La visita de Barbosa a Medellín refuerza el discurso anti élite de Quintero

La visita de Barbosa a Medellín refuerza el discurso anti élite de Quintero
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Foto: Facebook Daniel Quintero

La visita del fiscal Francisco Barbosa a Medellín de la semana pasada, el título de una entrevista que le hizo el periódico El Colombiano y la respuesta del alcalde Daniel Quintero levantaron la tensión política de la ciudad. Y aunque Barbosa no se fue contra el alcalde, el titular dejó la impresión contraria. Quintero aprovechó la situación para atacar a la oposición de su gobierno y reforzar el discurso anti élite que lo llevó al poder.

La rueda de prensa de Barbosa

El 19 de julio, Barbosa anunció la solicitud de audiencias de imputación contra nueve altos responsables del proyecto de Hidroituango, entre los que se destacan el exgobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos (2008 - 2011), condenado por sus vínculos con el paramilitarismo, el exalcalde de Medellín Alonso Salazar (2008 - 2011) y el exgerente general de EPM Federico Restrepo. Ninguno de ellos es cercano a Quintero y, de hecho, han sido opositores a su gobierno o cercanos a sus rivales políticos.

Barbosa anunció que se les siguen procesos por fraude procesal, peculado e interés indebido en la celebración de contratos, entre otros. La mayoría por hechos ocurridos en el 2011, cuando fueron celebrados los primeros contratos entre EPM y la sociedad Hidroituango. Esta última encargada de ejecutar el proyecto energético más grande de la historia del país y que en 2018 sufrió una serie de emergencias que pusieron en peligro su viabilidad.

En la tarde, después de la rueda de prensa, Quintero trinó un vídeo en el que repitió las críticas en contra de un sector de las élites políticas y empresariales antioqueñas por su manejo de Hidroituango, que fue uno de sus caballos de batalla para llegar al poder en Medellín y que generó la ruptura de las buenas relaciones entre la administración pública de la ciudad y el empresariado de la región.

El Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), el conglomerado de empresas que reúne a varias de las firmas más importantes del país, como Bancolombia y Sura, ha sido uno de los principales objetivos de las críticas de Daniel Quintero para alterar las relaciones de poder en Medellín. Quintero ha dicho que en la emergencia de Hidroituango estuvieron involucrados exdirectivos de empresas del GEA, algo que tiene más de sonoro que de preciso, pero con ello ha buscado explotar a su favor el principal conflicto político que ha marcado a su administración.

Aunque Barbosa regresó a Bogotá, el eco de su visita siguió vivo por cuenta de una serie de videos que sacó El Colombiano desde ese día, que formaban parte de una entrevista más extensa al Fiscal. Pero estalló el domingo, cuando publicó uno de los vídeos de la entrevista con el titular “Vamos a barrer la corrupción que hay en la administración de Medellín”.

En la entrevista, Barbosa habló de crear un grupo élite en la Fiscalía para “barrer con la corrupción que hay en la administración de Medellín”. Sin embargo, aclaró que no hay pruebas para asegurar que Quintero haya incurrido en algún delito y que las investigaciones no comprenden únicamente a la Alcaldía.

Pero la Fiscalía retomó la entrevista con el mismo titular en su página web y opositores a Quintero aprovecharon para impulsar la narrativa de que su administración es corrupta.

Quintero respondió en un trino contra el periódico, sus dueños y su línea editorial, que desde la llegada a su dirección de la periodista Luz María Sierra ha fijado posiciones más críticas frente a la actual administración.

Esa forma de aprovechar el episodio para reavivar su discurso no se quedó en ese ataque, pues ya durante la semana había criticado a los promotores de la revocatoria en su contra, y los había vinculado con los responsables de la emergencia de Hidroituango. 

Eso porque el 18 de julio una de las salas del Tribunal Administrativo de Antioquia revivió la iniciativa, que ya cuenta con las firmas necesarias, avaladas por la Registraduría, para convocar a los ciudadanos de Medellín a revocar a Quintero.

“Daniel Quintero ha estado desde el primer día tratando de torpedear la revocatoria. Ya conocemos su discurso sobre el Grupo Empresarial Antioqueño. Lo cierto es que la revocatoria es un mecanismo constitucional que cuenta con las firmas necesarias para llevarse a cabo”, dice Piedad Restrepo, vocera de “Todos por Medellín”, una veeduría que reúne a políticos, académicos y empresarios.

Los altavoces de Quintero en el Gobierno Petro

El discurso de Quintero contra un sector de las élites políticas y empresariales antioqueñas no es nuevo, pero cuenta con amplificadores cercanos al gobierno entrante.

“Si miramos la foto de quienes han sido imputados por la Fiscalía, todos han sido opositores al actual gobierno de Medellín. Es evidente que el ánimo de revocar al alcalde de Medellín está en función de que no se conozca a profundidad lo que estaba sucediendo en EPM”, dice Esteban Restrepo, exsecretario de gobierno de Quintero y miembro de la mesa de empalme creada por el gobierno electo para los asuntos de Antioquia.

Alex Flórez, nuevo senador por el Pacto Histórico y exconcejal de Medellín por el movimiento “Independientes”, por el que llegó Quintero a la Alcaldía, retomó las críticas de su jefe político a El Colombiano, aunque sin mencionar al medio. 

Quintero hizo campaña abiertamente por Gustavo Petro, puso a varios de los miembros más cercanos de su grupo político a liderar la campaña del Pacto Histórico en Antioquia y logró posicionar, a través de sus alianzas con los senadores antioqueños Julián Bedoya y Carlos Trujillo, aliados claves en los equipos de empalme del nuevo gobierno.

Como alcalde de la ciudad grande más uribista y antipetrista del país, su choque con El Colombiano no es solo una puja local: el petrismo tiene 15 meses para consolidar el movimiento del péndulo político hacia la izquierda en las elecciones municipales. El uribismo, mientras tanto, intentará sobrevivir en medio de un clima político adverso.

El discurso anti élite de Daniel Quintero no sólo le sirvió para conseguir la alcaldía de la segunda ciudad del país: también lo vinculó ideológicamente con la izquierda. Y a esa sintonía discursiva con la izquierda Quintero le sumó sus alianzas con múltiples grupos políticos tradicionales de la región. Una combinación que puede ayudar al petrismo a seguir erosionando el voto conservador en Antioquia.

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