Es poco probable que el ministro Diego Palacio se caiga, por dos razones. Por un lado, porque a seis meses de terminar su mandato el presidente Uribe no va a dejar que le tumben por primera vez a un ministro. Y, por el otro, porque a pesar del descontento en el sector de la salud, Palacio cuenta con el respaldo de las EPS y de la industria farmacéutica, los dos jugadores más poderosos en este tema.

Aunque el ministro de la Protección Social Diego Palacio ha estado tambaleando en las últimas semanas, es poco probable que el presidente Uribe entregue su cabeza.
Foto: Ministerio de la Protección Social

Muchos en el Ministerio de la Protección Social piensan que lo peor de la emergencia social ya pasó. Creen que el presidente Uribe ya capoteó el grueso de la tormenta y que, a pesar de las críticas, el ministro Diego Palacio se quedará. Pero afuera todos piden su cabeza y creen que es la única forma de conjurar la crisis.

Hoy el precandidato presidencial Luis Eduardo Garzón dijo a El Espectador  que “mantener a Diego Palacio es no mirar los efectos tan terribles que está generando [la emergencia]”. También los senadores Alexander López, del Polo Democrático, y Cecilia López, del Partido Liberal, pidieron la salida del Ministro.

En el sector de la salud, los más molestos son los médicos. Según María Luisa Latorre, coordinadora de la alianza de organizaciones civiles Así Vamos en Salud, la falta de consulta y de discusión sobre las medidas fue el punto de mayor disgusto. Lo mismo sucedió con las asociaciones científicas y facultades de Medicina como las del Rosario y la Nacional, algunas de las cuales pidieron abiertamente la renuncia del Ministro. No obstante, esta posición no tiene el peso suficiente para desequilibrar la balanza.

Es poco probable que Palacio se caiga, por dos razones. Por un lado, porque a seis meses de terminar su mandato – y con una expectativa cada vez más débil de reelección – el presidente Uribe no va a dejar que le tumben por primera vez a un ministro. Y, por el otro, porque a pesar del descontento en el sector de la salud, Palacio cuenta con el respaldo de las EPS y de la industria farmacéutica, los dos jugadores más poderosos en este tema.
 

Ministros atornillados

Escándalos como Agro Ingreso Seguro y el ministro Andrés Fernández; el fracaso de la adjudicación del tercer canal y María del Rosario Guerra; el retraso en las megaobras y Andrés Uriel Galleo, o la investigación judicial del hermano de Fabio Valencia Cossio, sólo han demostrado que cuando alguien pide la cabeza de un ministro, el Presidente lo atornilla a su silla.

En vez de entender estas crisis como la posibilidad de corregir el rumbo o rectificar una política pública, y darle de paso aire al Gobierno, Uribe lo toma como un desafío político que no está dispuesto a perder.

El caso de Diego Palacio parece correr la misma suerte. Pero también se suman la lealtad de Palacio al Presidente, y la credibilidad del Gobierno en un tema tan sensible como la salud.

“Para Uribe sería un costo muy alto sacar al Ministro, así que él sale y se echa la culpa y a la vez ataca a Palacio. De alguna forma dice, ‘no entrego la cabeza de él sino que negocio la reglamentación de los decretos’”, afirma una analista en temas de salud que prefirió no ser citado.

En efecto, en al menos cuatro decretos – como el de la autonomía de los médicos y el uso de las cesantías – el Gobierno ya manifestó que hará cambios o echará para atrás decisiones.

El respaldo a Palacio

Por otro lado, para los actores más poderosos del sector, la salida de Palacio no solucionaría los problemas sino al contrario, los empeoraría.

Si bien las EPS están molestas con el gobierno porque, entre otras cosas, les debe mucho dinero que el Fosyga tiene en TES, consideran que las medidas liberan recursos y eventualmente ayudaría a aclarar el Plan Obligatorio de Salud (POS). La falta de claridad en el POS es uno de los dolores de cabeza de las EPS.

“Lo peor que podría pasar en este momento es que saquen al Ministro”, afirma una fuente cercana a las EPS. “De todos los artículos de la reforma, que sobrepasan los 100, ha habido problemas sólo con unos cuantos. Y ahora que el Gobierno, después de siete años de no hacer nada, toma medidas valerosas, es cuando se politiza el debate”, agrega.

Por el lado de las farmacéuticas, Palacio también tiene respaldo. Como lo contó La Silla Vacía, en el tema del control de precios a los medicamentos el Gobierno acogió la tesis de la industria farmacéutica. El riesgo es que hubiera una imposición de precios directa, lo cual al final no se hizo.

“Una forma de empezar a solucionar esto podría ser la salida de Palacio, pero se trata de problemas que el Ministerio de la Protección Social conoce hace años”, afirma a La Silla Vacía Óscar Andia, del Observatorio del Medicamento, una ONG que monitorea los precios de los medicamentos.

Mientras el debate político crece, y candidatos como Germán Vargas Lleras ganan puntos atacando la improvisación del Gobierno, la preocupación tanto de Uribe como de las EPS no está tanto en si el Ministro se queda o no. El verdadero pulso está en la Corte Constitucional, que decidirá si las medidas tomadas bajo el amparo de la emergencia son constitucionales.

Fui periodista de La Silla Vacía y creador de La Mesa de Centro. Hago contenido en Charlas con Charli y soy codirector de Linterna Verde.