La violencia regresa a Leticia y desborda al Estado en Amazonas

La violencia regresa a Leticia y desborda al Estado en Amazonas
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Durante el fin de semana al menos dos personas fueron asesinadas en el municipio de Leticia y otras dos resultaron heridas en un atentado, según fuentes oficiales. Las circunstancias aún están por investigar, pero los homicidios evidencian el deterioro del orden público en la capital del Amazonas. Hay desplazamiento de líderes, amenazas a funcionarios y un clima de violencia que hace recordar las épocas del "Cartel de Amazonas".

Según el consolidado más reciente de Medicina Legal, con datos de 2021, Leticia es la cuarta capital departamental con mayor violencia homicida, con una tasa de 44 homicidios por cada 100 mil habitantes. Solo es superada por Quibdó, Arauca y Cali. 

Los narcotraficantes se mueven con facilidad entre los pueblos de la triple frontera Brasil-Perú- Colombia. Concentran sus cultivos de coca en el lado peruano, “ajustan cuentas” en el lado colombiano y mueven sus cargamentos hacia el lado brasileño, para enviarlos por el océano Atlántico a destinos como Europa y África.

Pocos están dispuestos a contar cómo este destino de ecoturismo se está tiñendo de sangre. A condición de no revelar su identidad, La Silla Vacía habló con ocho líderes, funcionarios y comerciantes sobre el deterioro de la seguridad en la zona.

Desplazados, asesinatos y zozobra en Leticia

El viernes, al parecer en medio de una riña, fue asesinado un hombre en el barrio La Esperanza. Al día siguiente, sicarios les dispararon a dos hombres en el barrio Simón Bolívar, ambos resultaron heridos pero se mantienen con vida. El domingo una persona también fue asesinada con arma de fuego en una discoteca del centro. A eso se le sumaría el homicidio de un ciudadano colombiano en Tabatinga, municipio brasileño que comparte territorio con Leticia.

El escalamiento de la violencia ha hecho que varios líderes de la zona teman por su vida. En días pasados el periodista Fernando Mejía y el líder político Harold Rengifo, tuvieron que salir del Departamento, tras recibir advertencias sobre planes para atentar en su contra. El personero municipal, Rafael Moreno, permanece en el municipio pese a que también recibió amenazas, de las cuales dejó constancia en una denuncia interpuesta en la Fiscalía. Los hechos fueron denunciados a través de un comunicado por el Partido Dignidad y Compromiso, del cual hace parte Rengifo. 

Ya son varios meses sin tranquilidad en el puerto del río Amazonas. En noviembre del año pasado cuatro personas fueron masacradas en el casco urbano. En septiembre fueron asesinados el abogado Miguel Ángel Beleño y el líder social William Pedraza. En junio también murió una turista proveniente de Países Bajos, Manon Van de Zande, en una balacera al interior de un restaurante en la que también fue asesinado el capo brasileño Alfonso Celso.

El Amazonas es uno de los destinos más reconocidos de Colombia debido a la belleza de su selva y los paisajes del río más caudaloso del mundo. Anualmente recibe alrededor de 100 mil turistas. Sin embargo, la comunidad teme que la violencia los espante y ponga en riesgo su principal fuente de sustento. Por eso, la crisis supone un desafío para el gobierno de Gustavo Petro que le ha dado al sector turismo una importancia preponderante en su gobierno.

De acuerdo con un informe de Asocapitales entre 2014 y 2019, en Leticia se registraron un total de 62 homicidios. En 2020 solo se registraron siete, pero después de la pandemia la violencia se disparó. En 2021 la cifra de homicidios llegó a 23 y en el 2022 subió a 27, según cifras de la Policía Nacional. En lo que va del 2023 la administración habla de cinco asesinatos, pero un funcionario público, que pidió no revelar su nombre, habla de al menos diez.

“El primer argumento de las autoridades es que son ajustes de cuentas, pero en ese ajuste de cuentas han caído ciudadanos que no tienen que ver nada con la ilegalidad", le dijo a La Silla un líder que también pidió reservar su identidad por motivos de seguridad.

Las autoridades municipales sostienen que la violencia es importada y corresponde a disputas entre bandas criminales de Tabatinga. Pese a las estadísticas de los últimos tres años, señalan que en el 2023 hay una disminución. “Hemos tenido una reducción del 50 por ciento en lo que va del año. Llevamos cinco homicidios y en el mismo periodo del año anterior iban 10", afirmó el secretario de Gobierno de Leticia, Ismael Castillo.

