La versión de Avianca desde entonces es que eso no implicaba el control ni la administración de Viva porque no se cedieron los derechos políticos ni de voto (como en las juntas directivas). Al contrario, dicen que cedieron esos derechos a una fiduciaria con miembros independientes. “Las aerolíneas se han mantenido independientes, autónomas y competidoras en el mercado hasta la fecha”, escribió la aerolínea en un comunicado el viernes pasado, tras la revelación de La Silla Vacía de la apertura de la investigación de la SIC. Por eso, para las aerolíneas no era necesario una autorización gubernamental.
Sin embargo, la SIC encontró pruebas de que realmente no hay separación en los derechos de control y voto, porque quienes los ejercen no son independientes frente al grupo empresarial al que pertenece Avianca. Por tanto, para la SIC sí existió una integración empresarial sin la autorización de la autoridad competente.
El documento de la Superintendencia muestra que el control sobre la gestión de Viva Air y Viva Perú le corresponde a una persona jurídica, la fiducia que se ve en el organigrama, a través de tres personas naturales, que serían independientes. Esos nombres están censurados en la resolución.
Según la SIC, esa persona jurídica “sería simplemente una ficción legal que cumple el propósito de servir de pantalla a las personas naturales que se encargan de adoptar las decisiones de la compañía –y consecuencialmente, de ejercer los derechos políticos sobre Viva Air”. Esto porque, primero, habría sido constituida por las partes que diseñaron el acuerdo. Segundo, se creó solamente para que fuera un vehículo que otorgara apariencia de separación mientras se otorgaban los derechos al grupo. Y, tercero, no desarrolla ninguna actividad económica y no tiene la experiencia ni el capital “para responder por las decisiones que podría adoptar en ejercicio de los referidos derechos políticos”.
De las tres personas que realmente deciden en Viva Air, dice la SIC, dos tienen vínculos con el grupo empresarial de Avianca y uno con Viva Latinoamérica, cuyo derecho al voto y derecho político lo tiene el grupo. Todo eso desde el 8 de agosto, cuando ya las aerolíneas empezaron los trámites ante la Aeronáutica Civil para integrarse en un solo grupo formalmente. Las pruebas para sustentar eso no son visibles. La Superintendencia dice que “esas personas estarían actuando como agentes del grupo económico del que hace parte Avianca” y por tanto, este grupo “sí tiene una influencia material sobre el desempeño competitivo de Viva Air”.
La resolución de la SIC también menciona que el holding de Avianca “tendría un control negativo sobre Viva Air a través de un derecho de veto” sobre decisiones claves. Este lo ejercería a través de Viva Latinoamérica, que es la matriz de Viva Air. En la resolución se ocultan el tipo de decisiones sobre los que tendría veto, pero según la SIC estas “son determinantes para el desempeño competitivo de Viva Air” y por tanto, eso implica que hay un “control competitivo negativo”.
2. Ryan y Galindo: Avianca y Viva compartirían directivo y abogado
La SIC dice además que entre el 29 de abril y el 8 de agosto (antes de la solicitud formal de integración), personas vinculadas a Avianca ejercieron los derechos políticos y económicos sobre Viva Air.
Además, la resolución dice que hay funcionarios vinculados a IV1L con roles en empresas involucradas en la integración que les permiten influir en que el interés de Avianca se garantice en Viva. Es el caso de Richard Galindo Sánchez, director jurídico de Avianca. Después de la operación en abril se ha desempeñado como director de Viva Latinoamerica y jefe legal de IV1L. Ese vínculo en las dos partes de la integración “permitiría inferir razonablemente que Avianca, a través suyo, tiene al menos la capacidad de conocer las decisiones que se toman sobre Viva Air y que incluso podría tener influencia sobre ellas”, argumenta la SIC.
Galindo fue la única persona a la que, junto a Viva y Avianca, la Superintendencia le abrió investigación y le formuló pliego de cargos. Según las pruebas de la SIC, Galindo conocía el proceso de integración e hizo gestiones para completarlo, ejerció el derecho al veto sobre decisiones para el desempeño competitivo de Viva y mantuvo la apariencia de la separación. Además, el funcionario tenía vínculos con las empresas involucradas y eso “en la práctica habría terminado la competencia entre esas compañías”.
De otro lado, la SIC también muestra que personas que trabajaban en las compañías del Grupo Viva pasaron al grupo de directores de las compañías del grupo empresarial de Avianca. El ejemplo es Declan Ryan, quien fue el principal inversionista y director de Viva Air y de su controlante, Viva Latinoamérica. Un día antes de la operación (28 de abril) renunció como director de Viva y pasó a ser miembro de la junta directiva de IV1L, la matriz de Avianca. Pero incluso antes de hacer la operación Ryan ya tenía un correo de Avianca y recibió información de esa compañía. Según la SIC, eso lo mostraba en un correo del 20 de abril en donde se le pide su voto en relación a una decisión a tomar.
3. Ambas aerolíneas trabajarían de manera coordinada
El otro argumento de la Superintendencia es que Avianca y Viva Air habrían empezado a operar de manera coordinada. Un primer momento que lo evidencia es la participación del grupo controlante de Avianca en una discusión de la junta directiva de Viva Air.
Según la Superintendencia, un acta de una reunión de la junta directiva de Viva Air muestra la participación directa del grupo al que pertenece Avianca sobre el desempeño competitivo de Viva. “El documento evidenciaría que la administración y los miembros de junta directiva de Viva Air discutieron con “el comprador” la estrategia para que Viva Air pudiera enfrentar las dificultades superables que la afectan y el plan de negocios que desarrollarían en el mercado”, se lee en la resolución. La Superintendencia dice que “el comprador” es IV1L, el controlante de Avianca.
El segundo momento de esa supuesta coordinación es que “directores del grupo empresarial de Avianca tendrían la posibilidad de dar instrucciones tanto a Avianca como a Viva Air”. Esto se evidenciaría porque Declan Ryan, miembro de la junta de IV1L, envió correos con lenguaje imperativo a Avianca, a Viva Air y a la Sociedad Aeroportuaria de la Costa para que remediaran los tiempos de espera en el aeropuerto de Cartagena, tras una queja que le hizo un conocido.
En esos correos “se refería a los directivos de Viva Air como “nuestros principales actores” y se refería indistintamente a Avianca y Viva Air en un momento en el cual deberían actuar de manera completamente independiente”, dice la SIC.
4. Viva habría dejado de competir con Avianca en algunos trayectos
La Superintendencia dice que la operación en el mercado entre Viva y Avianca “sugiere que actúan de manera coordinada en beneficio de su holding común”. Esto porque entre abril de 2021 y febrero de 2022 entre el 93 y 98 por ciento de los trayectos operados por Viva también eran cubiertos por Avianca. Pero desde marzo y abril de 2022 (fecha del acuerdo) esa convergencia cayó hasta un 82 por ciento y a partir de mayo el nivel es de 87 por ciento “que es inferior al nivel que existía antes”.