La Corte Constitucional ha sido la gran aliada de los homosexuales. Sin embargo, en algunos círculos cercanos a la comunidad LGBTI comienza a rondar la pregunta de si mataron el tigre y se asustaron con el cuero.
La Corte Constitucional ha sido la gran aliada de los homosexuales. Sin embargo, en algunos círculos cercanos a la comunidad LGBTI comienza a rondar la pregunta de si mataron el tigre y se asustaron con el cuero.
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La Corte Constitucional fue más lejos que otras cortes en avanzar en la protección de los derechos de la comunidad LGBTI. Pero nada que salen de la Corte las sentencias por demora en las firmas de los magistrados. |
La Corte Constitucional ha sido la gran aliada de los homosexuales. Sin embargo, en algunos círculos cercanos a la comunidad LGBTI comienza a rondar la pregunta de si mataron el tigre y se asustaron con el cuero.
Hace más de seis meses, el 27 de julio de 2011, la Corte Constitucional sacó por unanimidad el histórico fallo sobre el Matrimonio Igualitario, mediante el cual reconoció que las parejas del mismo sexo constituyen familias.
Esta sentencia había sido precedida por otra sentencia que extendía a las parejas del mismo sexo que viven en unión libre el derecho a la porción conyugal, la cual estaba reservada exclusivamente para parejas casadas. Y hace casi dos años, la Corte escogió una tutela interpuesta por una pareja de lesbianas que creó la expectativa de que la Corte le abriría el camino a la adopción gay. Sin embargo, han pasado meses y meses, y nada que las sentencias salen firmadas de la Corte ni que la Sala Plena aborda la discusión sobre la adopción homoparental. Esta demora ha comenzado a generar rumores sobre qué hay detrás de tanta demora.
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Jorge Ignacio Pretelt, Magistrado de la Corte Constitucional, lleva con la sentencia sobre porción conyugal desde abril de 2011. Foto: Tomada de www.corteconstitucional.gov.co |
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Gabriel Edurado Mendoza, Vicepresidente de la Corte Constitucional, no ha puesto a circular entre todos los magistrados la sentencia sobre Matrimonio Igualitario, que falló la Corte hace seis meses. Foto: Tomada de www.corteconstitucional.gov.co |
El magistrado Jorge Pretelt tiene la ponencia de porción conyugal, que en realidad no es tan polémica y que en todo caso tiene efectos desde el momento en que salió el comunicado. Y Gabriel Jaime Mendoza, la de Matrimonio Igualitario, que sí ha dado mucho de qué hablar y cuya demora en salir de la Corte tiene represadas otras decisiones importantes como la de la adopción gay y la regulación del tema por parte del Congreso.
Como los dos magistrados pertenecen al bloque más conservador de la Corte, en algunos sectores existe la percepción de que ellos están demorando la circulación de la sentencia para la firma de los demás magistrados puesto que de alguna manera el contenido de ambas es más liberal de su postura inicial.
La otra versión es que el otro magistrado conservador, Nilson Pinilla, se estaba negando a firmar. La razón es que habría quedado muy bravo con el comunicado expedido por el presidente de la Corte Juan Carlos Henao después de que la Sala Plena emitió el fallo sobre Matrimonio Igualitario.
La molestia radicaba en que Pinilla consideraba que tanto el comunicado como entrevistas posteriores dadas por Henao no reflejaban exactamente la decisión alcanzada por la Sala Plena. Específicamente, sobre un tema más que todo simbólico, sobre si la regulación civil de la unión entre personas del mismo sexo podía ser considerado matrimonio o si tenía que llamarse otra cosa, como la ‘unión registrada’ de Brasil.
El presidente de la Corte explicó después del fallo sobre el matrimonio que la Corte había decidido dejarle al Congreso abierta la opción para que fuera el legislador el que decidiera si esta unión se reconocería como un matrimonio cualquiera o si tendría un nombre especial. El magistrado Pinilla, por su parte, consideraba que la Corte había llegado al consenso de que en ningún caso sería considerado matrimonio aunque sí reconocía que las uniones entre homosexuales tendrían los mismos derechos que las heterosexuales.
La tercera versión es que la demora no tiene nada que ver con una postura ideológica de los magistrados sino con un represamiento generalizado que existe en la Corte de tutelas y sentencias. Desde octubre, los magistrados se comprometieron a hacer un esfuerzo grande para descongestionar los casos, pero son tantos y tan complicados que no han podido ponerse al día.
La realidad, según pudo verificar La Silla Vacía con varias fuentes de alto nivel dentro de la Corte, tiene un poco de cierto de cada teoría pero que ninguna es totalmente cierta.
