Petro se salta a los jefes godos y liberales y negocia con sus fichas en Senado

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En sus primeros diez días como presidente electo Gustavo Petro ha dejado la puerta abierta para armar mayorías en el Congreso con los partidos que han sido sus opositores. En los que tiene más cerca, el Liberal y al Conservador, no está negociando que se declaren de gobierno con las cabezas oficiales, César Gaviria y Ómar Yepes, sino con senadores que se le acercaron desde la campaña: los antioqueños Julián Bedoya y Carlos Trujillo.

La semana pasada Gaviria ofreció a Petro apoyarlo a cambio de participación en el gabinete, y castigó al sector que se alejó de él apoyó al presidente electo desde la campaña, sacándolo de la negociación con la coalición de Petro.

Pero ayer Petro y Alfonso Prada, que coordina su empalme en el Ministerio del Interior, se reunieron (sin fotos y sin publicaciones en redes) con el grupo de liberales que los apoyaron desde la campaña, encabezado por Julián Bedoya, jefe del grupo con la mayor votación en Cámara y con el único senador electo que se la jugó en campaña con Petro: Juan Diego Echavarría. La pelea con el liberal no es si apoyar o no al gobierno, sino si el interlocutor es el sector de Gaviria o el que estuvo con Petro.

Por el lado del Partido Conservador, Petro se reunió presencialmente con Trujillo, el segundo senador más votado de ese partido. En la reunión, según dos fuentes de la bancada que pidieron no ser citadas, Trujillo contactó a Petro con los congresistas que tienen voz en la dirección nacional conservadora. Y luego coordinó la carta que firmaron 39 congresistas conservadores, en la que declaran su “respaldo a la agenda legislativa que proponga el gobierno que inicia y que convenga a los colombianos”.

Esa carta motivó la renuncia a presidencia del partido del exsenador Ómar Yepes, que quería que el partido se fuera a la oposición o, mínimo, en independencia. En medio de la disputa goda, Petro le hizo otro guiño a Trujillo: nombró coordinador de su empalme en temas de justicia a un aliado del senador, el abogado Guillermo Reyes, quien fue asesor del plan de desarrollo de Trujillo como alcalde de Itagüí.

Con Cambio Radical y La U la negociación no va tan avanzada y por ahora solo se limita a la asignación de los puestos directivos del Congreso. Esa es una negociación que se hace cada cuatro años, antes de instalarse un congreso nuevo, y en ella participan todas las bancadas, sean de gobierno o no. Se hacen para definir quién va a cada comisión y quién las encabezará y presidirá la Cámara y el Senado a lo largo de todo el cuatrienio.

Si Petro logra que los partidos Liberal y Conservador se declaren de Gobierno tendría mayorías suficientes en Senado y Cámara, y no necesitaría a La U ni a Cambio, con las que negocia más lento y a través de sus cabezas (Dilian Francisca Toro y Germán Vargas), no de congresistas aliados desde la campaña.

Aún no está claro si el costo de esos apoyos sería programático (concertar las reformas para que se las aprueben) y/o burocrático (darle puestos a los partidos o congresistas para asegurar las mayorías legislativas).

Por ahora hay indicios en ambos sentidos.

El Partido Liberal, con Petro pero en guerra civil

El pulso entre el sector de César Gaviria, que no estuvo con Petro en campaña, y el de los congresistas liberales que se sumaron antes de la victoria en segunda vuelta sigue abierto.

El primero en dar un golpe en la mesa fue Gaviria, quien nombró a un equipo de emisarios para entenderse con Petro solo con congresistas cercanos a él, que apoyaron a Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández, y excluyó a los liberales que se le rebelaron.

Pero el sector cercano a Petro se movió para recuperar su protagonismo. En su reunión de ayer con Petro, en la que estuvieron 17 de los 37 congresistas electos, le pidieron ser sus interlocutores.

“Los que nos dimos la pela y tenemos la cercanía somos los que debemos tener la interlocución. Estamos pidiendo ser bancada de gobierno y que nos incluyan en los compromisarios”, dijo Juan Diego Echavarría, senador del grupo de Bedoya.

Según Echavarría, Alfonso Prada les dijo que tenían “todo el respaldo, toda la cercanía, y toda la legitimidad a los que queremos estar ahí”. Pero no se comprometió solo a apoyarlos, sino a mediar entre los dos bloques liberales para no partir la bancada, y mantener la posibilidad de tener el apoyo de todos los congresistas del partido.

Lo que está en juego no es solo quién habla con Petro o sus alfiles en el Congreso, sino qué sector liberal pondrá los presidentes de Cámara y Senado que, por el tamaño de sus bancadas, le corresponden al Partido Liberal en este cuatrenio.

También, de qué línea serían los ministros liberales que Petro incluiría en su gabinete.

“Si Petro define que quiere liberales en su gabinete, muy bien, pero que no sean adoptados. No vamos a respaldar como liberales a Alejandro Gaviria, a Luis Fernando Velasco o a Juan Fernando Cristo, sino alguien que represente la línea oficial del partido”, dijo el senador John Jairo Roldán, del sector de Gaviria. Eso a pesar de que la reunión de ayer da un guiño al sector petrista.

