante múltiples problemas es importante construir un mensaje y a partir de ese mensaje dirigir las acciones. Claudia tiene muchos mensajes y ninguna narrativa clara”, dice Liliana Gómez, directora de la maestría en Comunicación, Tecnología y Sociedad de la Universidad Javeriana.

Pero Augusto Reyes, quien trabajó hasta hace unos días como asesor de comunicación política del despacho, explicó que la estrategia es comunicar con las acciones de Gobierno. “La estrategia es que realmente la seguridad mejore, más que hacer estrategias de comunicación para mejorar la percepción de inseguridad”. Eso mismo nos confirmó Fernando Rojas, quien renunció la semana pasada al mismo equipo para lanzarse a la Cámara.

Adentro reiteran que más que las encuestas, son las cifras reales de los problemas de Bogotá los que marcan el camino, “Claudia no es más exigente por lo que digan las encuestas. Está preocupada todos los días por las cifras de pobreza, los empleos, los homicidios, los hurtos. Y sobre eso nos exige y trabajamos”, dijo a La Silla una alta funcionaria de su gabinete.

Ese trabajo lo lidera siempre López, en una alcaldía en la que el resto de los funcionarios tiene poca visibilidad. En cada crisis está ella al frente de entrevistas en medios, en redes sociales, ruedas de prensa, y en la calle.

Pero sus mensajes son frecuentemente contradictorios. Por ejemplo, durante el paro, cuando el Gobierno Duque acudió a la asistencia militar para levantar bloqueos, López dijo que “en Bogotá no hay ni habrá militarización”. Unos meses después pidió que miles de policías militares patrullen las calles para reducir el crimen, y dijo que el Ejército, por ejemplo, ayudaba a cuidar el páramo de Sumapaz en Bogotá y evitaba la entrada de las disidencias.

En el centro… de la pelea

Si la crisis de la ciudad, y su narrativa no ayuda a la imagen de la alcaldesa, mucho menos sus relaciones. Durante un año la alcaldesa ignoró las críticas de su mayor opositor, Gustavo Petro. Pero recientemente, cuando la carrera política por el 2022 se ha calentado, decidió empezar a responderle.

La pelea más reciente ha sido porque desde la izquierda la han criticado por los casos de brutalidad policial que se vieron en el paro, lo que la aleja de sus bases entre los jóvenes. Ante eso, la alcaldesa decidió utilizar la salida de doble filo del senador Gustavo Bolívar de hacer donaciones para los jóvenes de primera línea y acusar a todo el petrismo de radicalizar jóvenes que terminan cometiendo actos vandálicos.

La pelea terminó en que concejales y congresistas de la Colombia Humana la demandaron para que se retracte.

“Las peleas con el petrismo nos hacen mucho daño”, dice una de las asesoras de la alcaldesa. “Ella sería mejor gobernando si no tuviera Twitter”, dice otra. Para otro asesor, en cambio, “fue una idea de la alcaldesa misma. Ella es su mayor estratega de comunicación y esa (responderle a Petro) es una muy buena idea, que además tiene sustento”.

La alcaldesa recientemente también tuvo encontrones con la justicia. Señaló que 8 de cada 10 capturados quedaban en libertad, lo cual es cierto. Pero al decir que los jueces estaban “del lado de la impunidad”, varios se pronunciaron para rechazar su afirmación. Uno fue el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, quien le recordó que en las decisiones estaban la garantía de los derechos de los acusados y que la rama judicial debe ser independiente.

Con la Policía tiene una relación de amores y odios. Ella ha manifestado estar de acuerdo con una reforma a esa institución, y ha rechazado públicamente los casos de brutalidad policial, cosa a la que no estaban acostumbrados los uniformados. Pero, al mismo tiempo, la alcaldesa pide más pie de fuerza para mejorar la seguridad, incluidos policías militares, y dice que arriesgan su vida por la seguridad de la gente.

Por el lado de la derecha también la critican no solo sus contradictores, sino también esa parte de la ciudadanía que se ha visto afectada por los problemas de orden público, como sucedió en el caso del Portal Américas. Allí unos vecinos apoyaban a los manifestantes, otros, en cambio, reclamaban su derecho a la movilidad y a la tranquilidad. 

Pérdida de apoyo en sus bases

Es frecuente ver en redes sociales que varias personas que votaron por López manifiesten su desilusión con algunas de las decisiones y posturas que ha tomado que la enmarcan más a la derecha.

Haber cogido de bolsa de boxeo a los migrantes le ha costado críticas incluso dentro de sus aliados, como Sergio Fajardo y Juanita Goebertus. 