Castillo también criticó la gestión de la Fiscalía: "Hemos tenido una falla grande con todo el tema procesal, porque ha habido personas capturadas con drogas y armas y quedan libres o en casa por cárcel. No nos ayudan con el tema de allanamientos y ha sido complicado el apoyo en el tema procesal e investigativo".

Ante la violencia la comunidad no se siente protegida y mantiene una sensación constante de zozobra: “Todo el mundo está sicosiado. A uno se le acerca una moto y uno se asusta”, afirmó un comerciante leticiano. “Si le digo algo seguramente me matan”, le dijo a La Silla otro comerciante al preguntarle sobre la situación.

El nudo de la Triple Frontera y el fantasma de los 80

Para los más jóvenes la situación de violencia es un fenómeno nuevo, pero quienes llevan décadas viviendo en Leticia todavía recuerdan cuando el municipio era una zona roja. En los años 80 era un epicentro de los negocios del narcotráfico de narcos como Evaristo Porras, socio de Pablo Escobar.

El auge del turismo le dio un nuevo aire al Amazonas, sin embargo, el narcotráfico nunca se fue del todo. La violencia reciente se debe al fortalecimiento de múltiples estructuras que tienen a Leticia y a Tabatinga como eje logístico. Ambas poblaciones conforman una sola ciudad binacional con más de 100 mil habitantes, ya que están unidas geográfica, comercial y culturalmente. Esto lo aprovechan narcotraficantes para trasladarse de un lado al otro, coordinar sus negocios, cobrar cuentas y esconderse de sus enemigos.

“Donde hay rutas de narcotráfico hay actores criminales y entre ellos se coordinan para facilitar el tráfico de drogas. Desde Colombia pueden bajar la droga por el Río Amazonas, coordinan con alguno de los carteles brasileños y la pueden llevar hasta el Atlántico”, le dijo a La Silla el coronel retirado Miguel Antonio Tunjuano, experto en cultivos ilícitos. Tunjano citó el último Informe Mundial Sobre las Drogas de Naciones Unidas para agregar que las nuevas rutas del narcotráfico buscan llegar al continente africano, que queda relativamente cerca del norte de Brasil a través del océano Atlántico.

De hecho, en 2019 fue incautado en Europa un submarino rudimentario cargado con más de tres toneladas de cocaína. El sumergible zarpó precisamente desde Leticia y llegó a las costas españolas después de 26 días de travesía y 6 mil kilómetros de recorrido por el Atlántico.

Los recientes brotes de violencia podrían responder a las disputas entre el Comando Vermelho (CV) y Los Crías, dos grandes estructuras de origen brasileño. En la frontera también hay presencia del Primer Comando Capital, otro de los grupos criminales con más poder en ese país, que amenaza el dominio del CV.

En el lado colombiano predominan “Los Caqueteños”, una estructura que mantiene alianzas con el CV y también estaría en disputa con Los Crías por el manejo del micro y narcotráfico en Leticia. Sus dineros ilegales han permeado buena parte del comercio y de otros negocios como las casas de cambio, por eso se teme que su poder influya en las próximas elecciones regionales. De acuerdo con una fuente de esa región, que conoce las movidas ilegales de ese grupo, su centro de operación se ubica en el lado peruano, entre el sector de Buenavista y Caballococha.

Otro de los grupos son “Los Sinaloas” o Comandos de la Frontera, que estarían conformados por paramilitares y disidentes del frente 48 de las Farc. Adicionalmente,  en días anteriores rayaron las fachadas de varios locales comerciales con mensajes alusivos a las disidencias del Frente Primero “Armando Ríos”.

En una alerta temprana de enero del 2021 la Defensoría del Pueblo advirtió sobre la crisis de seguridad, a raíz de cuatro factores determinantes: La disputa entre el Frente Primero y Los Sinaloa, los homicidios selectivos contra líderes tradicionales, el despojo de tierras para usos ilícitos y las vulnerabilidades sociales. Todas esas variables son mucho más graves si se tiene en cuenta que gran parte de la población de la Amazonía es indígena.

“He hecho llamados en varias ocasiones al gobierno nacional para que les brinde apoyo y fortalecer a nuestras fuerzas. Lamentablemente lo que nos informan es que no tienen movilidad y no tienen los insumos ni los equipos suficientes para brindar seguridad”, le dijo a La Silla la representante a la Cámara Yenica Acosta.

Leticia también carga con problemáticas estructurales similares a las de otras regiones apartadas del país. La pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades hacen que cada vez más jóvenes opten por integrar las estructuras criminales. "El departamento requiere más apoyo del gobierno para fortalecer las fuerzas y también disminuir las brechas sociales que están afectando hoy a nuestra juventud", concluyó la representante. 

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