Múltiples apuestas para interrumpir la violencia
Otro factor clave son las apuestas de organizaciones sociales, empresas e instituciones que llegan a barrios y comunas. “Cali es rica en estrategias de prevención de la violencia”, dice Aguirre del instituto Igarapé. Aunque no están bajo una sombrilla y la mayoría trabajan de forma independiente, sin articularse, tienen una incidencia en el territorio.
Por ejemplo, la Arquidiócesis de Cali cuenta con el Observatorio de Realidades Sociales en el que realiza procesos formativos sobre paz y convivencia y propicia espacios de movilización social por el cuidado de la vida. Los empresarios también han tenido su apuesta con Compromiso Valle, una iniciativa que promueve la inversión social y el fortalecimiento y ampliación de programas que ya estaban en terreno. Como el programa de interruptores de la violencia, que ayudan a mediar en conflictos, de la fundación Alvaralice que pasó de estar en dos barrios a 50.
Para el secretario de seguridad, Jimmy Dranguet, la Alcaldía ha tenido programas claves para incidir en la cifra de reducción. Entre los que nombra está Perla, un proyecto para la prevención del delito entre jóvenes de entornos vulnerables que cuenta con atención psicosocial, capacitaciones, actividades artísticas y rutas de empleabilidad que ha impactado 4 mil jóvenes. Y “Todos y todas a estudiar”, uno de los programas bandera que fue la respuesta del alcalde Ospina a algunas de las peticiones de los manifestantes el año pasado y que becó a 7 mil jóvenes.
Para Aguirre las acciones de la Alcaldía tienen resultados muy puntuales y a corto plazo porque carece de una estrategia integral que interrumpa la violencia de forma inmediata, intervenga y prevenga. Las críticas a esta administración por el manejo de la seguridad han sido constantes desde que inició su gestión.
Sin embargo, conocer el efecto de cada apuesta, venga de donde venga, es difícil. “Con una política pública no sabes si estás metiendo el gol o dando en el palo. (...) Puede haber personas u organizaciones trabajando en territorio, que nadie está mirando, y que contribuyen a reducir los homicidios”, asegura Felipe Fernández, asesor de paz, desarrollo y gobernanza.
“En Cali no sabemos cuál es el factor que más incide en la disminución de homicidios”, dice Álvaro Pretelt, investigador y consultor de seguridad. Cuenta que la ciudad no tiene una evaluación de impacto sobre las estrategias que aplican y que permitiría evaluar cuáles están mostrando resultados positivos. “Lo que hay son múltiples instituciones en múltiples puntos, pero todo suma”.
Y como todo suma, algunos expertos no descartan la posibilidad de que haya un factor más incidiendo: la política de Paz Total de Petro. Como Cali es una ciudad receptora de migrantes y desplazados del Pacífico, epicentro del narcotráfico, y que vive los coletazos de lo que pasa en la región, también puede estar viviendo ese cese de hostilidades que pasa, por ejemplo, en Buenaventura.
En el distrito, Shottas y Espartanos, bandas que se peleaban el control territorial de los barrios desde diciembre de 2020, acordaron dejar de matarse. “Hasta hace tres o cuatro meses había personas en algunos barrios de Cali ofreciéndole a jóvenes irse a pelear conflictos en Buenaventura”, cuenta Juan Camilo Cock, director de la fundación Alvaralice. “No descartaría que lo que vive Buenaventura tenga un impactó en Cali”, dice Aguirre.
Para Dranguet la Paz Total no influye en las cifras de este año. El logro, dice, es de varias instituciones, como el Ejército, la Fiscalía y la Policía. En el caso de esta última resaltó que ha fortalecido sus capacidades investigativas y de identificación elevando el nivel de esclarecimiento de 17 a 40 por ciento. Lo que quiere decir que la impunidad ha disminuido y que hay mayores datos sobre el asesinato, lo que permite conocer los contextos violentos de la ciudad y poder actuar sobre estos.
Aún no se sabe si Cali logrará mantener la cifra de menos de mil homicidios cuando acabe este año. Más cuando diciembre es uno de los meses más violentos y en estos primeros días ya suma 49 homicidios para un total de 930 en lo que va del año.
Incluso el alcalde Jorge Iván Ospina se puso como meta que el próximo año los asesinatos sean por debajo de los mil. Sin embargo, las cifras siguen mostrando reducción frente a años anteriores y, por donde se mire, la reducción de homicidios es una buena noticia para la ciudad.