Los escándalos que tocan al círculo familiar de Gustavo Petro, abren, grietas en el activo principal del mandatario: la idea de que representa la llegada de un cambio profundo, no solo ideológico, sino en sus prácticas políticas y en su estética.
Las grietas, que no son irreparables ni definitivas, se abren en tres frentes, según le dijeron a La Silla analistas y funcionarios que han estado alrededor del presidente en los últimos días.
- Ante su electorado
- Ante la izquierda en el gobierno y la coalición
- En el círculo íntimo del presidente
¿Por qué importa?:
“Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder”, dijo Petro en su discurso de posesión.
Los escándalos golpean la pretensión histórica de Petro. No solo ideológicamente, sino en su ambición estética. Una que es novedosa y renovadora. “En Colombia había solo dos élites en la presidencia. La bogotana, santista bien comportada, todos muy bien vestidos. La élite campesina de Uribe, tosca y aguerrida. Y con Petro llega una nueva, la del proletario”, dice Omar Rincón, columnista, y profesor de la Universidad de los Andes.
¿Cuál es el escándalo?:
- El del hijo: La exesposa del primogénito del presidente, Nicolás Petro Burgos, reveló en la revista Semana que había recibido plata durante la campaña de personajes oscuros. En respuesta, el presidente pidió a la Fiscalía investigar a su hijo. Según la exesposa, que delató a Petro Burgos porque le fue infiel, el hijo del presidente además consiguió cuotas de funcionarios del gobierno. En total hay 17 salpicados, en distintos grados.
- El del hermano: El presidente Petro también le pidió a la Fiscalía investigar a su hermano, Juan Fernando Petro. El hermano se reunió con presos durante la campaña para discutir la idea de paz del presidente. Y durante el gobierno han surgido denuncias de que abogados habían cobrado plata, supuestamente a nombre del hermano, para otorgar beneficios a narcotraficantes.
- El de los españoles: Una investigación de La Silla Vacía reveló que Petro nacionalizó a dos españoles turbios, Xavier Vendrell y Manuel Graul. Vendrell enfrenta un juicio por corrupción en España. Grau, es socio de Vendrell, e íntimo amigo de Verónica Alcocer, la primera dama. Ha viajado con ella en misiones oficiales, se ha presentado falsamente como funcionario y fue nombrado en una junta directiva de una empresa estatal. El presidente ha guardado silencio sobre los privilegios que le ha otorgado al par de catalanes.
- Los de la esposa: Verónica Alcocer, con quien Petro está casado hace 20 años, no tiene despacho, pero viaja por el mundo y por Colombia con recursos del Estado. Además, ha mostrado su poder influyendo para que nombren y quiten a altos funcionarios del gobierno. Sus favorecidos han tenido problemas por su escasa preparación, como la exdirectora del ICBF, Concha Baracaldo, que fue despedida. O Eva Ferrer, su amiga catalana, también nacionalizada por Petro, y quien es consejera de presidencia. Más recientemente, Alcocer fue clave en la salida de la exministra de Cultura, Patricia Ariza, una actriz y directora de teatro muy respetada en la izquierda. En su reemplazo quedó encargado Jorge Zorro, el viceministro y aliado de Alcocer.
Las tres grietas que abren los escándalos
1. Frente a la opinión pública los escándalos generan “una dura fricción a la estética del poder”, dice Ángel Becassino, un curtido estratega político. Becassino trabajó con Petro en el pasado. Y en la última elección fue el asesor principal de Rodolfo Hernández.
Según Becassino, “la campaña de Gustavo generó muchas expectativas en la gente. Con estos escándalos, la percepción es que no está respondiendo. Se esperó tanto tiempo para que el país tuviera otra historia, y cuando llega esta otra historia se comporta de la misma manera que antes. El daño es enorme”.
El impacto de los últimos hechos en la imagen del presidente aún no se ha medido, pero desde hace meses se había acabado su luna de miel con la opinión.
Sin embargo, Petro está lejos de estar en un momento de crisis. “Todavía queda mucha gasolina en el tanque”, dice Becassion, pero advierte que en juego está la “gobernabilidad y el respeto a la figura del presidente”.
Pero para Rincón, Petro ha hecho una buena contención de daños: “de una mandó al hijo y al hermano a la Fiscalía, eso sorprende, eso no lo habían hecho antes”.
2. Frente a la izquierda en el gobierno y la coalición los escándalos generan una fricción interna. Hay una desmotivación en personas claves para conseguir los objetivos políticos del gobierno. “Yo soy de izquierda, yo creo en el presidente, en este proyecto político y no entiendo por qué permite esto”, cuenta un alto funcionario en un ministerio que pide no revelar su nombre para no generar aún más ruido.
Especialmente frente a casos como el despido de Ariza, un sector de apoyo fuerte en la izquierda quedó tocada. “Es infame”, dice Becassino, “es un descuido de las formas, del trato para una persona con un reconocimiento histórico largo”.
3. En el círculo íntimo del presidente los escándalos han desatado una desconfianza, incluso entre funcionarios muy cercanos. Uno de ellos, que pidió no ser nombrado por el clima de paranoia que recorre Casa de Nariño, contó que el presidente pide hasta a sus ministros dejar los celulares afuera cuando se reúne con ellos. “Solo él tiene celular”, afirma la fuente.
Ese clima de desconfianza fue clave en la salida de Alejandro Gaviria y refuerza el talante solitario del carácter del presidente Petro.
Encima de eso, los escándalos han sembrado discordia con su hijo y hermano, entrando al círculo familiar del presidente Petro. Frente al pedido de que investiguen a su hermano, Juan Fernando Petro criticó que el presidente ponía a “los suyos a padecer escandio público” y contó que le preocupa que Nicolás Petro se quite la vida por el estado de aislamiento en el que lo dejó el presidente.
Estas grietas, tanto familiares como en su círculo de funcionarios más cercanos, puede hacer más difícil que el presidente sea efectivo para cumplir sus objetivos políticos.