Las elecciones regionales y locales confirmaron el surgimiento de nuevos jugadores de la política que hicieron elegir a otros candidatos además de consolidar su propio poder que ya venía en ascendencia. Estos son los principales:
Sergio Fajardo, el gran cacique: el Gobernador de Antioquia no solo ganó su propia elección con más de 850.000 votos, sino que impulsó la de Aníbal Gaviria en Medellín, que sin su apoyo hubiera perdido con Luis Pérez, un candidato muy popular. Fajardo gana por tercera vez consecutiva la alcaldía de Medellín. Hace cuatro años logró asegurar la continuidad de su programa con la elección de Alonso Salazar. Esta seguidilla de triunfos convierten a Fajardo en el gran elector de Antioquia, que esta vez le ganó a los candidatos de Alvaro Uribe, del gobernador Luis Alfredo Ramos y del conservatismo puro tradicionalmente mayoritario en ese Departamento.
Alex Char, el dueño de Barranquilla: la elección de Elsa Noguera como nueva alcaldesa de Barranquilla convierte a Char en el nuevo gran elector del Caribe. Con una favorabilidad de más del 90 por ciento y su casi segura selección como el mejor alcalde del período que termina, sumado al hecho de convertir a su eficiente, pero desconocida, Secretaria de Hacienda, primero en candidata a la Vicepresidencia de Germán Vargas Lleras y ahora en alcaldesa, lo convierte en referente en un momento en que no hay grandes jefes regionales. Se ha dicho que el Presidente Santos lo designará como Presidente de Colombia Humanitaria a partir de enero y eso le podría dar una gran visibilidad nacional.
Álvaro Cruz, el barón electoral de Cundinamarca: su elección estaba decidida desde hace meses. La sola noticia de que quería reelegirse en la Gobernación de Cundinamarca espantó a otros candidatos. Al final, solo Everth Bustamante se le enfrentó pero Cruz le infringió una gran derrota. Cruz fue el gobernador electo que obtuvo la más alta votación porcentual, alcanzó el 67 por ciento de los votos, sacó 100.000 votos más de los que obtuvo Andrés González hace cuatro años. Para las elecciones del próximo Congreso dentro de algo más de dos años la ayuda de Cruz resultará definitiva en un departamento en el que la maquinaria suele ser determinante.
Así como se consolidaron unos nuevos caciques, perdieron poder varios tradicionales.
En Norte de Santander, y su capital Cúcuta, perdió el presidente del Senado, Juan Manuel Corzo. Su hegemonía y el dominio conservador no alcanzaron a poner a su candidato Juan Alcides Santaella. Les ganó Édgar Jesús Díaz. Y en la capital, a Corzo se sumó la pérdida del senador Juan Fernando Cristo. No ganó el candidato de ninguno de los dos, ni Rafael Gregorio Angarita ni Andrés Cristo. En ambos casos ganaron los candidatos que nacieron en la Ciudadela Atalaya, el sector más deprimido de Cúcuta.
En Santander, el gran perdedor fue Horacio Serpa. Después de su apabullante triunfo de hace cuatro años (482.745 votos), así como las buenas cifras de los liberales en el Congreso, esperaban barrer en Santander, pero el ganador fue el ex gobernador destituido y preso, Hugo Aguilar, quien logró imponer a su hijo Richard, con el 56 por ciento de los votos. Serpa ganó con su hijo en Bogotá.
En Huila perdieron su fortín los liberales y los conservadores. La ganadora fue Cielo González, por el Partido de la U, lo que dejó como grandes perjudicados al ex gobernador Rodrigo Villalba y al conservador José Antonio Gómez Hermida, quien perdió en la cuna de su partido, el municipio de Garzón. Esto no había ocurrido antes en la historia de ese departamento.
En Caldas, el golpe más fuerte lo recibió el senador Carlos Alberto Zuluaga, pues perdió en los municipios de Manzanares y Pensilvania, en este último es la primera vez que pierde desde que hay elección popular de alcaldes. El partido Liberal, aunque ganó la Gobernación, siguió cediendo terreno pues perdió la mayoría de alcaldías y Mauricio Lizcano, de la U, perdió su trono en Riosucio y La Dorada.
En San Andrés perdieron su hegemonía los Gallardo. Su candidata Susanie Davis Bryan que se inscribió por el Movimiento de Integración Regional, MIR, perdió con el 36 por ciento de los votos frente al 61 por ciento de la ganadora, la liberal Aury Socorro Guerrero.
Por segunda vez, los Ramírez, perdieron las elecciones a la Alcaldía en Soacha. Hasta 2003, esa familia había sido dueña total de la administración del municipio más grande de Cundinamarca, y a ellos se culpó del desgreño en el manejo de la administración y la entrada de los paras al municipio. Como al alcalde que los soachunos eligieron en 2007, José Ernesto Martínez Tarquino, le fue tan mal, pues lo suspendieron dos veces y tiene más de veinte investigaciones pendientes, se creyó que los Ramírez iban a recuperar su lugar. Pero en lugar de eso ganó Juan Carlos Nemocón, el candidato del Alcalde actual.
Y en la Gobernación de Risaralda y la Alcaldía de Pereira perdió su dominio Habib Merheg. Los dos candidatos, el exalcalde Juan Manuel Arango que pretendía repetir y Carlos Alberto Botero quien intentó llegar a la Gobernación, habían crecido políticamente al lado del ex senador condenado por parapolítica.