El vicepresidente Angelino Garzón se queda en la Unidad Nacional y, más concretamente, se ganó el apoyo del Partido Liberal. Foto: Juan Pablo Pino

La entrada de Ángela Garzón al Partido Liberal, y a través de ella de su papá, es una jugada a varias bandas. Le quita a Uribe una ficha fundamental, reemplaza la izquierda dura de Piedad Córdoba por una más cercana al centro y termina de darle una estocada al samperismo.

Ángela Garzón estudió pregrado en la Universidad Nacional e hizo un posgrado en negociación en la Universidad de los Andes. Trabajó en temas de derecho internacional humanitario en la Cancillería. Fue Asesora de Dirección del Archivo de Bogotá y Subdirectora de Proyección Internacional en la Dirección Distrital de Relaciones Internacionales. También coordinó el area de investigación de la hoy desaparecida CNTV.

En el Partido Liberal dicen que es una excelente profesional. Sin embargo, no llega a la Secretaría Social y de Participación del partido solo por sus méritos. Es parte de una estrategia cuidadosamente planeada por Simón Gaviria para ganarse los afectos de Angelino Garzón.

El Ministro de Trabajo, Rafael Pardo, fue quien dió el primer timonazo en el liberalismo para pasar de defender una ideología socialdemócrata a proponer peleas más concretas. Foto: Juan Pablo Pino

Con esta movida, el ala del partido liderada por el ex presidente Ernesto Samper queda con un duro rival de las banderas sociales dentro del partido.
Simón Gaviria ha guiado al partido en los últimos meses, y consiguió los acercamientos con Angelino.

Como lo mostró la última encuesta Gallup, el vicepresidente sigue siendo la figura más popular del país, con el 74 por ciento de aprobación. Dada su cercanía con el expresidente Uribe, de quien fue embajador ante la ONU en Ginebra, y sus evidentes desacuerdos con el gabinete santista, el Centro Democrático esperaba contar con el guiño de Angelino para las próximas elecciones. Por eso, la entrada de su hija al Partido Liberal es un golpe fuerte contra el expresidente Uribe, y está en línea con el plan macro santista de quitarle oxígeno en todos los frentes.

“Se siente bien tener esa victoria contra Uribe. No tenemos muchas”, dijo a La Silla uno de los miembros del partido rojo.

Al ‘quitarle’ a Angelino, el liberalismo gana los votos que podría representar un guiño del vicepresidente para las siguientes elecciones legislativas. Es difícil saber exactamente cuántos. Su movimiento Centro Independiente es algo difuso y como nunca se ha medido en las urnas ni se sabe cuántos votos ponen, además, como contó La Silla, ya es claro que la CGT no apoyaría la reelección de Santos.

Pero más importante que los votos que consiga en el corto plazo, acercando a Angelino al Partido Liberal Simón Gaviria le arrebata a Uribe un símbolo poderoso.

El símbolo

El Centro Democrático de Uribe quiere posicionarse en la opinión pública y en el espectro político en el centro (de ahí el nombre). Para eso, es fundamental contar con una figura como Angelino y lo que él representa para los trabajadores y la gente más pobre.

Si al final, este nuevo movimiento se queda solo con personajes como José Félix Lafourie, José Obdulio Gaviria e incluso Marta Lucía Ramírez y Óscar Iván Zuluaga será difícil no ser ubicados exclusivamente en la derecha (donde según todas las encuestas no están la mayoría de votos).

Precisamente también por lo que significa, la llegada de Angelino al Partido Liberal es un golpe para la izquierda tradicional del partido representada en Piedad Córdoba y en el ex presidente Ernesto Samper.

La izquierda de Angelino se podría llamar la “izquierda del bienestar social”. Sus banderas no son el antiuribismo, la denuncia del paramilitarismo y de las violaciones de derechos humanos. Es una izquierda un poco más ‘light’, que promueve un diálogo social entre empresarios y sindicatos, mejores condiciones salariales y pensiones para todos. Que busca puentes con otros sectores políticos, incluso de derecha, y que está mucho más conectada con las minorías sexuales, étnicas y religiosas.

Es una izquierda que va en la línea del viraje que ha asumido el Partido Liberal en los últimos años. Desde que Rafael Pardo asumió la dirección, el Partido ha tratado de abandonar el discurso propiamente ideológico para conectarse con causas específicas, casi como si fuera una ONG, porque entiende que es allí donde la gente precisamente se politiza.

Por eso, se ha vinculado a la protesta ambiental contra la mina de oro en La Colosa en el Tolima o la explotación de gas en la reseva Seaflower en Providencia, con reivindicaciones como bajar el precio de la gasolina, que ha defendido el senador Luis Fernando Velasco, o con los derechos de los ancianos, una bandera defendida por el Ministro de Trabajo en varias leyes. También se han conectado con el movimiento de mujeres jugando un rol clave para hundir la propuesta de los conservadores de prohibir el aborto en todos los casos y con los gays, ya que han defendido la igualdad en el matrimonio (aunque el partido en pleno también votó por el Procurador Ordóñez con lo que borró con el codo parte de lo que había hecho con la mano).

Con el marginamiento de Piedad Córdoba dentro del partido, pues la ex senadora ha centrado toda su militancia en la Marcha Patriótica, con el nombramiento de Rafael Pardo en el Ministerio de Trabajo y con esta última movida, al samperismo pierde el liderazgo de la bandera social que le quedaba.

Ya, como lo había contado La Silla Vacía, con el nombramiento de Humberto de la Calle como jefe negociador con las Farc y de Fernando Carrillo en el Ministerio del Interior, el sector gavirista del partido le había arrebatado el tema de la paz, una de sus banderas tradicionales.

En ese contexto se entiende el poco entusiasmo de Alfonso Gómez Méndez, que representa el sector samperista, con la llegada de Ángela Garzón, quien como lo anticipó La Silla hace ya más de un mes, encabezará la lista de la Cámara por Bogotá. Esa movida también dejaría en un segundo lugar a Miguel Samper, el hijo de Ernesto, de quien hoy dijeron algunos medios que aspiraba a encabezar la lista liberal por Bogotá.

La siguiente jugada de los liberales para consolidar esa nueva izquierda es traer para sus toldas a varios Progresistas que saben que para ganar una curul en las próximas elecciones es mucho más fácil y económico hacerlo en una lista liberal al Senado: mientras para salir elegido por una lista liberal se necesitarán unos 34 mil votos, para hacerlo por la  conservadora se necesitrán 41 mi votos y 47 mil por Cambio Radical. Eso hace muy atractivo el Partido Liberal para los políticos.

Y el último paso es llevar a Angelino a la Alcaldía de Bogotá. Su hija es la avanzada.

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...