Esas vigencias se han venido aprobando desde las alcaldías de Elsa Noguera, Char y Pumarejo. En la administración del alcalde actual, por ejemplo, se aprobó un acuerdo de vigencias futuras que compromete recursos por 354 mil millones de pesos, hasta el año 2046, para el proyecto de “generación y utilización de energías renovables y limpias”.
Un modelo insostenible
Ante el panorama fiscal de Barranquilla, en 2021 la calificadora de riesgo Fitch Ratings bajó la calificación nacional a largo plazo del Distrito de AAA a AA, con perspectiva estable, al identificar que “presenta un deterioro en su posición de liquidez y en el acceso y disponibilidad a líneas de crédito comprometidas”.
Aún en AA es una calificación que denota expectativas de muy bajo riesgo de incumplimiento. No obstante, las otras tres ciudades principales (Bogotá, Medellín y Cali) tienen una calificación de AAA, que es la más alta.
En un informe de la semana pasada, Fitch Ratings ratifica la calificación de Barranquilla e identifica dos aspectos en rango “más débil”: ingresos (solidez) y pasivos y liquidez (flexibilidad).
A su vez, el informe de viabilidad fiscal del Ministerio de Hacienda de 2021 advirtió que en Barranquilla “continúan evidenciándose riesgos en la liquidez de la entidad en especial frente a compromisos con recursos propios”.
“Lo anterior, genera incertidumbre, más aún considerando las inconsistencias de la información en la determinación de los excedentes y faltantes” dice el informe de MinHacienda. El informe se construyó con datos de 2021 y agrega que Barranquilla debería “adoptar mecanismos de control que minimicen cualquier impacto sobre las finanzas territoriales ante la presencia de déficit fiscal, considerando además el alto endeudamiento del sector central y de algunas de sus entidades descentralizadas”.
Otro informe de MinHacienda, de la viabilidad fiscal de la ciudad en 2022, afirma que: “El Distrito contabilizó un déficit fiscal parcial por $288.042 millones. Al tener en cuenta los recursos del balance y el endeudamiento neto, presentó un balance presupuestal también deficitario en $81.723 millones”.
Para el experto en economía de la Universidad del Norte, Jairo Parada, las cifras muestran que “cada vez más la capacidad de recaudo del Distrito está comprometida en endeudamiento y eso significa para el futuro menor capacidad para realizar inversiones con recursos propios”.
Y el investigador de la Universidad del Atlántico, Wilson Roca, dice que “Lo que se vislumbra es que el nuevo gobierno va a tener que sincerar las finanzas gubernamentales”.
Eso implicará un reto político nuevo para el próximo alcalde. Y si es Char, como indican varias encuestas ante su probable candidatura a una tercera alcaldía, tendrá un periodo en el que el modelo de grandes obras se estrellará a una tarjeta de crédito en rojo.