“Cuando votamos por Claudia López nos imaginamos que iba a ser más de centro izquierda, pero ante la crisis sus respuestas han sido más de derecha y el cambio que se esperaba no se ha visto”, dice la analista Gómez.

Tres asesores de la alcaldesa coincidieron en que algunas de las decisiones que ha tomado la alejan de sus bases, y muestran su pragmatismo. Entre esas decisiones destacan, por ejemplo, hacer TransMilenio por la 68 y por la Séptima.

En la primera troncal, por ejemplo, ha tenido que talar árboles. Aunque ha dicho que por cada árbol talado va a sembrar cinco, no le perdonan que en campaña haya prometido no hacer esas obras cuando señalaba a Peñalosa de ser un leñador.

Afirmaciones como “¿Queremos criminales más apretaditos en las cárceles o más libres en las calles?”, también la alejan de una visión más progresista. Pero López no se aleja del todo, pues a la vez, tiene otras iniciativas incluyentes como las manzanas del cuidado, con las que pretende mejorar las cargas para las mujeres que se dedican a cuidar a otros, solo que tienen menos visibilidad.

“La derecha nunca la va a querer, y, en cambio, con esos discursos sí está perdiendo a sus bases”, dice una asesora de la alcaldesa. Pero para otro de sus asesores “la alcaldesa es más pragmática que populista, por eso no actúa únicamente de acuerdo a lo que espera la gente”.

En ese grupo de personas que apoyaban a la alcaldesa y que han tomado distancia están también líderes del Partido Verde. Esa colectividad no está dividida solo para las elecciones del 2022. Tampoco se pone de acuerdo en un apoyo decidido hacia la persona que ocupa el cargo de elección popular más importante del país entre sus toldas.

Las últimas críticas del Verde en el Concejo han sido por haber incluido a TransMilenio en el rescate social, e incluso algunos de ellos votaron en contra de la gerente de Canal Capital en la moción de observación. Otro gesto que muestra la falta de apoyo de esa bancada hacia la alcaldesa es el hecho de que el mismo día que los petristas la demandaron, diez congresistas publicaron una carta para pedir unidad entre el Pacto Histórico, liderado por Petro, y la Coalición de la Esperanza.

Para el concejal verde Luis Carlos Leal una de las razones es que “la alcaldesa no gobierna con su partido”. Dice que aunque les da espacio para reunirse, estos encuentros terminan siendo infructuosos.

Mauricio Toro, representante verde, dice que varios dentro de la bancada están inconformes con que los verdes sean los que en muchas ocasiones más duro le dan a la alcaldesa. Agrega que para tramitar las críticas “no hay un canal directo y eso es culpa del secretario de Gobierno, que es incapaz de manejar una relación cordial con los concejales verdes. Aquí como no hay canal entonces todos salen a dar pata”.

Y, si bien todos los proyectos que ha presentado han pasado, Toro agrega que “a un costo muy alto en críticas de los mismos verdes”.

Según el secretario, Luis Ernesto Gómez, este ambiente tiene que ver con que “las campañas de 2022 generan tensiones entre colegas”. Sin embargo, dice que “desde la secretaría he trabajado muy bien con los congresistas y concejales verdes”.

Lo que viene

En todo caso, algunos verdes ya decidieron apartarse de la figura de López. “Va a seguir cayendo y eso nos puede afectar para las elecciones”, dijo una congresista, quien pidió no ser citada para evitar roces con sus compañeros de bancada.

Toro dice que llevará el tema de la imagen de la alcaldesa a la próxima reunión del partido para tratar de cobijar a la mandataria y tratar de “recomponer las relaciones entre la bancada y la administración”.

El senador y precandidato Antonio Sanguino, por su parte, dice que va a proponer que para las próximas elecciones los avales para los que quieran lanzarse por ese partido se den con la condición de que apoyen a los mandatarios verdes. “Suficiente con el palo que ya tenemos internamente”.

Dentro del equipo de López, seguirán enfocados en la gestión. En cuanto a la comunicación hay poco margen para dejar el estilo personalista de la mandataria, pero, dicen en su equipo, harán un esfuerzo para que los funcionarios, que son más técnicos que políticos, salgan más en medios.

Periodista. Soy editora de Redes Sociales en La Silla Vacía. Cubrí las movidas del poder en Bogotá y el gobierno de Claudia López. También hice algunos reportajes sobre reforma agraria. Antes trabajé en la Revista Semana y colaboré para revista Arcadia y Dinero. Soy coautora del libro 'Los presidenciables...