El anuncio de la renovación de la flota coincide con un cambio mayoritario en el discurso de figuras de la izquierda en oposición y críticas del gasto militar, a una izquierda en el poder y dispuesta a ganarse el favor de la Fuerza Pública.
Tambien es una manera en la que Petro delimita el rango de cambio que aspira a generar en la alineación estratégica de Colombia. El presidente no buscó aliados militares por fuera del abanico de la Otan, como Rusia o China. Y el visto bueno a la compra de aparatos de guerra que en últimas está pensados para disuadir amenazas de paises vecinos, y específicamente Venezuela, alinean a Petro con las visiones estratégicas de sus antecesores, empezando por Iván Duque.
“Petro quiere reforzar el carácter de socios de la OTAN –dice el profesor emérito de la Universidad Nacional Eduardo Pizarro, profesor emérito de la Universidad Nacional y que ha estudiado la historia de las Fuerza Pública– Esto implica que la seguridad nacional de Colombia se va a basar fundamentalmente en su carácter de socio global de la OTAN.”
Por otro lado, la anunciada compra de los Rafale solo es la parte mediática de la estrategia de Petro de seguir fortaleciendo la industria militar y direccionar las capacidades de las Fuerzas Militares a un nuevo modelo de seguridad, en que estas están enfocadas en la defensa nacional y no tanto en el conflicto interno.
“Ha pasado más desapercibido a nivel mediático, pero este Gobierno, aprovechando todos los planes estratégicos de la Armada, ya también aprobó la construcción de las primeras fragatas en Colombia. Con un acuerdo con Cotecmar vamos a tener el reemplazo de las cuatro fragatas actuales hasta tener cinco fragatas nuevas”, dice el experto en asuntos militares Jean Carlo Mejía, profesor de la Universidad Militar.
Por su parte el profesor Pizarro también lee la compra de los Rafale como un paso en el cambio de la política de seguridad que prometió Petro.
“La idea es que lentamente la Armada comience a fortalecerse en los dos mares, la Fuerza Aérea y el Ejército se van enfocando hacia las fronteras. Y volver a la Policía responsable de la seguridad al interior del país”, dice Pizarro. Y agrega: “Si no hay seguridad en las fronteras, todo el tema de la paz total es inviable, porque va a seguir el filtro de economías ilegales en las fronteras y alimentando grupos armados irregulares”.
En ese sentido es una decisión que no solo es un giro político nacional, sino sobre todo internacional.
“Petro está pensando en términos estratégicos, más a convertirse en un líder global o por lo menos regional, porque es que uno con Rafale sentado y una flota como la Armada colombiana sentada, pues habla duro”, analiza Manfred Grautoff, exasesor de seguridad de Presidencia en el Gobierno Duque. “Veo un avance más rápido en Petro tomando decisiones de Defensa que lo que hicieron los otros gobiernos, incluyendo el de Uribe”.
Los aviones: de los F-16 gringos a los Rafale franceses
La flota de Kfir está al final de su ciclo de vida. Los primeros fueron adquiridos por Colombia en 1989, pero ya tenían por lo menos unos 10 años de uso por parte del Ejército israelí, y de los 24 aviones en poder de la Fuerza Aérea, apenas 10 siguen activos en servicio. Por eso, desde hace 12 años los altos mandos militares han pedido la renovación de estas aeronaves que son la punta de lanza del sistema de defensa aérea.
El expresidente Iván Duque estuvo cerca. En su política de seguridad se planteó que debía haber una disuasión creíble, es decir que hubiera una flota estratégica renovada cazas de enfrentar la de los rivales estratégicos, en especial Venezuela. Duque lo intentó primero en marzo de 2021, pero la pandemia y el paro lo frenaron. Luego, en abril de año dejó listo el Conpes 4078 y le faltó poco para concretar la compra.
De las opciones planteadas por el equipo técnico de la Fuerza Aérea, la opción que se decantó con Duque fue la de los F-16 bloque 70 de la empresa gringa Lockheed Martin. “Estaba muy muy cerca de concretarse la compra”, dice una fuente con información directa de la mesa técnica que se adelantó el primer semestre de este año.
¿Por qué los F-16? Para Manfred Grautoff, exasesor en temas de seguridad de Duque, los motivos son técnicos. “El F-16 es el avión más demandado del mundo entre Fuerzas Aéreas, ha sido usado en combate, probado en diferentes escenarios de guerra, y le hace superioridad aérea a los Sukhoi rusos de una manera muy extraordinaria”, dice.
Esto último es clave, pues los Sukhoi son los aviones de combate que tiene Venezuela y la competencia inmediata en un escenario de guerra en la región. Es decir, la disuasión de la flota estratégica colombiana debería influir en primer lugar respecto a sus vecinos como Venezuela.
El problema con los F-16 en el Gobierno Petro es que la oferta no cumple los ambiciosos requerimientos que busca el presidente en materia de transferencia de tecnología y conocimiento. Osea que con la compra de los aviones, la Fuerza Aérea no solo adquiera armamento sino tecnología de punta para desarrollar sus capacidades industriales.
“Pienso que es el tema más importante – dijo este miércoles el general Luis Carlos Córdoba, comandante de la Fuerza Aérea, sobre los criterios de selección de la nueva flota– Significa que por el mismo monto por el que se van a reemplazar a los Kfir, vamos a obtener beneficios de transferencia de tecnología y transferencia de conocimiento. Eso para fortalecer la industria aeronáutica”.
Y en ese sentido, poder cumplir el sueño que Petro planteó en la celebración de los 103 años de Satena, la aerolínea estatal. “En Brasil hubo un empeño permanente y una decisión del Estado partiendo de los instrumentos más simples hasta llegar a ser un competidor mundial en el mercado de los artefactos que llamamos aviones. ¿Por qué Colombia no lo puede hacer?”, dijo Petro.
Con las condiciones de seguridad nacional del Gobierno de Estados Unidos, el “off-set” o transferencia tecnológicas serían casi nulas con la compra de los F-16. Por eso, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, ha dicho que este criterio se tuvo muy presente en la preselección de Dassault.
Otro factor que influye en la compra es el geopolítico, pues no solo se teje una relación con una empresa fabricante, sino con el Estado de donde provienen los aviones. En el caso de Rafale por ejemplo, el mismo presidente de Francia, Emmanuel Macron, intermedió con Petro cuando se encontraron en París.
La plata: al final la tributaria sí pagará los aviones
Ante el anuncio de la compra del reemplazo de los Kfir, la mayoría de las críticas que recibió Petro fueron por la posible destinación de los recursos de la reforma tributaria para gasto militar y no para programas sociales. El presidente salió a decir que estos recursos siguen intactos y que no será con la tributaria con la que se paguen los aviones.