La telaraña son las personas que están inscritas en un software que creó Corredor para hacer “redes de apoyo”. La gente se inscribe a una plataforma, rodolfistas.com, y el software los agrupa por algo que comparten. Puede ser porque están en el mismo departamento o municipio o barrio. O porque se identifican como mujeres, camioneros o motociclistas. Y así, si quieren, pueden entrar a un grupo de WhatsApp.
Esas agrupaciones son redes que funcionan como un multinivel. Cada vez que alguien se inscribe puede “referir” más personas que entran a hacer parte de su propia red.
Así, es una gran base de datos a la que Hernández puede acceder para esparcir su mensaje, pero, además, es una manera en la que cada “rodolfista” puede hacerse visible ante el candidato a punta de sumar referidos. Con ese incentivo hay personas que tienen redes de miles de “rodolfistas'' abajo suyo.
Y así, Rodolfo no echó discursos en la tarima en cada región, pero sí tiene miles de grupos de WhatsApp con gente hablando a su favor todo el día. Y no tuvo líderes en cada barrio dedicados a convencer a amigos o familiares de ir a una reunión política y llenar una planilla, sino rodolfistas refiriendo gente a esa red.
Aquí: Tanto Uribe como Petro ganan con su reunión, pero gana más el país
La meritocracia de Rodolfo
El movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, que creó Rodolfo en 2019, tiene concejales y diputados en Santander desde ese año. Este año solo lanzó una lista a la Cámara, en ese departamento, y coronó dos de las siete curules.
Sin embargo, el movimiento no tiene estructura. Gira en torno a Rodolfo y, si bien tiene cargos internos, la única voz de autoridad es la suya.
Algo parecido ocurre con rodolfistas.com, pues en esa telaraña Hernández monitorea el liderazgo de la gente que lo sigue.
“Yo personalmente los estoy vigilando desde las 4 de la mañana… cómo va el crecimiento de rodolfistas.com, todos los días estoy mirando”, dice Rodolfo Hernández en un video que se despliega en el inicio de cada cuenta que hace parte de la red de rodolfistas.
Y es que la lógica de la red es la misma de la de un multinivel, con el contacto con Hernández como gran incentivo. Como dice Corredor, la idea es “ser visualizado y reconocido por su candidato”.
Se ingresa con correo electrónico y celular. Se registra una región, la ocupación y hasta el barrio.
La gente puede llegar porque encontró el enlace de la plataforma por su cuenta (en redes sociales), pero también porque un conocido o amigo le envió un enlace individualizado. Si es lo segundo, no solo entran a la telaraña, sino que quedan en la red de quien los refirió.
Aunque esa red es una forma de acceder a los grupos de WhatsApp, es independiente: una persona puede llegar a los grupos por otra vía, o salirse de ellos y seguir en la telaraña. Pero el principal activo, para Hernández y su campaña, es que la gente esté en WhatsApp.
La red es un multinivel: según el momento en el que alguien se haya inscrito y cuánta gente haya referido, puede subir en posición. Incluso sin necesidad de referir a nadie: uno de los periodistas de La Silla asistió a un evento en la sede de campaña de Bucaramanga en enero y allí lo invitaron a registrarse en la red. Aunque nunca refirió a nadie, ocupa el puesto 162 en todo el país.
De modo que tanto el tiempo como la actividad generan una posición.
Se inicia como “desconocido” y conforme se atrae gente se escala. Tras cinco niveles llega a ser “militante”. En el cuarto, “líder”, empieza a tener visibilidad dentro de la campaña.
Encuentra también: ¿La minería como obra de arte?