Efraín Cepeda, presidente del partido Conservador (Foto P. Conservador)

Hoy los partidos tradicionales aliados con el gobierno se sentaron a definir su posición sobre la reforma de salud. Horas antes el presidente Gustavo Petro facultó a su ministro del Interior, Alfonso Prada, a reabrir la discusión clave que había frenado un acuerdo hace una semana. De nuevo, se discutirán puntos como el porcentaje de ganancia que pueden cobrar las EPS, por ejemplo. 

Y los partidos respondieron a la nueva oferta de negociación. No tomaron una decisión, y le tiraron un salvavidas con 48 horas de vigencia a la reforma a la salud. Decidieron que si el proyecto recoge las propuestas acordadas hace semanas estarían dispuestos a votarla favorablemente. Se trata de una nueva oportunidad que estará sobre la mesa hasta por lo menos el jueves, cuando la comisión Séptima de Cámara cite al primer debate.

Nado sincronizado de La U y los conservadores

Las dos bancadas estaban citadas a las 8 de la mañana, en sitios cercanos y con un mismo desenlace. Una señal llamativa de que La U y el Conservador están trabajando casi de manera paralela para tratar de acompañar la reforma a la salud de Petro.

Los conservadores arrancaron sobre las 9AM en el Club de Banqueros, que está en el tercer piso del edificio de la judicatura en el centro de Bogotá. En la puerta del salón, uno a uno, los 42 congresistas (27 representantes y 15 senadores) deben ir llenando un listado de asistencia. Hay al menos unas siete sillas vacías. El senador Carlos Trujillo, quien hasta hace un mes era el presidente del partido, se conecta de manera virtual.

La antesala en el lobby ambienta las posturas divididas. “Hoy el partido decidirá en bloque que no apoya la reforma a la salud, se lo garantizo”, dice el representante de Antioquia, Luis Miguel López, uno de los más críticos del proyecto mientras tomaba una llamada. Auriculares en mano siguen su camino al recinto que está custodiado por funcionarios del partido.

“A mí y al senador nos llamaron del Ministerio del Interior. ¿Quién sabe qué van a ofrecer?”, dice otro representante que pide no ser citado porque no sabe qué le va a decir el ministro Prada.

Otra llamada de Prada al presidente conservador Efraín Cepeda había matizado la reunión. Ahí el ministro le dijo, en palabras de Cepeda y dos senadores más que hablaron con la prensa, que el presidente Petro revisó el texto de la ponencia radicado y encontró que efectivamente lo acordado en una reunión en Casa de Nariño no estaba plasmado. Que, ante eso, Prada quedaba facultado para revisar las quejas de los partidos y corregir el texto antes de ser debatido en primer debate.

Es decir, Prada como garante de que en el texto final entren los acuerdos.

El representante José Roberto Salazar de Cundinamarca fue el último en llegar a la cita. Eran las 9 y 12. Minutos antes Cepeda y el senador Sammy Meregh habían salido del salón para hablar aparte. Hubo gestos para llegar a un acuerdo.

En la reunión el primero en hablar fue el representante Gerardo Yepes, el mismo que firmó la ponencia del gobierno el viernes antes de la Semana Santa, sin autorización del jefe del partido, y fue tildado de vendido a Petro en medios. Explicó que lo hizo a conciencia para abrir el debate, que cree que debe haber una reforma a la salud y que, técnica y jurídicamente, no tenía un impedimento para poner su firma.

Alexander Quevedo, su compañero en la comisión Séptima, lo secundó. Dijo que no se le podía cerrar la puerta al debate porque ellos, que estuvieron en una decena de audiencias públicas por el país, recogieron voces inconformes del sistema de salud y pedidos para ajustarlos.

Nadie le dio la espalda a Yepes porque sus colegas entendieron que su firma no significaba el voto. Y que, aceptando parcialmente su argumento, era su deber acompañar la ponencia radicada porque fue el que estuvo en la discusión. 

Gerardo Yepes explicó su decisión de acompañar ponencia.

Mientras el senador Oscar Barreto salía para no regresar, porque tenía sesión en comisión Primera, en el fondo se escuchó que alguien estaba gritando. Era el senador Marcos Daniel Pineda. Airadamente reclamaba que el partido debía mantenerse en la raya de no apoyar la reforma, que no hacerlo sería una incoherencia. En el reclamo lo acompañaron Nadia Blel, que está por videollamada, Juan Carlos García y José Alfredo Marín. Todos senadores.

Marín ha encabezado las voces dentro de la bancada para sacar al partido de la coalición de gobierno y llevarlo a la independencia o la oposición. “Apenas empecé a hablar del tema, alcaldes, líderes y empresarios de Santander empezaron a llamarme para felicitarme”, dice.

La reunión se empezó a desgranar porque ya son las 10 y hay otras comisiones, como las económicas, que van arrancar a sesionar para revisar el Plan Nacional de Desarrollo. “Votamos de manera virtual”, dice Armando Zabarain de la comisión Tercera.

Un viejo conocido entró en escena. Es el exsenador Juan Diego Gómez, quien aprovechó el encuentro para pedir el aval para aspirar a la Gobernación de Antioquia. “¿Cómo así que estos manes se van a patrasear?”, dice al saludar a los periodistas.

El risaraldense Meregh salió al baño y entregó un reporte parcial. “Se va a votar o que el partido no apoye o que se condicione el apoyo a una serie de reclamos. Si es así, esos cambios podrían hacerse a través de una enmienda a la ponencia que ya se radicó”, dice. Ya estaba sin saco y con la camisa remangada.

