¿Ratificados o recompensados?
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¿Ratificados o recompensados?

El presidente Juan Manuel Santos ha dado un verdadero revolcón al gabinete, no sólo porque cambió a los titulares de la mayoría de las entidades que dependen del Ejecutivo sino porque además renovó el estilo de trabajo y el perfil de los nuevos funcionarios.
Sin embargo, hay tres nombres que se repiten de la administración de Álvaro Uribe y cuya ratificación sorprendió porque las tres entidades que manejan son verdaderos fortines políticos y su efectividad es directamente proporcional a la popularidad del presidente de turno. Además, porque las tres estuvieron asociadas a denuncias de participar abierta e indebidamente en política a favor de Santos.
Se trata de Diego Molano, director de la Agencia Presidencial para la Acción Social que tiene rango de Alto Consejero Presidencial; Darío Montoya, el director general del Sena; y Elvira Forero, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.
Las tres entidades manejan altísimos presupuestos y su actividad está dirigida a la atención de los ciudadanos más vulnerables, ya sean las personas de bajos estratos a quienes Acción Social les entrega un aporte mensual ó los jóvenes bachilleres que tienen como única oportunidad de capacitarse el Sena ó los niños abandonados y maltratados que son atendidos por el ICBF y su equipo de madres comunitarias. Además tienen oficinas y cargos para repartir en todo el territorio nacional.
Sobre la utilización de los recursos de Acción Social, el SENA y el ICBF para manifestaciones políticas a favor del candidato de la U, a través incluso de la presión a los beneficiarios, se anunciaron investigaciones, pero las elecciones terminaron, Juan Manuel Santos se posesiónó como Presidente y de los resultados no se conoció nada.
Al llegar, esas personas recibían un refrigerio y como paso a seguir tenían que firmar una planilla que acreditaba su presencia en la manifestación. Varios de los asistentes afirmaron que les habían cursado la invitación y les habían advertido que debían ir. A unos, principalmente a las mujeres líderes de los barrios más pobres de Bucaramanga, les dijeron que se trataba de una reunión del Programa y que debían asistir obligatoriamente y además a cada una le entregaron tres invitaciones para que repartieran entre las beneficiarias de su sector. A muchos de los beneficiarios les dijeron que si no asistían perderían el subsidio que mensualmente reciben del Estado. Cuando esta denuncia se conoció, Diego Molano respondió que ningún funcionario de Acción Social podía utilizar el nombre del Programa para hacer política. Pero esto no sirvió de mucho y pocas semanas después en Soacha, para la celebración del Día de la Madre, las mujeres beneficiarias de los barrios más pobres de esa localidad fueron citadas al parque principal. Hasta allí llegó Clemencia de Santos, la esposa del Presidente quien hizo una manifestación. Las mujeres allí presentes aseguraron que habían sido citadas para una celebración especial para el día de la madre, pero que no sabían que también habría políticos. Sobre esto, el director de la agencia presidencial Acción Social, repitió que nadie estaba autorizado para utilizar el nombre de Familias en Acción con fines políticos y que él mismo había entregado diez denuncias a la Unidad de Reacción Inmediata para la Transparencia Electoral, Uriel, para que se investigara quién estaba detrás de esto. |
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Una carta que envió el director del Sena, Darío Montoya, a todos los funcionarios del SENA fue la primera denuncia que se conoció sobre la supuesta incidencia que desde esa entidad se estaría haciendo a favor del candidato Juan Manuel Santos. En la carta, Montoya hace una recia defensa de los parafiscales y explica la generación de cupos que se ha logrado a través del dinero recaudado a través de estos y que permite ampliar la cobertura de la entidad. Esta carta llegó al correo de los empleados del SENA precisamente cuando el candidato opositor de Santos, Antanas Mockus, propuso reducir los parafiscales. Adicionalmente, después se conoció que a los aprendices del Sena les repartieron cartas donde les contaban todas las bondades del Gobierno para con ellos, y de cómo debían acompañar a Santos en su aspiración para que esas ventajas no se perdieran. Lo que replicaban era una frase del ex presidente Uribe donde decía que ojalá el nuevo presidente continuará con todas las cosas buenas del SENA. El último capítulo lo protagonizó la propia hija de Montoya, Laura, quien escribió una carta contra Juan Manuel Santos, después de que se viera obligada a renunciar a su trabajo en la campaña de Noemí Sanín. Días antes, la candidata aprovechó un debate televisado para acusar a Santos de ofrecer puestos para ganar adeptos y mencionó que durante una comida el candidato del Partido de la U había ofrecido a Montoya ocupar el Ministerio de Defensa. |
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Algunas de ellas aseguraron que fueron citadas en horario laboral y por ello contaban con la autorización de sus supervisoras. Además, les habían asegurado que durante el evento se iba a rifar una casa. Sin embargo, el evento era en realidad el cierre de campaña de Juan Manuel Santos. Cuando llegaron al evento se les entregaban camisetas, manillas y refrigerios. Las denuncias que surgieron del Sindicato de la institución aseguraban además que en el evento también participaban varios funcionarios de la institución que tienen prohibido participar en cualquier evento o manifestación política, una prohibición expresa que también tienen las madres comunitarias. La respuesta de la directora del ICBF, Elvira Forero, fue que nunca se enteró del evento y que la institución no tenía ninguna relación con éste, además que de ninguna manera desde el ICBF se incentivó la participación de las madres comunitarias en eventos políticos. |