Este episodio de la vida de Juan Manuel Santos salta de tanto en tanto. La última vez fue la semana pasada, cuando el ex presidente Andrés Pastrana dijo que su gobierno no había encomendado al ahora candidato de la U para reunirse con el abatido jefe de las Farc, Raúl Reyes, en Costa Rica. “Las reuniones que culminaron en el proyecto de despeje acordado por el doctor Santos con alias Raúl Reyes y Carlos Castaño, entre otros, corresponden a un episodio distinto y se llevaron a cabo durante el gobierno que aspiraban a reemplazar”, afirmó Pastrana, quien hoy apoya la candidatura de Noemí Sanín.

En 1997, el entonces precandidato presidencial Juan Manuel Santos se reunió de manera clandestina y por separado con Carlos Castaño, jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia, y con Raúl Reyes, jefe de las Farc. Su objetivo, según ha explicado Santos, era buscar un acuerdo nacional entre todas las fuerzas de la sociedad y los alzados en armas, para que, partiendo del cese del fuego y la violencia, encontraran una salida democrática para superar la crisis del proceso 8.000 (desatada por las revelaciones de que la campaña de Samper había sido financiada por el narcotráfico) y poner fin a la violencia. Su idea era convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para concretar la paz, previa renuncia del presidente Samper.

Después de que Samper reveló publicamente que Santos tramaba una conspiración en su contra para sacarlo del poder, Santos dijo que “nunca se trató de promover acuerdos, o acciones con los ilegales contra el gobierno del doctor Samper elegido por los colombianos” y que “con la miope reacción del gobierno de entonces, Colombia perdió la oportunidad de parar el baño de sangre”. Santos respondió lo mismo ante el Congreso, cuando a raíz del  testimonio que rindió Salvatore Mancuso en su contra en el proceso de Justicia y Paz y de las revelaciones de las chuzadas del DAS, lo citaron a un debate sobre el tema. La Fiscalía le abrió a Santos un proceso pero luego dictó un auto inhibitorio a su favor, según lo reveló el portal sobre paramilitarismo Verdad Abierta.

“Durante esa reunión, solo escuché hablar de la necesidad de buscar la paz en Colombia”, dijo a La Silla Vacía el periodista Germán Santamaría, amigo de Santos, y quien dice que lo acompañó a esa primera reunión (y no a la segunda como asegura Mancuso). “Santos dijo que estaba explorando conceptos de gente alzada en armas para saber si estaban interesados en la paz. No escuché nada para denunciar al presidente Samper. Se quedaron de reunir nuevamente y a esa segunda reunión yo no asistí.”

En ese plan liderado por Santos participaron también Angelino Garzón, la actual fórmula vicepresidencial de Santos, el ex precandidato conservador Álvaro Leyva, el esmeraldero Víctor Carranza, el activista Morris Ackerman, jefes gremiales y sindicales, curas y hasta García Márquez fue enterado del plan, según reportó El Espectador. La Silla Vacía consultó a algunas personas que conocieron ese proceso de cerca y coinciden en que Santos no estaba liderando un golpe de Estado propiamente dicho contra Samper, sino -en medio de la ingobernabilidad creada por el 8.000- crear un hecho político contundente como un cese del fuego de los armados que luego le presentarían al Presidente Samper para provocar su salida ‘digna’ del poder. El único ‘detalle’ es que el último en enterarse iba a ser Samper. Pero como supo antes, denunció el plan de Santos y este nunca se llevó a cabo.

La Silla Vacía obtuvo la USB con la copia del libro escrito por el jefe paramilitar que reposaba en su celda cuando fue extraditado. Aunque los hechos son los mismos que Mancuso denunció en 2007, los detalles de cómo los jefes paramilitares vieron ese episodio son interesantes no solo por la diferente interpretación que hicieron de estas reuniones sino porque arrojan otra mirada sobre el carácter del candidato. La Silla Vacía contactó a la campaña de Santos pero no obtuvo un pronunciamiento al respecto.
Fragmento del libro de Salvatore Mancuso sobre conversación entre Juan Manuel Santos y Carlos Castaño

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...