Los mensajes de Víctor De Currea a sus estudiantes menores de edad

Los mensajes de Víctor De Currea a sus estudiantes menores de edad
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Hace casi una semana, Víctor De Currea-Lugo, un académico de izquierda experto en temas de Medio Oriente y paz, anunció su nombramiento como embajador de Colombia en Emiratos Árabes. Desde ese día las redes se llenaron de testimonios anónimos de supuesto acoso sexual a estudiantes cuando fue profesor. De Currea, hoy de 55 años, dictó clases de pregrado en la Universidad Javeriana y la Universidad Nacional, incluyendo en los primeros semestres.

Esas denuncias subieron de nivel hoy, cuando una mujer denunció de manera anónima, en el podcast de Maria Jimena Duzán, que De Currea la contactó para ser su asistente de investigación y en una reunión en su casa habría intentado violarla.

Después de esa denuncia, el académico declinó su nombramiento para representar al Gobierno de Gustavo Petro. “Lo que la gente me ha dicho es que yo debo continuar con la lucha. Pero si uno permanece, entonces uno es un descarado, clínico, heteropatriarcal, heteromilenario. Entonces que quede claro que yo he decidido voluntariamente que no voy a aceptar el cargo”, dijo De Currea.

La Silla Vacía también recibió el testimonio de dos mujeres que relataron los que percibieron como comportamientos inapropiados de De Currea. Varias más hicieron denuncias por redes sociales.

En su conjunto, los testimonios revelan un comportamiento sistemático en el que De Currea contactaba por redes sociales a mujeres que tomaban su clase, algunas cuando eran menores de edad. Les coquetea y las invitaba insistentemente a tomar café o incluso a su casa.

“Yo tenía 17 años cuando lo conocí porque me metí en su clase de Medio Oriente. Me empezó a seguir en Twitter y me decía que fuéramos a tomar café. En una de esas conversaciones hablamos sobre una película y me invitó a ir a verla a su casa”, contó una egresada de Ciencias Políticas de la Javeriana, quien accedió a hablar solo a cambio de no revelar su identidad.

“Vale aclarar que no pienso pedir perdón por ser varón heterosexual y me parece muy bajo definir a una persona sobre la edad de su pareja”, dijo De Currea tras su nombramiento y defendiéndose de los primeros cuestionamientos. También, amenazó con tomar acciones legales contra las denunciantes.

Cuando La Silla le preguntó si ha contactado estudiantes menores de edad, dijo que no: “Es la palabra de ellos contra la mía, donde tengo todas las de perder. Nunca me he metido con menores de edad”.

Aunque no hay ni una denuncia judicial, ni un proceso administrativo contra De Currea, su nombramiento se cayó. Una muestra de cómo se han venido redefiniendo los estándares acerca del comportamiento entre hombre y mujeres. La gran mayoría de testimonios se circunscribe en comportamientos inapropiados para un profesor, que en su conjunto pueden configurar un patrón de acoso sexual.

Varias feministas le pidieron al presidente Petro que reversara el nombramiento de De Currea. Pero ningún congresista del Pacto Histórico, ni del gabinete ni el mismo Petro se han pronunciado sobre el tema. 

Los testimonios

Las mujeres con las que habló La Silla estudiaron Ciencia Política en la Universidad Javeriana. Dijeron que habían sido contactadas por De Currea a través de Twitter cuando tenían 17 años. Él las había invitado más de una vez a verse por fuera de la universidad. Una se negó explícitamente y la otra nunca le respondió. 

De Currea trabajó en la Universidad Javeriana entre 2013 y 2015, cuando renunció por diferencias con el decano del momento, Edwin Murillo. Su clase de Medio Oriente estaba dirigida a estudiantes de los primeros semestres y era tan popular que varios asistían sin estar matriculados.

De Currea también fue profesor en la Universidad Nacional entre 2012 y 2015, donde también tuvo denuncias por acosar estudiantes, aunque no hubo procesos disciplinarios abiertos.

Las dos mujeres con las que habló La Silla tenían 17 años cuando entraron a la universidad y conocieron a Víctor De Currea.

En 2014, una de ellas asistió a una de las clases de De Currea como invitada, luego de que una amiga suya la invitara y tras los comentarios de que era una de las mejores clases del pregrado de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.

Según ella, De Currea “siempre decía que lo siguiéramos en Twitter porque ahí él compartía sus columnas que escribía”. Y ella lo hizo. En esa época ella solía hacer publicaciones sobre la tristeza y compartía canciones nostálgicas.

Aunque no volvió a frecuentar la clase de De Currea porque no la tenía matriculada, él empezó a escribirle a través de Twitter preguntándole por las cosas que publicaba. “Me decía que no estuviera triste, que habláramos de esa tristeza y que la solucionáramos tomándonos un café”, contó.

Al principio ella le respondía poco pero no se negaba explícitamente a conversar ni a sus invitaciones porque quería matricular esa materia después y tenía miedo de que él adoptara una actitud negativa. Sin embargo, él insistió en esa invitación varias veces.

“A todas nos parecía incómodo pero nadie hacía nada porque era muy popular”, dice. Pero tras escuchar varios rumores, incluido uno que se hizo popular en los pasillos de que le dijo a una estudiante que “sus zapatos se verían mejor debajo de su cama”, decidió bloquearlo y desistir de ver su materia. 

De Currea renunció a la Javeriana un año después por “el comportamiento clientelar y mafioso” del decano, según explicó en una carta que él mismo le envió el 6 de septiembre de 2015 a Murillo.

La otra mujer con la que habló La Silla también tenía 17 años cuando entró a estudiar Ciencias Políticas y también asistió a la clase de De Currea como invitada pues no la tenía matriculada.

Ese día ella tenía puesta una camiseta de una película que al final de la clase De Currea reconoció. Una semana después, en septiembre de 2013, él la siguió en Twitter y le escribió:“¿Eres la chica de primer semestre con la camiseta de la película, cierto?”.

Fue la excusa que usó para seguir conversando con ella.

De Currea, entonces de 44 años, le preguntó su edad. Y aunque ella le dijo que tenía 17 años, él le propuso que se encontraran para ver otra película, Casablanca, como se ve en estos pantallazos: 

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En esa misma conversación él le preguntó cosas como cómo le gustaba que le dijeran y le pidió que no la llamara profesor: 

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Días después ella se lo encontró en la Universidad y él le recordó la invitación a ver la película. Le dijo que se tomaran un café y que podrían verla en su casa. Ella recuerda que le dijo explícitamente que no porque se sentía incómoda. 

De hecho, dos años después, en 2015, De Currea volvió a contactarla por Twitter y le preguntó que “¿cuándo nos tomamos el café que nos debemos?”.

Ella le respondió que se sentiría incómoda. 

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De Currea la bloqueó de Twitter y no volvieron a hablar.

Hasta ahora, De Currea no tiene procesos penales ni disciplinarios abiertos por acoso o abuso sexual. Ese es uno de los argumentos que ha usado para defenderse. La Casa de la Mujer, una organización feminista, abrió sus puertas para acompañar a denunciantes, pero según su directora Olga Amparo Sanchez “aún no hemos hablado con las mujeres”.

Lo cierto es que, para la fecha en la que sucedieron las denuncias, las universidades en Colombia no tenían mecanismos de atención a las violencias basadas en género y de recepción de denuncias. La Javeriana empezó a crear sus protocolos en 2016 y la Universidad Nacional adoptó una política de género en 2017.


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