Petro endurece su posición frente a los grupos armados
El cambio de escenario se dio tras un hecho que el presidente calificó como “una bofetada a la paz”: una masacre en Putumayo en la que murieron cuatro menores de edad indígenas a manos del frente Carolina Ramírez, del EMC. Tras el hecho, ocurrido exactamente hace una semana, Petro anunció el lunes pasado que este grupo tenía 72 horas para que se movilizaran de los perímetros acordados para el cese en Caquetá, Meta, Guaviare y Putumayo.
“Si el cese al fuego bilateral no es efectivo en determinados territorios para proteger la vida y la integridad de toda la población, no tiene sentido persistir en ello”, se lee en el comunicado de la Presidencia en el que anunció su decisión unilateral del terminar el cese al fuego en cuatro departamentos con el EMC.
La decisión de Petro se produjo luego de un consejo de seguridad extraordinario tras el asesinato de los menores. Una fuente del gobierno con información sobre este proceso, que pidió no ser citada por no ser vocera, le dijo a La Silla que fue una medida que buscaba no ponerle fin al proceso de paz con esa disidencia, pero sí mandar “un mensaje fuerte a ellos, de que esas acciones no ayudan y que son repudiables”.
Esto hace parte de un cambio de tono de Petro, que desde hace dos semanas ha cuestionado fuertemente la voluntad de paz de los grupos armados con los que más había avanzado en una negociación: el ELN y el EMC de las Farc. Tanto, que el pasado 12 de mayo, ante los comandantes de mayor rango de las fuerzas militares, Petro puso en duda el carácter revolucionario de los elenos y los retó a avanzar en un cese al fuego bilateral “en serio”.
En el caso de las disidencias, una alta fuente militar le dijo a La Silla que ahora van a actuar como en el pasado cuando se rompió el cese al fuego con el Clan del Golfo. Es decir, aumentar el número de tropas para la protección territorial y luego pasar a una operación ofensiva, como Darién con la que el gobierno busca presionar al Clan del Golfo.
Según un programa radial del general Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares, la orden después de las 72 horas es estar en posición defensiva y “no permitir golpes de opinión al perpetrar ataques contra la población civil y mucho menos contra nuestras unidades militares”. También ordenó reactivar las operaciones ofensivas en Caquetá, Meta, Guaviare y Putumayo, pero aún no es claro el cómo ni hay una orden de atacar al frente Carolina Ramírez, responsable del asesinato de los menores.
Petro escucha otras voces dentro del gobierno
Según pudo confirmar La Silla por tres fuentes con información sobre el tejemaneje de la política de paz total, consultadas de manera independiente, el presidente Petro fue aconsejado por miembros de su gabinete y los militares para endurecer su postura frente a las disidencias a mando de “Mordisco” en específico.
Las tres fuentes coinciden que parte de ese cambio se dio a raíz de un informe que recibió Petro sobre el balance de los 100 días del cese al fuego presentado por el Ministerio de Defensa y las Fuerzas hace un mes. “En el ministerio de Defensa puedo dar fe de que el viceministro Lara ha prendido las alarmas”, le dijo una fuente asesora del gobierno y con información de la paz total. Otra fuente dijo que la presión al presidente también fue por parte del ministro Velásquez.
La diferencia de posturas entre el comisionado Rueda y el Ministerio de Defensa frente al EMC ha sido visible desde principios de año. “Por los hechos particularmente de estructuras que operan en el Occidente del país, parece que no existiera una unidad real y que estas estuvieran actuando por su cuenta sin acatar un mando central”, dijo Velásquez el 22 de febrero, ante patrullajes y combates en Cauca por parte del EMC. Mientras, que ese mismo día el comisionado explicó que había claras muestras de una unidad de mando en esa organización armada.
A eso se ha sumado en las últimas semanas una posición crítica por parte del comandante del Ejército, el general Luis Mauricio Ospina, sobre la voluntad de paz de estas disidencias. “El Estado Mayor Central no ha respetado el cese bilateral propuesto por el gobierno”, dijo en reciente entrevista con El Espectador.
Según pudo conocer La Silla, estas críticas se basan en informes de inteligencia que muestran que este grupo supuestamente habría incumplido 225 veces el cese, especialmente en Cauca, Meta, Nariño, Valle del Cauca (tres de esos departamentos aún siguen en cese). Dos fuentes cercanas al mecanismo de monitoreo entre el gobierno y la disidencia le dijeron a La Silla que estas acusaciones, y las propias hechas por el EMC en comunicados públicos, fueron tensando las reuniones del mecanismo entre las partes.
A esto se suma que una fuente diplomática, que pidió la reserva para hablar, le dijo a La Silla que el canciller Álvaro Leyva también le ha recomendado cambios al presidente en la paz total. Leyva se ha sumado, en privado, a las críticas sobre el manejo del comisionado de paz Danilo Rueda.
“Lo cierto que hay un cambio de narrativa, porque hay condiciones que no están mejorando y el tema de la paz total está haciendo agua en la opinión pública. Si hay un tema que mueve elecciones es el tema de seguridad”, le dijo a La Silla la fuente asesora del gobierno en temas de paz, que explico que el panorama de las elecciones regionales influencia el cambio de tono del presidente.
Y es que la paz total está perdiendo apoyo. Según la última encuesta Invamer de abril, el 59 por ciento de los colombianos piensa que la paz total va por mal camino, un aumento de 10 puntos porcentuales respecto a la misma encuesta Invamer de febrero de 2023.
“En lo político era muy difícil para Petro decir: ‘vayan y hablen en el mecanismo y ya’. Entonces políticamente Petro tiene que responder, tiene que endurecerse, pero en lo técnico esto debió discutirse en el mecanismo”, dice Kyle Johnson, experto en las disidencias de las Farc e investigador del conflicto. Para él, la decisión política del presidente de terminar unilateralmente el cese sin discutirlo en el mecanismo también refleja las tensiones y dificultades que ha tenido su funcionamiento.
Ese escenario —integrado por delegados de la disidencia, la Fuerza Pública, la Iglesia, el gobierno, la MAPP OEA y la misión de la ONU— no ha podido avanzar mucho en la verificación de los hechos denunciados.
Más allá de “Mordisco”, la decisión de Petro es una advertencia a los grupos que no se alineen realmente a la premisa de la paz total, que es parar la guerra para negociar la paz. Con el fin del cese al fuego con el Clan del Golfo tras el paro minero de Bajo Cauca y el fin parcial del cese con las disidencias tras la masacre de los menores en Putumayo, Petro deja claro que está dispuesto a cerrar las puertas que había abierto si no muestran voluntad de paz. Con los riesgos que esto también implica.