Las dos sentencias no han sido puestas a circular por los respectivos ponentes o si lo hicieron, estas no han llegado a por lo menos cuatro despachos consultados por La Silla Vacía. Y ninguna de las dos ha llegado a Relatoría.
Al parecer, la demora en sacar la sentencia sobre porción conyugal radica más que todo en problemas internos del despacho de Jorge Pretelt. Específicamente, la magistrada auxiliar de Pretelt que había redactado el borrador de la ponencia salió hace unos meses del despacho del magistrado. Y como la ponencia inicial de Pretelt, que remitía al Congreso el capítulo sobre el tema de los gays, no fue apoyada por la mayoría de la Sala Plena al magistrado le ha tocado redactar el fallo prácticamente desde cero. Y no lo ha logrado poner a circular.
La segunda sentencia, según lo que pudo confirmar La Silla, tampoco ha abandonado el despacho de Mendoza, aunque al parecer sí ha consultado un texto con algunos de los magistrados. El magistrado Mendoza es reconocido por sus colegas por ser uno de los más serios y meticulosos con su trabajo. También es uno de los más lentos precisamente por ser tan perfeccionista.
Su ponencia inicial iba en el sentido negativo, pero a medida que avanzó la discusión en Sala Plena la tesis ganadora se fue construyendo entre todos los magistrados hasta que llegaron de manera unánime al fallo.
Si bien Mendoza tenía justificaciones diferentes a las que quedaron finalmente en el fallo, él estaba de acuerdo con puntos esenciales que quedaron en el fallo definitivo como que una pareja entre homosexuales sí podía crear familia. Por eso, ninguno de los magistrados consultados por La Silla Vacía consideraban que pudiera haber una posición ideológica detrás de la demora.
Dado que tampoco ha comenzado a circular oficialmente la sentencia firmada por Mendoza, la tesis de que el magistrado Pinilla es el cuello de botella tampoco tiene peso.
La tesis más probable es que dadas las sensibilidades que despertó el comunicado de la Corte y la rueda de prensa posterior a la sentencia de Matrimonio Igualitario, y particularmente en el magistrado Pinilla, Mendoza se está demorando para que la sentencia refleje las sutilezas de la discusión, sobre todo en lo concerniente a lo del alcance de la palabra matrimonio.
A esto hay que agregarle que ya de por sí la Corte Constitucional está totalmente congestionada. Por un lado tienen muchos más casos que una corte normal en cualquier país; por otro lado, los temas que tienen entre manos son muy álgidos. Van desde dos decisiones de alto calado sobre el tema pensional, hasta una sobre el DAS, pasando por otra sobre mujeres embarazadas. También está el estudio del acto legislativo que introduce el criterio de sostenibilidad fiscal. Y encima de eso, la Corte ya comenzó esta semana a estudiar la Ley de Víctimas.
Y en medio de esa congestión, en el último año la Corte pasó de tener dos días completos de sala plena a un día y medio. Y no siempre están todos los magistrados presentes, lo cual tampoco ayuda. Teniendo en cuenta el reporte revelado por el Consejo Superior de la Judicatura sobre viajes de los magistrados, solo en el 2011, hubo 16 martes y 22 miércoles -que son los días de sesión- en los que por lo menos un magistrado no pudo acudir a Sala Plena porque estaba viajando.
El problema de estas demoras, sobre todo en lo que tiene que ver con el fallo del Matrimonio Igualitario, es que la Corte le dio al Congreso dos años para regular el tema del matrimonio (o como decidan llamarlo). Y ese tiempo inicialmente habría comenzado a correr desde el momento en que la Corte llegó a la decisión. Pero como ya han pasado más de seis meses sin que el Congreso pueda leer la sentencia, en realidad ya perdieron un cuarto del tiempo que tenían para debatir el tema. Y si se demora otros seis meses, después el Congreso podrá argumentar que no puede cumplir con la orden.
Por eso, la organización Colombia Diversa comenzó a circular una carta y recoger firmas esta semana entre los congresistas para que le pongan presión a la Corte para que firme y envíe el fallo.
La segunda implicación de esta demora tiene que ver con el fallo sobre adopción de las mujeres lesbianas de Medellín, una de las cuales quiere adoptar el hijo de la otra, previo consentimiento de la madre biológica. El caso llegó a la Corte en marzo del 2010, y entró a consideración de la sala plena en febrero de 2011 pero desapareció en septiembre.
La razón para su desaparición es que el magistrado ponente Juan Carlos Henao decidió no poner a discusión de la Corte esta tutela hasta que salga el fallo sobre Matrimonio Igualitario, pues allí queda consignada la definición de familia. Como es un tema tan álgido, es mejor contar con ese precedente.
Así las cosas, la gran expectativa creada por la Corte con sus fallos de avanzada se ha ido diluyendo mientras que la corporación se pone al día.
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