Juan Carlos Wills, quien preside la comisión Primera de la Cámara, también salió del salón afanando una decisión y advirtiendo que hay unanimidad frente a no respaldar la reforma tal como está. No sin antes molestar al senador Germán Blanco. “A este ya le van a dar la Superintendencia de Salud, por ejemplo. Ya está del otro lado”, le dice al pasar. Blanco lo mira serio. “Es jodiendo”, añade.

Un sí camuflado al gobierno 

El momento serio llegó sobre las 11 AM. El equipo de prensa del partido les advierte a los camarógrafos y periodistas que Cepeda va hablar. “Dónde está Gerardo (Yepes) que se haga acá a mi lado”, pide Cepeda. “Que los demás vengan para la foto, que es decisión de bancada”, añade.

Al lado solo están cuatro congresistas más. Yepes, Wills, Ciro Rodriguez y Nicolás Echeverri. El resto, o ya se habían retirado a comisiones o salieron rápido antes de que Cepeda hablara.

Tampoco estuvo el representante Juan Manuel Cortés que, aunque fue elegido por la Liga Anticorrupción de Rodolfo Hernández, participó de la bancada como si fuera parte del partido.

Cepeda leyó una hoja donde están consignadas las 12 líneas azules que, dice, deben ser tenidas en cuenta para apoyar la reforma. Son los puntos que resumen las 133 proposiciones que acordaron presentar para condicionar su apoyo.

Entre esos puntos están que las EPS sobrevivan y mantengan la gestión de riesgos de salud y que puedan recibir hasta un 8 por ciento de la plata que gira el Estado por cada afiliado. También que se garantice la libre elección de los usuarios y que los fondos regionales no sean burocratizados. 

Cepeda acompañado de cuatro congresistas en la presentación de la decisión.

Las preguntas de los medios a Cepeda apuntaron a que respondiera si la decisión de bancada se trataba de una reculada del partido o un reversazo.

Cómo presentar el anuncio había sido uno de los puntos de la reunión. Porque un reversazo era justamente lo que no quería que se entendiera en la opinión pública. “Creo que el mensaje salió mal, la postura era no acompañarla. Al final solo se acompaña si se aprueba todo”, dijo un senador tras ver cómo la noticia se regó en los medios.

Pese a la insistencia por una respuesta que diera para titular, Cepeda capoteó. Dijo que solo si se tenían en cuenta esas proposiciones el partido iba a acompañar en bloque. Y dijo que la muestra de eso está en el voto. Pero también dejó entrever que la llamada de Prada asegurándole que el presidente Petro estaba en modo apertura al cambio, mantiene abiertas las puertas.

Al final, pese a que hubo una decisión unánime de condicionar el apoyo a que se reescriba la ponencia, entre algunos senadores quedó la sensación de que Cepeda no está tan convencido de cerrar la puerta. “Cuando una senadora preguntó que si independiente de la ponencia el partido iba a aplicar ley de Bancadas, Cepeda medio desvió el tema”, comentó un senador.

Para ese momento, las declaraciones de Cepeda en los medios estaban acompañadas por titulares como “El partido Conservador le da aire a la reforma”, “El partido Conservador se echa para atrás con la reforma”, por ejemplo.

A unos 300 metros de ahí, el partido de La U complementó la sincronía.

Con la senadora Norma Hurtado de su lado, la presidenta Dilian Francisca Toro, lideró la reunión de la bancada y dijo que la operación conjunta con los conservadores seguía. Que ya habían acordado radicar, entre los dos, las 133 proposiciones para meterle mano a los 155 artículos que tiene la ponencia inicial.

Allá, como pasó con el conservador Yepes, tampoco hubo reproches para el representante Camilo Ávila, quien también había firmado la ponencia a nombre de La U. De hecho, como lo hizo Cepeda, Toro también pidió que Ávila estuviera a su lado cuando saliera a dar el comunicado oficial.

“La U insistirá desde el legislativo para insertar los acuerdos a los que llegaron los partidos de la coalición con el Presidente Petro y que no fueron recogidos por la ministra de salud Carolina Corcho, en el proyecto de reforma a la salud radicado el pasado 31 de marzo”, dijo Toro.

Mantenerse juntos, conservadores y La U, va a ser clave en el proceso de negociación para salvar la reforma.

Para los partidos porque podrán presionar en bloque los cambios que están unificados en un mismo pliego de 12 puntos. Y para el gobierno, porque si los tiene de su lado, garantiza los votos para aprobar la reforma. 

Hoy la comisión Séptima no sesionó, sus integrantes estaban a la espera de las decisiones de sus partidos.

De los 21 representantes de la comisión Séptima, el gobierno tiene fijos cuatro del Pacto Histórico, uno del Verde, uno de Comunes y dos de las curules de paz. Para llegar a la cifra de 12 necesitaría los cuatro votos de La U y los conservadores. Así, no tendrían que esperar a los liberales que tienen su reunión esta noche en el apartamento de César Gaviria. 

Soy el periodista que cubre el Congreso. Estudié comunicación social y periodismo en la Universidad Surcolombiana. Antes hice parte de La Silla Sur. En 2020 gané el premio de periodismo Reynaldo Matiz y en 2021, 2022 y 2023 el premio Carlos Salamanca a mejor investigación. Escríbame al jortiz@lasillavacia.com

Soy el periodista que cubre las movidas de poder en el Caribe en La Silla Vacía. Estudié Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte. Gané el premio Simón Bolívar a la mejor noticia del 2023 y el premio de periodismo de Economía Creativa de la Deutsche Welle en 2017. También...