Los usuarios de Transmilenio, el florero de Llorente de la izquierda

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Hubo fuertes disturbios en la Avenida Caracas. Quienes protestaban tuvieron a Transmilenio en paro durante todo el día, protestando por la mala calidad del servicio del sistema de transporte masivo. 

Foto: Juan Pablo Pino

Bogotá amaneció semi colapsada. Bajo la consigna de exigir un mejor servicio del Transmilenio, que desde hace 12 años funciona en la capital, grupos de manifestantes se enfrentaron a la policía anti disturbios y paralizaron la ciudad. Más tarde asaltaron varias estaciones de Transmilenio en la avenida Caracas y el alcalde Gustavo Petro levantó el pico y placa y permitió a otros buses utilizar la avenida.

Así se vio el Portal Norte a las 8:30 AM, hora pico, cuando generalmente está abarrotado de usuarios del sistema.

Foto: Juan Pablo Pino

Tras esquivar varias veces la pregunta a lo largo de la mañana, hacia el medio día, cuando las protestas ya estaban pasando la frontera del vandalismo, Petro señaló al Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (Moir) y al Partido Comunista de estar detrás de los bloqueos. También señaló a la Organización Colombiana de Estudiantes (OCE) de lo mismo. Esos señalamientos no solo ponen en el tapete quién organizó lo ocurrido hoy, sino que convirtieron a las protestas por Transmilenio en el detonante de la pelea entre dos vertientes de la izquierda.

Una de las personas más críticas al sistema de Transmilenio en Bogotá es el excandidato del Polo Democrático a la alcaldía, Aurelio Suárez, militante del Moir. Suárez negó los señalamientos de Petro. “Estas protestas no tienen ninguna organización detrás, la gente espontáneamente las hace”, dijo Suárez a La Silla Vacía.

Suárez aseguró que él no estaba detrás de las protestas, que no sabía si había otro partido detrás, pero sobre todo que espera que el alcalde demuestre que el Moir tiene algo que ver. La Silla Vacía habló con otros tres militantes de esa organización, y los tres negaron que haya una estructura del Moir organizada para hacerle oposición al alcalde Petro, aunque pueda haber militantes del Moir entre quienes protestan.

Sergio Fernández, vocero de la OCE y militante del Moir, también negó que ellos tuvieran algo que ver. De hecho, los líderes estudiantiles están en Manizales, como pudo verificar La Silla Vacía.

Lo que queda claro con estas manifestaciones es que las fuerzas de izquierda que dirigen Petro y el Polo Democrático -al que pertenecen el Moir y el Partido Comunista-, se están peleando el liderazgo sobre el movimiento de usuarios molestos con Transmilenio, el sistema de transportes que no sólo se convirtió en ícono de la ciudad, sino que transporta a una tercera parte de quienes usan transporte público en la ciudad. Y es que ponerse en cabeza de los descontentos da visibildiad política y tiene el potencial de convertirse en votos.

En lo que va corrido del año ya se han producido más de diez protestas, y la semana pasada fueron tres. En 2010 hubo 216, y el año pasado, aunque no hay cifras consolidadas, también hubo decenas.

Por eso no es nuevo que haya problemas con el transporte en una ciudad de ocho millones de habitantes. Tampoco es nuevo que se hable de intereses políticos detrás de las protestas. Lo nuevo es que un alcalde de izquierda acuse a otros grupos de izquierda de estar detrás de las protestas.

Transmilenio ha sido blanco de críticas de la izquierda desde que surgió, porque le entregó a empresas privadas la operación de transporte, en unos contratos que manejan unos 8 mil millones de pesos al día. También se critica que si bien los empresarios se arriesgaron y pusieron los buses, la estructura la financia el Distrito y sólo ellos la pueden utilizar.

Estas críticas se han sumado a la molestia de los usuarios, que ha venido creciendo por un motivo sencillo: mientras que cada vez hay más usuarios de Transmilenio, ni los buses ni las vías del sistema han aumentado a la misma velocidad. Y esta molestia ha sido capitalizada por la izquierda y, como se vio hoy, por grupos cada vez más organizados que utilizan ese descontento para pescar en río revuelto y causar zozobra.

El problema es que la izquierda está rota. En 2010 Petro se retiró del Polo bajo el argumento de que no podía estar en el mismo partido del entonces alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, quien fue destituido por el escándalo del ‘cartel de la contratación’. A su salida creó el Movimiento Progresistas, con el que triunfó en la Alcaldía. Y de esa escisión surgió la batalla que hay entre el Polo y Progresistas para ganarse el apoyo de quienes en los años pasados hicieron cientos de protestas contra Transmilenio.

Petro tiene de su lado la posibilidad de hacer cambios desde la Alcaldía. Ya ha anunciado que renegociará los contratos de operación del sistema para lograr varias cosas. Petro quiere que los empresarios se queden con menos utilidades y así poder reducir la tarifa, que los contratos se acaben antes, que entren buses eléctricos e, incluso, que salgan los privados y el Distrito opere directamente los buses.

Su movida frente a los usuarios fue el anuncio de crear comités de usuarios. La idea es que la administración y los usuarios se encuentren y puedan discutir qué problemas tiene Transmilenio y cómo solucionarlos. En teoría es una manera de acercar a los usuarios a la administración y de mostrar que ella se preocupa por sus inquietudes. Pero en la práctica, se convierte en un espacio donde hay roces entre diferentes grupos de usuarios.

 

La pelea de la izquierda

 

Esta pelea por ver quién lidera las protestas contra Transmilenio quedó clara el domingo pasado en el auditorio Fabio Chaparro de la sede de Transmilenio, donde se hizo el primer comité de usuarios.

Allí estaba Selma Asprilla, asesora del Secretario de Gobierno del ex gobernador de Nariño, Antonio Navarro y hermana del director de la Uaesp (la entidad encargada de manejar las basuras en Bogotá) Guillermo Asprilla, sentada con los usuarios y no con los representantes de la administración. el subgerente de Transmilenio Fernando Rojas y el directrod el Idpac José Miguel Sánchez. Es ella la que sienta la posición de Petro: no a los bloqueos pero sí a la presión de los usuarios contra Transmilenio, dice.

Luego, un miembro del Moir, un simpatizante de Progresistas y un usuario ajeno a la pelea política muestra que efectivamente hay un pulso entre las fuerzas de izquierda para capitalizar el descontento:

Con esta lucha por los usuarios de Transmilenio, el pulso estaba planteado. Y con sus declaraciones de hoy, Petro le declaró definitivamente la guerra al Polo, que le respondió: el senador Robledo anunció que lo citará a un debate de control político y la ex alcaldesa y presidenta del Polo, Clara López, le pidió que se dedicara a gobernar.

La Silla

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