La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, seguirá en el cargo, según todas las cuentas que se hacen en el Congreso. El intento del Centro Democrático y Cambio Radical por motivar a otras bancadas a aplicarle una moción de censura, señalándola de generar pánico económico o no estar a la altura del cargo, quedó en el aire y así se verá el martes cuando la Cámara vote para dejarla en el cargo.
Vélez, filósofa de 40 años y quien llegó al cargo desde la academia, sale adelante de su primer juicio político porque, además de que el Gobierno y sus aliados cerraron filas a su alrededor, viene moderando sus posturas sobre la transición energética y entendiendo las dinámicas propias del Congreso.
El debate de moción que duró más de 9 horas dejó escenas que marcan la pauta del Congreso en el Gobierno Petro. Uno que demostró fuerza ante el reto de una oposición que sigue en construcción.
Los tenis, el primer símbolo del debate
Frente a la estatua de Rafael Núñez que mira hacia la Casa de Nariño, la ministra Vélez empezó a entender que en la moción iba a tener más aliados que enemigos. Más de 20 representantes del Pacto Histórico la esperaban, uniformados con tenis, para decirle que estaban con ella.
La puesta en escena fue intencional. La primera crítica en medios que tuvo Vélez, amplificada por voces de la oposición, fue por haber atendido en tenis una visita oficial de la Ministra de Turismo de España.
Esta vez, Vélez llegó con tenis negros. María Fernanda Carrascal, de Bogotá con unos de tela. El disonante fue William Aljure, de las curules de paz, quien siempre lleva cotizas porque es del Llano. “Nos ponemos en los zapatos de la Ministra”, gritaron.
En el costado de la plaza, representantes liberales como Olga Beatriz González, aplaudían el gesto. Susana Boreal, de Medellín, recordó sus días recientes como directora de orquesta y organizó a la bancada para la foto oficial. “Que viva nuestra Ministra Irene Vélez”, gritó el senador César Pachón.