Con correos electrónicos falsos y suplantando a cientos de empresarios se resolvió la elección de dos personas que deciden el futuro ambiental de Cundinamarca.
La elección de los delegados del sector privado en el consejo directivo de la Corporación Autónoma Regional, CAR, suele pasar debajo del radar, pero es clave porque ayuda a definir el control de una entidad superpoderosa.
Maneja un presupuesto anual de 880 mil millones de pesos, mayor que los de departamentos como Sucre o Casanare, tiene en músculo burocrático que incluye a 2500 contratistas y es uno de los grandes fortines burocráticos en Cundinamarca. Y su consejo directivo elige a su director, define el plan de acción y decide qué áreas tienen protección ambiental y cuáles no, entre otras.
Con el fraude resultaron elegidos un contratista de fotomultas y la hija de un exalcalde condenado por homicidio.
La operación
El 24 de agosto hubo romería en la calle 35 sur con carrera 70, en el barrio Kennedy de Bogotá. Allí queda la sede de Gerencia Urbana, empresa de Danilo Ramírez Vargas, el abogado contratista de fotomultas que ese día fue elegido como miembro del consejo directivo de la CAR.
Ramírez tiene negocios de tránsito en varias regiones. Algunos han sido cuestionados por la manera en la que se los ganó.
A las 7 de la mañana se empezó a formar una fila a la entrada de la empresa. El llamado era una promesa de trabajo inusual y lucrativa: recibir 100 mil pesos y un almuerzo a cambio de participar en el simulacro de una votación. La condición era llevar computador portátil propio.
Unas 120 personas se registraron a la entrada de Gerencia Urbana y recibieron una bolsa ziploc numerada. Adentro había una hoja con varios datos y una tarjeta sim.
Luego llenaron una sala en el segundo piso de la casa con fachada blanca y allí recibieron las instrucciones.
Cada uno tenía que abrir los 12 correos electrónicos que estaban en la hoja, y lo debían hacer usando exploradores de internet diferentes para mantenerlos activos simultáneamente.
Después debían entrar a una plataforma de la CAR en la que validaban cada correo, y así recibían un código que los habilitaba a votar. Con eso, cada uno votaría 12 veces.
Para cumplir con ese propósito debían usar el número de cédula del empresario que aparecía en la base de datos que les entregaron.
En esa oficina del barrio Kennedy había personas suficientes para manejar más de 1.400 votos.
La suplantación
La preparación para armar la base de datos, y con ella el fraude, inició algunos días antes.
No cualquier empresario podía votar en la elección de la CAR. Había que inscribirse entre el 28 y 30 de junio con su certificado de cámara de comercio, un informe de actividades y soportes de que existe y funciona en Cundinamarca.
La CAR le daba el visto bueno y un código de ingreso para la plataforma en la que se iba a votar.
Para votar masivamente, alguien creó una base de datos con 1.920 correos en un archivo excel. Ese archivo tiene patrones que indican que la armó una sola persona o un solo equipo de personas:
- Casi 1.900 de los correos son de Outlook y Yahoo. Apenas 33 corresponden a dominios más usuales como Gmail, que suelen tener proceso de validación de identidad un poco más complejo.
- Cada correo aparece con su contraseña de acceso. Una de ellas, Sabanaviva2021 se repite 276 veces y figo*1919 aparece 1.567 veces.
- La mayoría de los correos está asociada a algún número de celular. Esos números y sus tarjetas sim asociadas, se repiten en varios correos.