Las circunscripciones especiales de paz se crearon para que las víctimas del conflicto tuvieran participación directa en el Congreso. Tras cuatro años de limbo finalmente son realidad, pero por lo menos 18 candidatos a esas curules llegan cargados de política tradicional. Por eso, el caso del candidato del clan Gnecco a la curul de la Sierra Nevada o la aspiración del hijo del paramilitar Jorge 40 son solo la punta de un iceberg.
Así, se concreta el temor de muchas víctimas que intentó atajar el Acto Legislativo que creó las circunscripciones, pues prohibió que participen los partidos políticos y exigió que los candidatos deben estar certificados como víctimas por la Unidad de Víctimas. No fue suficiente.
Además, la semana pasada la Misión Observación Electoral (MOE) alertó que hay riesgos electorales en más de la mitad de los municipios de estas circunscripciones, tanto por violencia y presencia de grupos armados como por fraude electoral.
Después de hablar con más de 100 fuentes de las 16 circunscripciones, encontramos que hay 8 candidatos que tienen el apoyo de caciques y clanes políticos con influencia en la circunscripción; otros 5 van con apoyo de poderes políticos locales en esa zona; y otros 5 que son políticos que se quieren reencauchar.