La moción contra Vélez: los tenis, la olla, y un Pacto fuerte ante la oposición

La moción contra Vélez: los tenis, la olla, y un Pacto fuerte ante la oposición
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Irene Vélez gana el pulso en el Congreso (Foto Andrés Toquica)

La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, seguirá en el cargo, según todas las cuentas que se hacen en el Congreso. El intento del Centro Democrático y Cambio Radical por motivar a otras bancadas a aplicarle una moción de censura, señalándola de generar pánico económico o no estar a la altura del cargo, quedó en el aire y así se verá el martes cuando la Cámara vote para dejarla en el cargo. 

Vélez, filósofa de 40 años y quien llegó al cargo desde la academia, sale adelante de su primer juicio político porque, además de que el Gobierno y sus aliados cerraron filas a su alrededor, viene moderando sus posturas sobre la transición energética y entendiendo las dinámicas propias del Congreso.

El debate de moción que duró más de 9 horas dejó escenas que marcan la pauta del Congreso en el Gobierno Petro. Uno que demostró fuerza ante el reto de una oposición que sigue en construcción.

Los tenis, el primer símbolo del debate

Frente a la estatua de Rafael Núñez que mira hacia la Casa de Nariño, la ministra Vélez empezó a entender que en la moción iba a tener más aliados que enemigos. Más de 20 representantes del Pacto Histórico la esperaban, uniformados con tenis, para decirle que estaban con ella.

La puesta en escena fue intencional. La primera crítica en medios que tuvo Vélez, amplificada por voces de la oposición, fue por haber atendido en tenis una visita oficial de la Ministra de Turismo de España.

Esta vez, Vélez llegó con tenis negros. María Fernanda Carrascal, de Bogotá con unos de tela. El disonante fue William Aljure, de las curules de paz, quien siempre lleva cotizas porque es del Llano. “Nos ponemos en los zapatos de la Ministra”, gritaron.

En el costado de la plaza, representantes liberales como Olga Beatriz González, aplaudían el gesto. Susana Boreal, de Medellín, recordó sus días recientes como directora de orquesta y organizó a la bancada para la foto oficial. “Que viva nuestra Ministra Irene Vélez”, gritó el senador César Pachón. 

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El Pacto cerró filas sobre su Ministra (Foto Andrés Toquica)

Vélez, botón del frailejón Ernesto Pérez en el pecho, agradeció entre abrazos. Fue un espaldarazo clave de la bancada de Gobierno porque su gestión ha generado tensiones con otros ministerios. Dentro del gabinete y su propio ministerio le cuestionan que ha tenido dificultad para armar un circuito estable de asesores y funcionarios en el ministerio, una de las carteras con un portafolio más técnico del Estado.

Con ese envión se fue para el salón Elíptico donde la esperaban sus contradictores.

Una oposición entre ollas y más frases que fondo

Detrás de la curul del representante afro Miguel Polo Polo, uno de los citantes de la moción, se empezó a cocinar algo. Ahí, asesores de la representante de Cambio Radical, Carolina Arbeláez, pusieron una olla metálica grande, de esas que suelen usarse para los sancochos o cocinar tamales.

Al interior, un bolso naranja con cables y aparatos. 

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La olla, símbolo de la oposición para cuestionar la transición energética.

La olla entraría en escena más adelante. Primero, el bloque de intervenciones del Centro Democrático para pedir la salida de la ministra Vélez. Por consenso de la bancada decidieron que Juan Espinel y Oscar Villamizar, que son de la comisión Quinta que se encarga de los temas ambientales y agrarios, tuvieran más tiempo para hablar.

Sus intervenciones apuntaron a tres ejes. Primero, que la Ministra no tiene el perfil para ocupar ese cargo porque no es técnica ni tiene experiencia en esos temas. “Es como poner a un vegano a dirigir a Fedegán”, dijo Villamizar en el atril de la derecha que habían empapelado con carteles con el hashtag ‘CensuraaMinMinas’.

Espinal, de Antioquia, atacó las tesis planteadas por la ministra Vélez, como la del decrecimiento económico. Para advertir que esa visión no se puede llevar por delante una industria como la de hidrocarburos que, dijo, genera unos 400 mil empleos.

Los dos coincidieron en afirmar que los planteamientos de la Ministra, y sus entrevistas en medios, han generado pánico económico, debilitado el sector de hidrocarburos o disminuido el valor de la acción de Ecopetrol.

Luego empezó la cocción de la olla.

Asesores de la representante Arbeláez la pusieron frente a las sillas reservadas para la ministra Vélez, y otros funcionarios como la ministra de Trabajo, Gloria Ramírez; del Interior, Alfonso Prada; de Deportes, María Isabel Urrutia; o del Comercio, Germán Umaña.

Vélez y compañía no habían entendido la intención de Arbeláez y de hecho se tomaron fotos con la olla, pensando que se trataba de un símbolo para impulsar la idea de ollas comunitarias que propuso el presidente Petro para atacar el hambre.

Arbeláez centró sus 20 minutos en advertir que la ministra Vélez había cambiado el manual de funciones del Ministerio para meter en cargos claves y técnicos a teólogos, filósofos y ambientalistas. Retomando una queja que hay al interior de la cartera

El recambio de perfiles técnicos se ve reflejada en decisiones como la idea de construir una línea de transición energética, sin tener en cuenta que ya en el gobierno anterior se había diseñado un CONPES de transición energética.

