En enero de este año, el entonces ministro de Educación, Alejandro Gaviria, anunció que la meta del gobierno era crear 500 mil cupos nuevos en educación superior en el cuatrienio.
Lo que falta para aterrizar la promesa de educación superior de Petro
.jpg)
A la par, Petro dijo que esperaba “alcanzar el 70 por ciento de cobertura de la juventud en educación superior”.
La meta final, que quedó en el Plan Nacional de Desarrollo, fue pasar de 54% a una cobertura del 62% en educación superior en 2026. Esa meta va acompañada de un listado de 7 universidades, 20 sedes nuevas, multicampus o complejos educativos y 7 sedes del Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje) que el gobierno proyecta en al menos 23 departamentos.
¿Qué se necesita para aterrizar esta propuesta? La Silla consultó a Carlos Mario Lopera, director del Observatorio de la Universidad Colombiana; Cecilia María Vélez, exministra de Educación; Jairo Torres, presidente del Sistema Universitario Estatal (que agrupa las 34 universidades públicas del país); César Sánchez, magister en dirección universitaria de la Universidad de los Andes y asesor de instituciones educativas; y a Darío Maldonado, Profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes y experto en temas de educación.
¿De dónde surge la idea? El anuncio hace parte de la apuesta del presidente por convertir a Colombia en lo que ha llamado “una sociedad del conocimiento”. Petro considera que la educación es la que transforma las regiones y por eso le apuesta a que la educación superior llegue a zonas vulnerables y alejadas de las grandes ciudades. La cifra más reciente del Ministerio de Educación indica que un poco más de la mitad de los jóvenes en el país pueden acceder a un nivel de educación técnico, tecnológico o universitario.
Para cumplir la propuesta de 62 por ciento que equivale a casi 368 mil cupos nuevos en educación superior, el gobierno y las universidades ya se han empezado a mover. El presidente ya puso la primera piedra de lo que será la sede en Villavicencio de la Escuela Superior de Administración Pública (Esap) una de las primeras que se construirán en este gobierno. También anunció que una sede de la Universidad de Nariño en Tumaco empezará clases a finales de agosto con 400 estudiantes y en febrero empezará a funcionar la sede de Barbacoas (Nariño).
¿Cuánto costaría? No hay una cifra exacta. El presidente Petro ha dicho que de los 2,8 billones de pesos adicionales para el presupuesto del ministerio de Educación, la mayor parte de este — sin precisar cuánto—, debe invertirse en construir sedes de instituciones de educación superior.
Sólo la sede de la Esap tendrá un costo de 32 mil millones de pesos e impactará a 1400 estudiantes. Pero los costos de una sede varían de acuerdo al contexto, al número de estudiantes y a los programas académicos que ofrecen y que son más costosos si, por ejemplo, deben contar con laboratorios. En la Universidad del Cauca, abrir una carrera para que se gradúe una generación de estudiantes puede costar entre 1800 y 2200 millones de pesos.
¿Quién lo lideraría? El ministerio de Educación en cabeza de la ministra Aurora Vergara.
Entidades que tendrían que involucrarse: Ministerio de Educación que lidera el tema y da el visto bueno para crear instituciones de educación superior en el país y los programas académicos que las componen. El Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) porque la propuesta incluye crear sedes de este instituto en otros departamentos.
El Sistema Universitario Estatal, que agrupa a las 34 universidades públicas del país, ya que estas serían las encargadas de crear sedes regionales. El Congreso de la República para cambiar la forma en la que se financian las universidades públicas (Ley 30) y permitir que estas tengan más ingresos y puedan ampliar la infraestructura y los cupos.
El Congreso, las asambleas departamentales o concejos municipales, que serán claves para tramitar la creación de las universidades públicas dependiendo de si éstas son de orden nacional, departamental o municipal.
Los pasos que tendrían que darse para concretarse
Construir universidades públicas
1. El gobierno deberá conseguir los predios, legalizarlos y realizar diseños arquitectónicos.
2. El gobierno deberá elaborar un estudio para saber si es viable la creación de la institución. En este deberá quedar claro que la universidad a crear responde a unas necesidades regionales y que tendrá personal académico, administrativo y recursos físicos y financieros para sostenerse en términos económicos y de calidad académica.
3. El estudio deberá ser evaluado por la Sala Institucional de la Comisión Intersectorial para el Aseguramiento de la calidad de la Educación Superior (Conaces) y aprobado por el Ministerio de Educación.
4. Dependiendo de si la universidad es de orden municipal, departamental o nacional, deberá tramitarse un proyecto de ley (Congreso), ordenanza (Asamblea) o un acuerdo (Concejo) que cree la entidad.
5. Después de creada, la universidad deberá definir qué carreras va a dar, construir los programas académicos demostrando que tiene los docentes y los recursos físicos y económicos para que estos funcionen con estándares de calidad y tramitar el registro calificado que deberá ser aprobado por el Ministerio de Educación para empezar a ofrecer el programa académico.
Crear sedes de universidades ya existentes
1. La universidad debe presentar un proyecto al Ministerio de Educación en dónde indique los criterios técnicos, recursos económicos y físicos, duración de construcción, estudios de suelo, diseños arquitectónicos y todo lo relacionado para que la sede sea un hecho.
