El próximo 18 de junio se vence el plazo que tiene la Registraduría para pronunciarse sobre las firmas que piden convocar a un proceso revocatorio en contra del alcalde Gustavo Petro y lo más seguro es que éstas sean certificadas, según pudo averiguar La Silla con varias fuentes. Una convocatoria oficial cambiará el escenario político en Bogotá, pues varios concejales y candidatos al Congreso que no respaldaron la recolección de firmas ahora sí se subirán al bus de la revocatoria.
La revocatoria a Petro se abre paso y varios se subirán al bus
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El alcalde Gustavo Petro ya fue autorizado por la Procuraduría para defenderse públicamente en el proceso de la revocatoria, la decisión del Procurador de prohibírselo fue altamente criticada. Foto: Juan Pablo Pino |
El próximo 18 de junio se vence el plazo que tiene la Registraduría para pronunciarse sobre las firmas que piden convocar a un proceso revocatorio en contra del alcalde Gustavo Petro y lo más seguro es que éstas sean certificadas, según pudo averiguar La Silla con varias fuentes. Una de esas fuentes, cercana al proceso, nos dijo que el representante Miguel Gómez presentó tantas firmas (más del doble de las necesarias) que “por mal que le vaya, lo más probable es que le certifiquen las 289.263 que necesita”.
Y eso podría pasar incluso antes del 18 de junio. Por supuesto, eso no quiere decir que Gómez no necesite prácticamente un milagro para revocar a Petro (necesita que 1.234.214 personas salgan a votar y que la mitad lo haga por el sí) y que luego de la certificación no se presenten los consabidos recursos de reposición y apelación, que alargarían el tema. Pero una convocatoria oficial de la Registraduría para votar cambiará el escenario político en Bogotá, pues varios concejales y candidatos al Congreso que no respaldaron la recolección de firmas ahora sí se subirán al bus de la revocatoria.
Si sale, la revocatoria marcará el ambiente electoral en la ciudad desde el Concejo y en algunas campañas al Congreso, en donde la iniciativa se puede volver caballito de batalla para obtener votos.
El panorama en los partidos es el siguiente:
Es muy probable que el Partido de La U decida no acompañar la revocatoria porque -según dijo una fuente de esa colectividad- al Presidente Santos no le conviene que su partido se meta a tumbar a un alcalde exguerrillero en plenos diálogos de paz de La Habana, mucho menos si se trata de un proyecto promovido por un uribista, como lo es Miguel Gómez. Además al presidente de La U, Aurelio Iragorri, no le cae mal Petro, tanto que el año pasado se reunió con él para hablar de tener representación en el Gobierno distrital.
Pero esa será la posición oficial. Concejales opositores como Orlando Parada, Clara Lucía Sandoval y Javier Palacios moverán a toda su gente si la revocatoria es convocada.
Sandoval ha dicho que está arrepentida de no haber apoyado la recolección de las firmas, y si en efecto la Registraduría las certifica promoverá salir por el sí. Esta concejal es una importante líder cristiana en Bogotá y salió elegida con poco más de 12 mil votos, buena parte de ellos de la Misión Carismática Internacional. Esa es una de las iglesias más grandes del país, en 2002 apoyó a Álvaro Uribe y se dice que uno de los seis millones de votos que sacó el ahora expresidente salió de entre estos fieles.
Parada también le dijo a La Silla que promoverá la revocatoria entre su gente y en esto lo acompañará su colega de bancada Javier Palacios, uno de los más férreos opositores al POT de Petro que se discute en el Concejo. Parada y Palacios suman 27 mil votos, sin embargo el primero tendrá seguramente que esperar a ver qué pasa con su situación judicial, pues el 11 de julio le imputarán cargos dentro del cartel de la contratación.







De nuevo, si la certificación de las firmas es una realidad, en el Partido Verde el presidente Alfonso Prada defenderá el apoyo a la revocatoria como posición de partido.
A Prada lo acompañará el sector peñalosista verde en cabeza de la senadora Gilma Jiménez y su convencimiento es tal que dice que este apoyo se puede dar incluso estando en disidencia en el partido. Eso porque el sector de Opción Centro en el partido y congresistas como Ángela María Robledo simpatizan con el alcalde Petro y seguramente no estarán de acuerdo con la revocatoria.
La simpatía del sector de Opción Centro con Petro es tal que en cabeza de Carlos Ramón González (director ejecutivo verde y exmilitante del M-19) esa fuerza ha estado hablando con la administración para aceptar la Secretaría de Ambiente, como lo contó La Silla.