Sobre el final, Arbeláez, soltó el dato con el que la oposición buscó hacer más eco. Que, mientras la ministra Vélez hablaba de transición energética, Ecopetrol estaba avanzando negocios para importar gas de Venezuela.

La olla empezó a botar humo, no de leña sino de una cámara de esas que se usan en las fiestas, y la representante de Cambio Radical le puso el sentido. “Ese negocio con Venezuela ya se cocinó, como esta olla”. Asesores de la mesa directiva sacaron rápidamente la olla ante el temor de que representara un peligro.

Pero menos se demoró en disiparse el humo en el salón Elíptico que Ecopetrol en salir a desvirtuar a la representante Arbeláez. A través de un comunicado la empresa dijo que ese negocio con Venezuela venía cocinándose desde 2007 en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. 

La ronda de ataques cerró con Polo Polo y la representante Erika Sánchez de La Liga Anticorrupción. Los dos se fueron por el lado de la opinión. Citaron encuestas a empresarios y líderes de opinión que califican como baja la gestión de la Ministra en sus primeros 100 días. Dijeron que por eso, ella debía salir. “Si estuviera estudiante ya estaría perdiendo el año”, dijo Polo.

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Polo y representantes del centro Democrático impulsaron la moción (Foto Andrés Toquica)

Los conservadores en plan tortuga

“Párale bolas a lo que vamos a hacer”, dijo un representante conservador mientras terminaba de hablar la oposición. Una de las incógnitas previas a la moción era justamente la postura del partido que, en el papel, debía cerrar filas alrededor de la ministra por ser parte de la coalición de Gobierno.

Los conservadores tienen el Ministerio de Transporte, un monstruo burocrático, como lo definió un representante. Pero hay voces en la bancada que se quejan que hasta ahora no les han dado la burocracia prometida. “Se está trabajando al fiado”, dijo uno.

Y si había un momento para manifestar esa queja y que el Gobierno la notara era propiamente esta moción. “Nos vamos a salir”, comentó el representante que dio la advertencia.

Cumplieron. Las sillas detrás de donde estaba la ministra Vélez quedaron vacías. En Cámara los conservadores son 27 y su ausencia se hace notar. El único que intentó permanecer la mayor parte del debate fue Ciro Rodríguez, de Santander, que es el vocero. 

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Conservadores en plan tortuga. (Foto Andrés Toquica)

La protesta fue más allá. Cuando los promotores de las mociones terminan sus ataques, se abre un espacio para que los demás partidos fijen sus posturas a favor o en contra. Los conservadores decidieron no hablar y dejar abierta la posibilidad de acompañar a la oposición.

Al menos así se mantuvo hasta la última hora del debate. Sobre el remate, cuando los liberales y los de La U hablaron para apoyar a la Ministra, los conservadores cedieron. Al recinto llegaron Juan Carlos Wills, Luis Eduardo Díaz Matéus y Wadit Manzur. Completaron un grupo de seis para hacer presencia.

Manzur, 15 minutos antes de que cerrara el espacio para los partidos, se acercó al presidente David Racero y le pidió el turno para hablar. Fue una intervención fría. “Valoramos que la ministra Vélez y el Gobierno están escuchando a quienes piden revisar las condiciones de la transición energética propuesta”, dijo. No duró más de 4 minutos.

Desde las sillas de Cambio Radical y Centro Democrático le hacían gestos a Manzur.

Se graduó de Ministra

Tras estar ocho horas sentada escuchando una a una las intervenciones, el turno fue para la ministra Vélez. En el Congreso ya había tenido unos fogueos de preparación. Siete debates de control en comisiones, pero con un público menor y sin tantas cámaras encima.

Su exposición fue académica. Enfatizó que hablar de transición energética, descarbonizar el país, plantear energías renovables y depender menos del petróleo, no es un debate aislado. Que así lo están planeando en Europa y lo están recomendando instancias internacionales como la COP.

Pero, mandando un mensaje a las bancadas, dijo que esa transición iba a ser gradual y soportada en estudios técnicos. Que mientras llega ese momento el país tiene cómo responder a las demandas de gas y petróleo y que muestra de eso es que van a buscar destrabar proyectos de exploración y explotación que están suspendidos. 

Habló una hora. No respondió directamente los señalamientos de sus contradictores. Esa tarea se la dejó a sus congresistas aliados. Katerine Miranda del Verde, por ejemplo, dijo que no hay denuncias de pánico económico contra Vélez; Susana Boreal expuso que la volatilidad del dólar se debió a temas internacionales y no declaraciones de la Ministra. El liberal José Cardona señaló que la Ministra solo está cumpliendo con el plan de gobierno que ganó en las elecciones: "su único pecado es decir la verdad y cumplir con una visión de país que ganó", dijo. 

Vélez terminó su examen en medio de abrazos y felicitaciones. Alfonso Prada, el ministro del Interior, la recibió apenas se bajó del atril. Lo siguieron Gloria Ramírez, de Trabajo, la senadora Isabela Zuleta, y luego la bancada del Pacto.

“Felicitación merecida y ganada por la excelente presentación que hizo la Ministra de Minas”, dijo el ministro Prada.

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Prada siempre al lado de Vélez (Foto Andrés Toquica)

“Mostró que está más preparada para estos espacios”, dijo Hildebrand Vélez, padre de la Ministra, quien estuvo en la barra de acompañantes.

¿Con esta moción se graduó de Ministra?, le preguntamos. “La última vez que me gradué fue en el 2014 de un doctorado, porque en los posdoctorados no hay grados”, respondió.

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