La sofisticación de la campaña
Iván Vargas fue miembro del M-19, tiene 52 años y en su foto de perfil de Whatsapp aparece con una camisa y una gorra de “Petro Presidente”. Vargas fue uno de los coordinadores de la campaña de Petro hace cuatro años en Barranquilla y recuerda que, en el cierre en la cancha Cevillar, la plata que mandaron de la campaña en Bogotá no alcanzó para la tarima y les tocó poner de su bolsillo.
“Fue una campaña con las uñas, con el sombrero en la mano pidiendo recursos”, dice Vargas, quien lidera un sector importante de la Colombia Humana en la ciudad.
Para esta campaña las cosas han cambiado, hay más recursos y están mejor organizados. En 2018 tenían una casa de sede de campaña y no la podían usar de forma permanente porque los dueños dormían en ella. En contraste, hoy tienen una sede en el reconocido barrio El Prado exclusiva para la campaña. Es más grande, tiene varias oficinas y aire acondicionado. La sede la gestionó el senador Armando Benedetti, que ha hecho su carrera política en partidos tradicionales.
Tampoco ha habido dificultades económicas para armar eventos de campaña, como el del sábado. Ese evento fue un trabajo articulado entre los líderes petristas locales, Nicolás Petro y el senador electo Pedro Flórez.
Como contamos, según fuentes de la campaña, para el primer gran evento de plaza pública de Petro en esta campaña, del 10 de septiembre de 2021, el empresario Euclides Torres y Pedro Flórez, aportaron la plata y la logística. Ellos lo niegan, pero su influencia en la campaña ha sido evidente desde entonces, pese a no venir del petrismo.
Para mejorar la organización de la campaña fue clave Armando Bendetti, quien estuvo liderando en el Caribe durante varios meses del 2021, y Nicolás Petro.
Según el diputado Petro, “Después del 2018, sabíamos que el 2022 tendríamos una oportunidad única alimentada por el pésimo gobierno de Duque. Eso nos permitió tener la motivación para remendar los errores del 2018”.
“Por ejemplo la organización, tener mínimamente una estructura. Concientizar a nuestras bases de la importancia de tener testigos electorales”, agrega. Actualmente hacen reuniones por sectores para capacitar a los testigos electorales y hay líderes zonales que coordinan todo el proceso.
Ese trabajo de vigilancia de testigos electorales del Pacto Histórico fue clave para detectar las inconsistencias en los resultados del preconteo en las elecciones legislativas, que no reportaron alrededor de 500 mil votos del Pacto por un error humano sistemático por el mal diseño del formulario E-14 que hizo la Registraduría. Ese trabajo tuvo la coordinación nacional de Álvaro Echeverry, ex secretario del partido de La U y mano derecha del senador Roy Barreras.
“Logísticamente hemos mejorado mucho, en campañas pasadas yo he sido testigo que hemos perdido posibilidades electorales porque no hemos tenido lo básico, que es la posibilidad de un refrigerio para un testigo, un vehículo para que la gente vote”, dice Máximo Noriega, líder petrista en Barranquilla.
Orlando de La Hoz, quien lidera el movimiento Juntos Llegamos, dice que en las legislativas mejoraron el trabajo de vigilancia con respecto al 2018 en el Atlántico, pero que en las presidenciales estará más cubierto por la llegada de grupos como el de Dolcey Torres.
“No alcanzamos a cubrir todas las mesas (en las legislativas), pero ahora sí vamos a cubrir todo o un 90 por ciento. ¿Por qué? porque llegó un movimiento nuevo, organizado, como el de Dolcey Torres, que los testigos de ellos van a servir para nosotros ahora”, dice de La Hoz.
A la par de ese ejercicio de testigos electorales, el abogado Miguel Ángel del Río fue designado por Petro para denunciar la compra de votos en el Caribe. Tiene un equipo de abogados voluntarios y ha puesto vallas con números telefónicos y correos para que la gente denuncie casos de fraude electoral. Esta semana denunció al excandidato conservador David Barguil y al representante de La U Erasmo Zuleta por corrupción al sufragante.
La articulación entre las distintas fuerzas del Pacto no ha estado alejada de pujas y peleas de poder interno, que en varias ocasiones se han hecho públicas. Asimismo, su diversidad y su forma de moverse distinta también es palpable en la plaza pública.