La rebelión conservadora los acerca a Petro

Mañana está citada una reunión de la dirección del Partido Conservador para definir quién asumirá la presidencia tras la renuncia de Ómar Yepes, quien se mantiene en la línea opositora a Petro.

“Este es un partido de derecha, con una doctrina que no coincide con las políticas de izquierda. Esto obliga al partido a colocarse en una posición de oposición o por lo menos de independencia”, dijo Yepes a La Silla.

Cuatro fuentes del partido que pidieron no ser citadas coinciden en que Carlos Trujillo, el senador que se reunió con Petro la semana pasada, está buscando reemplazar a Yepes.

Trujillo, que tiene su base política en Itagüí, tiene una alianza al menos desde 2019 con Julián Bedoya, cuyo grupo gobierna en el vecino municipio de Estrella: cada uno apoyó al candidato del otro en su respectivo fortín político y ambos son aliados del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien apoyó a Petro desde la campaña.

Aunque Trujillo no le hizo campaña directamente a Petro como sí lo hizo Bedoya, algunos de sus aliados le hicieron guiños. Por ejemplo, para la segunda vuelta el presidente del Concejo de Medellín, Lucas Cañas, publicó un video que mantiene fijado en su perfil de Twitter en el que anunció por qué no votar por Rodolfo Hernández.

Aunque Trujillo consiguió el respaldo de los congresistas conservadores para la carta, no es seguro que vayan a terminar en el gobierno.

“Hay una gran mayoría que apuesta por irnos en independencia, pero todo depende de cómo sea el acuerdo nacional al que está llamando Petro. Hay una decisión de la bancada de apoyar la agenda legislativa, creería que no habría mayor inconveniente”, dijo el representante conservador Ciro Rodríguez, miembro de la dirección nacional del partido.

Ese apoyo legislativo podría no ser irrestricto. El representante Armando Antonio Zabaraín, que firmó la carta impulsada por Trujillo, dijo que apoyarán la agenda pero que no todas las reformas saldrán tal cual las ha planteado el presidente electo.

“El nuevo gobierno no va a acabar las EPS porque se quiebra todo el sistema. Podrán realizar ajustes que permitan que el primer nivel de atención sea resolutivo. Lo contrario es regresar al sistema público que todos recordamos por ineficiente. Petro tiene personas que conocen muy bien el sistema de salud y que no lo dejarán hacer locuras”, dijo.

Es decir, más allá de la carta, de la cercanía de Trujillo y del guiño de Petro al designar a Reyes, la negociación sigue El rumbo que tomen los conservadores depende en gran medida de la dirección del partido que se defina mañana.

La U y Cambio Radical van en “independencia constructiva”

Los avances de Petro con La U y Cambio Radical son menos claros que con el Conservador y el Liberal; los ha hecho con las cabezas de ambos partidos, no con congresistas particulares que sean cercanos a él desde antes.

El fin de semana La U publicó un comunicado firmado por Dilian Francisca Toro, su presidenta, en el que anunció ser parte de la coalición para elegir los puestos directivos del Congreso, aclarando que la decisión sobre su relación con el gobierno la tomarán después, “una vez se cumplan los encuentros programados para tal fin”. Toro aclaró, sin embargo, que en ningún caso La U será partido de oposición.

La discusión en la bancada de Senado, según coincidieron tres fuentes de adentro, está con 3 senadores a favor de ser parte de la bancada de Gobierno (Berner Zambrano, quien lo apoyó desde la campaña, Jhon Moisés Besaile, y José Alfredo Gnecco) y unos 6 que van por la independencia.

Sin ser citados, algunos no descartan que los números cambien y la mayoría vote por apoyar a Petro. “Estoy dando una lucha interna para no apoyar todo lo que diga Petro. Pero no sé si los compañeros se mantengan así”, dijo una fuente de la bancada.

Con Cambio Radical el panorama está incluso menos avanzado. El representante Antonio Zabaraín dijo que aún no se han reunido como bancada para decidir qué camino tomar y que están esperando a que Germán Vargas Lleras, el jefe del partido, los convoque para contarles lo que habló con Petro esta semana.

Vargas se acercó a Petro en su columna del fin de semana, en la que dijo que varias de las propuestas de Petro (como la reforma a la salud y la reforma rural) coinciden con lo que él ha planteado. Sobre salud, dijo “no veo más que coincidencias sobre una futura reforma. Hay que mantener el sistema de aseguramiento, eliminar la tercerización del empleo, avanzar en prevención con el modelo del médico de familia y garantizar el pago oportuno a las clínicas”.

Pero planteó distancia con la reforma tributaria. Y dijo que su línea roja son “eventuales reformas a la Constitución”.

Con La U y con Cambio Radical las puertas están abiertas, con liberales y conservadores, Petro tiene además aliados firmes dentro de esas puertas. Por eso el nuevo presidente aún no concreta una aplanadora, pero entre reuniones con las cabezas de los partidos y la promoción de rebeliones internas en otros, se acerca a tenerla. Falta ver a cambio de qué.

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