“A una parte de los votantes del Centro Democrático les gusta más la alternativa de Fico que la de tener un candidato propio. Porque es fresco, no tiene rollos de corrupción, es comprometido con la seguridad”, dijo otra de las fuentes de ese partido.
Gutiérrez ha recibido varios guiños públicos, entre ellos de Tomás Uribe, hijo del expresidente, quien hace una semana compartió uno de los videos de campaña del exalcalde y lo comparó con Alejandro Gaviria: “Mejor un man de Medellín que se siente orgulloso de ser de Medellín que otro que se cree medio rolo y trata de suavizar la ese”.
La posición, sin embargo, no es unánime. Algunas voces en el partido dicen que renunciar a fortalecer un candidato propio sería un error: “Uno no puede entrar a la batalla declarándose perdedor”, dijo otro congresista.
La semana pasada el Centro Democrático definió un mecanismo para elegir un precandidato en noviembre. La elección será entre el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga, las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, el representante Edward Rodríguez, el analista Rafael Nieto y el exgobernador de Casanare Alirio Barrera.
En lo que coinciden las dos tendencias del partido —la que apuesta por Gutiérrez y la que prefiere fortalecerse internamente— es que quien quede elegido por el Centro Democrático tendrá que medirse en una consulta en marzo. La idea común, según otro de los ocho militantes consultados para este artículo, es “apoyar a un candidato propio, así no gane, para que impulse las listas al Congreso, pero si llegamos separados de Fico a primera vuelta nos hundimos”.
El empresario que unió a la derecha en 2018 está con Fico
La principal apuesta de Gutiérrez, como en su campaña a la Alcaldía, es ganarse a los empresarios. Para 2022 —según tres fuentes del empresariado paisa— Gutiérrez comienza un respaldo clave: Manuel Santiago Mejía, dueño del Grupo Alkosto, de electrodomésticos Kalley y la ensambladora de motos AKT, y uno de los empresarios con más influencia en la política de derecha en Colombia.
En 2018, fue Mejía quien ayudó a unir a la derecha al sentar a Uribe, al expresidente Andrés Pastrana, a la candidata conservadora Marta Lucía Ramírez y a Alejandro Ordóñez, para convencerlos de hacer una consulta en marzo de ese año.
La amistad de Mejía con Gutiérrez viene de su época como alcalde, cuando lo ratificó como miembro de la junta de Empresas Públicas de Medellín (EPM) y lo nombró en la de Ruta N, el centro de innovación de esa ciudad.
“En todas las grandes reuniones que tenía la Alcaldía de Medellín, Manuel Santiago Mejía estaba a su lado. Para esta campaña se la jugó por él”, le dice una fuente de los empresarios paisas que pidió no ser citada. Otra agregó que “en la alcaldía eran íntimos, de salir a parrandear. Puedo confirmar que ahora está apoyando a Gutiérrez a la presidencia”.
Mejía negó estar apoyando a Gutiérrez directamente, “Soy muy amigo de Federico, lo quiero mucho, pero soy del Partido Conservador. Estoy esperando una alianza entre todos los candidatos de centroderecha: los exalcaldes, el partido Conservador y el Centro Democrático”, dijo.
Los vínculos de Mejía se extienden por toda la derecha. Es amigo de Pastrana y trabajó en su Gobierno en el Fondo de Reconstrucción de Armenia y en el Plan Colombia. También es amigo de Uribe desde los 80, fue socio del hermano menor del expresidente, Santiago Uribe -hoy imputado por la Fiscalía por paramilitarismo y a la espera de la decisión de un juez-, en una hacienda de cría de toros de lidia. Hoy, según una fuente cercana al uribismo, Mejía “se mantiene en la finca de Uribe en Llanogrande”.
La influencia de Mejía en el partido conservador y su amistad con Uribe lo han llevado a ser un punto de encuentro de la derecha en las últimas dos elecciones que han ganado: la campaña por el No en el plebiscito y la de Duque a la presidencia en 2018.
En caso de que apueste por Gutiérrez en 2022, como afirman las fuentes consultadas por, le daría al exalcalde una posibilidad de posicionarse como el punto de encuentro de la derecha.
El espejo del 2015
La campaña de 2022, en la que parte del uribismo apoya a Gutiérrez pese a no ser el candidato del partido, hace un espejo con la del 2015, cuando ganó la Alcaldía.
Entonces, cuenta el senador José Obdulio Gaviria, “muchos sectores del partido realmente apoyaban a Federico, pero no se encontró un mecanismo para elegirlo como candidato porque no estaba afiliado al partido, y terminamos apoyando a Juan Carlos Vélez”.
Otra fuente de ese partido, que pidió no ser citada, fue más lejos: “Uribe quería apoyar a Fico, pero se le cruzó Juan Carlos Vélez”.
En su discurso de posesión, el 1 de enero de 2016, Gutiérrez le dedicó algunas de sus primeras palabras como alcalde al expresidente: “A Álvaro Uribe, a quien respeto y admiro, mi invitación para seguir sirviendo a esta ciudad”, dijo.
Su relación se afianzó durante los cuatro años de la administración en los que el alcalde priorizó algunos de los temas claves para el uribismo, como la seguridad y la buena relación con los empresarios. “Uribe lo ve casi como un hijo. Se han expresado su cariño, su confianza y sus ideales conjuntos en muchas reuniones íntimas”, dice un empresario paisa cercano al uribismo.
Esa relación no implica, en principio, que Uribe apoye al exalcalde. “Uribe es el hombre más práctico que conozco. Él no está pensando en elegir a Federico, sino al que tenga más opciones de ganarle a Petro. Si ese es Federico, entonces lo apoyará”, dijo una fuente del Centro Democrático.
Y en eso se ha enfocado parte del discurso de Gutiérrez como candidato. En el último mes ha dicho que “Gustavo Petro no va a ganar la presidencia” y que él representa “todo lo contrario a Petro”.
Para centralizar el apoyo de la derecha Gutiérrez depende de la viabilidad de su candidatura. Todo lo demás —la amistad de Uribe, el puente con los empresarios y el apoyo de un sector del Centro Democrático— ya lo tiene.