Sin embargo, Prada dice que en él, en Gilma Jiménez, en Enrique Peñalosa, en Antonio Sanguino y en ‘Lucho’ Garzón está la verdadera fuerza electoral de los verdes en Bogotá, y que casi todos ellos simpatizan con la iniciativa. Y eso es cierto porque, por ejemplo, Prada es uno de los representantes más votados en Bogotá y Gilma es la segunda senadora con más votos en todo el país. Aunque el concejal Sanguino le dijo a La Silla que no piensa ser activista de la revocatoria.
En otra orilla verde está Daniel García, secretario general del Partido, quien le dijo a La Silla que lo que ocurrirá al final es que los militantes tendrán libertad de apoyar o no la revocatoria, pues en ese sentido la colectividad está dividida.
Pero con Prada moviéndose a favor del proyecto, y con los ojos de Peñalosa puestos en Bogotá (como lo reveló La Silla) es probable que buena parte de las bases verdes en la ciudad les sumen más apoyos a la empresa de Miguel Gómez.
Por los lados de Cambio Radical, hace casi dos meses, cuando se radicaron las firmas de la revocatoria en la Registraduría, la bancada de Cambio Radical se reunió y decidió que se mantendrían en la oposición, pero sin apoyar esa iniciativa.
Si la Registraduría certifica las firmas, se volverán a reunir para replantear el tema que será movido por concejales como Darío Fernando Cepeda, según dijeron fuentes internas. Otro concejal que pidió reserva de su nombre nos dijo: “Todos estamos interesados en que Petro salga porque está jugando con la ciudad”.
Un líder distrital de ese partido le dijo a La Silla que todo dependerá de si la votación es convocada oficialmente o no, pues eso les servirá para medir qué tan real y fuerte puede ser considerada la iniciativa.
En el PIN, el concejal Marco Fidel Ramírez también se sube al bus de la revocatoria y en los liberales el proyecto será publicitado por Jorge Durán Silva, el concejal que hace poco denigró de las mujeres lesbianas.
Así como el resto de partidos, por ahora los liberales tampoco tienen posición oficial frente al tema, pero como nos dijo Simón Gaviria (director del liberalismo) seguramente se volverán a reunir para replantearlo, aunque ya concejales como Horacio José Serpa adelantaron que no respaldarán la revocatoria.
El asunto pasará por las decisiones que tomen los directorios distritales y nacionales de las colectividades, pero seguramente también dependerá de la llamada "mermelada" que el Distrito está ofreciendo a algunos partidos, como lo contó la semana pasada La Silla.
Si algunos de estos ofrecimientos de participación programática en el Gobierno distrital se llega a concretar, eso podría bajarles los ánimos a algunos de los que hoy dicen que se moverán por la revocatoria.
Por ahora, el panorama no se ve fácil para Petro porque la Unidad Nacional está mostrando cohesión en contra de algunas de sus políticas, como por ejemplo el POT: La Silla conoció una carta de cuatro representantes por Bogotá cabezas de lista en sus respectivos partidos (Germán Varón, Telésforo Pedraza, Alfonso Prada y Miguel Gómez) que será enviada hoy al Concejo para pedir que archiven la actualización del POT de Petro por considerarlo inconveniente e ilegal. Si esa unión se repite para el caso de la revocatoria, esa empresa podría fortalecerse.
Si bien es cierto que hay muchos políticos haciendo planes si las firmas son certificadas, otros creen que tendría un alto costo político apostarle a una revocatoria tan difícil, máxime cuando el alcalde Petro está teniendo un repunte en las encuestas.
Por ejemplo, un concejal de Cambio Radical le dijo a La Silla que “sería un desgaste porque es poco probable que se alcance el millón doscientos mil votos que se necesitan”.
Un congresista liberal añadió que “por muy bien que le vaya, un concejal mueve máximo 10 mil votos, por lo que ese umbral exigido es casi imposible, además ningún congresista va a invertirle plata a un proceso de estos ad portas de época de campaña”.
Por su parte, Miguel Gómez y su equipo tendrán que pensar muy bien si aceptan el apoyo público de concejales en líos como Parada y Durán (Durán es indagado por el cartel de la contratación), pues eso le daría más argumentos a Petro y los progresistas para cuestionar el proceso de la revocatoria.
El final de esta historia se sabrá en estos días cuando se verá si la cacareada revocatoria se convierte en bola de nieve o se apaga y Petro puede respirar tranquilo.
Nota de la Editora, viernes 7 de junio: como lo anticipó La Silla, la Registraduría avaló las firmas para la revocatoria de Petro.