La campaña
Luisa María Dussan tiene 14 años y hace parte del equipo de Francia Márquez en Puerto Tejada, Cauca, un municipio cercano al de la candidata, Suárez. Con otros integrantes de Soy Porque Somos empezó a recoger firmas, puerta a puerta, para lograr el 1.200.000 que se pusieron como meta para el 1 de diciembre.
“Desde muy niña la admiro. En mi municipio quieren mucho a Francia. Lo que pasa es que aquí la política hay que hacerla puerta a puerta”, dice.
Según varios integrantes de su equipo de campaña, la apuesta de Márquez está precisamente centrada en la ruralidad y en el Cauca, aunque tendrá que enfrentar las dificultades logísticas de llegar a las zonas más apartadas del país.
“No estamos centralizados en Bogotá, hemos hecho nuestras reuniones en Cali –donde vive Márquez–, pero nuestra fuerza más importante está en el Cauca”, contó Maury Eliana Valencia, una de las integrantes del principal comité recolector de firmas de Soy porque somos. Su círculo más importante son las personas de su región, donde Márquez se hizo visible como lideresa ambiental.
Francia Márquez fue representante del Consejo Comunitario de La Toma, un corregimiento de Suárez, Cauca, en 2009. Desde ahí acompañó a la comunidad y se opuso a su desalojo luego de que el Gobierno Nacional permitiera la explotación minera en la zona. Ese liderazgo le costó después amenazas de grupos paramilitares.
Luego de años siendo lideresa de la población afrodescendiente, se hizo visible a nivel nacional en 2014, gracias a una movilización de mujeres negras que caminaron desde el Norte del Cauca hasta Bogotá para visibilizar el impacto de la minería en el Cauca. Por todo eso, su liderazgo fue reconocido con el premio Goldman en 2018, una especie de premio Nobel medioambiental. Es un respaldo de instituciones que trabajan en temas medioambientales, más de 100 expertos ambientales y cerca de 70 países distintos.
En campaña, en sus discursos, Márquez evoca siempre su región y no toma grandes decisiones sin el espaldarazo de su comunidad. “Mi decisión de aspirar a la presidencia no es un capricho, es un sentir de los pueblos y un sentir de la naturaleza”, dijo el martes pasado durante la conversación con Davis. En ella también profundizó sobre uno de los pilares de su campaña, que es la reparación de los efectos de la esclavitud y el racismo del que han sido víctimas las poblaciones negras.
Su equipo lo conforman sobre todo jóvenes, ambientalistas, profesores y los amigos que la han acompañado por años en su ejercicio de liderazgo. Hay personas como los profesores Hildebrando Vélez y Arturo Grueso, y otros con más experiencia en lo público como Andrés Idárraga, quien hasta junio fue director de Derechos Humanos de la alcaldía de Claudia López en Bogotá. Además de ellos, su comité de recolección de firmas son jóvenes, la mayoría universitarios, que por primera vez están participando en política.
La propuesta de campaña tiene seis puntos principales, que son los que el movimiento de Márquez tendrá que negociar en la agenda programática del Pacto Histórico, que todavía está en discusión. Entre ellos, la redistribución de la riqueza, la reparación de las víctimas, la transformación del modelo extractivista, la preocupación por las poblaciones negras e indígenas y la abolición del modelo carcelario.
En palabras de Márquez, “Soy porque somos es saber que no es posible pensarnos como individuos. Nos toca pensarnos con la naturaleza, entre humanos, como una gran familia”.
La puja dentro del Pacto Histórico
Su llegada a la coalición de izquierda fue un movimiento poco sorpresivo desde que Márquez hizo pública su aspiración de ser presidenta, porque ella es cercana al espectro político que representa el Pacto Histórico y apoyó a Petro en 2018. Pero le trajo cuestionamientos.
Ha tenido encontrones con algunos miembros de la coalición, como Gustavo Bolívar, muy cercano a Petro.
Por ejemplo, durante una entrevista en el programa Zona Franca, en abril de este año, Márquez dijo que no iba a participar en el Pacto para “cargarle la maleta a ningún candidato”, refiriéndose a Sergio Fajardo y a Petro. Bolivar respondió en un trino diciendo que él “sí le cargaría la maleta” y abrió la puerta a una discusión entre ambos.