2. El ministerio de Educación da el aval para el proyecto y gira el recurso necesario a la universidad.
3. La universidad inicia el proceso de licitación y luego construcción de la sede (si implica la construcción desde cero de la infraestructura). Luego se pasa a dotar físicamente la sede (recursos tecnológicos, mobiliario, etc).
4. El ministerio de Educación asiste a la sede, revisa y da el aval para que la sede funcione.
5. Para ofertar los programas debe construirlos y demostrar que tiene los recursos físicos y económicos, y el personal docente y administrativo para llevarlo a cabo. Si cumple con los requisitos, el Ministerio de Educación dará el registro calificado y la sede podrá empezar a ofrecer el programa.
Los principales escollos que tendría que superar
1. Definir un plan o estrategia con los rectores: Hasta el momento los rectores con los que habló La Silla dicen que no saben cómo se llevará a cabo esta propuesta y que no hay una línea base para empezar a moverse frente a este tema. La propuesta principal desde el Sistema Universitario Estatal, que agrupa a las 34 universidades públicas, es apuntar a la regionalización y aumentar en un 5% la cobertura de las instituciones superiores (universitarias, técnicas y tecnológicas) que podrían generar hasta 260 mil cupo en el corto plazo. Para eso dicen que el Estado debe girar un promedio de 9,2 millones de pesos por cada estudiante (esa cifra varía en cada universidad, algunas reciben 1,5 millones y otras hasta 15 millones) y la propuesta podría ponerse en marcha este año.
2. El modelo de financiación de universidades públicas: El primer obstáculo es tramitar en el Congreso la reforma de la Ley 30, en especial de los artículos 86 y 87, que tratan el tema de financiación del Estado a las universidades públicas. Ayer, la comisión sexta de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate la reforma de estos artículos. Pero aún faltan varios debates y se suma que el Plan de Desarrollo habla de una reforma integral a la ley, lo que puede demorar el trámite.
El punto clave sería que estas instituciones puedan recibir financiación de acuerdo a la calidad educativa, el número de docentes, la producción científica y el crecimiento del número de matriculados para incentivar la ampliación de cobertura y calidad académica. Pero llegar a un consenso en el Congreso y con las mismas universidades públicas, sobre cuál es la fórmula ideal de financiación, podría ser un reto.
3. Oferta académica: Por la densidad de población estudiantil de algunas zonas, que es poca, va a ser un reto definir cuáles y cuántos programas académicos se van a llevar a las universidades, sedes o complejos educativos. En ocasiones, se ofertan programas que van de acuerdo con las necesidades del territorio, por ejemplo, donde hay un puerto suelen ofrecerse programas de logística portuaria. Pero eso impide o limita la oferta para carreras como derecho o medicina. Además, abre el debate sobre si debe priorizarse o no la necesidad de formar para el mercado laboral.
4. Crisis de la universidad privada: Si los nuevos cupos se crean sólo en instituciones públicas — como parte de la apuesta de Petro de fortalecer el sector público —, el gobierno tendría que buscar la forma de atender la crisis de la universidad privada, que ya se está gestando, en caso de que la población estudiantil de esta haga el tránsito a la pública. Por esto mismo, y si no se tiene en cuenta a la universidad privada, puede haber discusiones y solicitudes desde estas instituciones para ser tenidas en cuenta en la propuesta.
5. Que la ampliación de cupos también se refleje en el número de graduados: Es clave que además de matricularse, los estudiantes puedan mantenerse y graduarse como profesionales. Según Fedesarrollo, la deserción en estudios universitarios es del 46% y del 50% en carreras técnicas y tecnológicas. En estratos 1 y 2 supera el 70%.
La mayor transformación que se lograría
Aumentar la cobertura: De lograrse la meta propuesta en el PND, sería la primera vez que el país tiene un porcentaje de cobertura de educación superior tan alto. A nivel internacional también permitiría acercar a Colombia al promedio de cobertura de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), de la que hace parte, que es de 75 por ciento. Esto a su vez abre la puerta para que la educación llegue a zonas vulnerables o en las que el acceso a esta ha sido limitado.
Dinamización de la economía: Con la construcción de universidades y la puesta en marcha de sedes en regiones periféricas de las ciudades, también genera una dinamización económica porque el municipio termina convirtiéndose en un punto de encuentro para el territorio, la economía se fortalece para atender las necesidades de los mismos estudiantes (transporte, alimentación, hospedaje) y genera empleo formal e informal.
El tiempo aproximado que se necesita para volverse realidad si todo sale bien: No está claro. Los expertos consultados coinciden en que no alcanzarán los tres años que le queda al gobierno para construir universidades y recibir estudiantes. Frente a las sedes, si no cuenta con infraestructura, puede tardar más de cinco años, pero si la tiene puede hacerlo en menos de dos.
La construcción de un proyecto para una sede puede tardar unos 6 meses y dependerá de la complejidad, lo que tarde el ministerio en aprobar el proyecto y girar el recurso y el tiempo que demore en construirse. Si la sede ya tiene la infraestructura y sólo debe adecuarse, en menos de un año puede empezar a funcionar. El trámite para tener un registro académico de un programa puede tardar unos seis meses.
Publicaciones

Informe final de la comisión de la verdad sobre los hechos del Palacio de Justicia

Visiones sobre construcción de paz, sociedad civil y fortalecimiento de la democracia
