“Los medios de comunicación son como un revólver, que cuando uno lo necesita, lo saca y dispara”, la frase es de Julio Mario Santodomingo, y ayuda a entender por qué los millonarios invierten en negocios tan inciertos como el de la prensa escrita.

A juzgar por el cubrimiento que ha hecho la revista Semana sobre el negocio del año —la oferta de la familia de su dueño, Gabriel Gilinski, para comprar acciones que le permitan tener puesto en la junta y control sobre Sura y Nutresa— la revista es la metralleta de los Gilinski.

Si bien la negociación es financiera (hay más de 15 billones de pesos en juego) también es de narrativas. Por un lado, los Gilinski, intentan convencer a los accionistas minoritarios de Sura y Nutresa de que tiene más sentido vender la acción ya y ganar una plata adicional, que mantener el estatus quo.

Por el otro, las empresas del Grupo Empresarial Antioqueño (Sura*, Argos y Nutresa) convenciéndolos de que en el largo plazo podrían ganar más si se mantiene la estructura actual de las compañías y apelando a la importancia de que los dueños de las empresas sigan siendo de la región, por su estilo de hacer negocios.

Ambos tienen peso, pero solo uno tiene eco en el cubrimiento de Semana.

Después de revisar 70 artículos publicados por Semana.com en las últimas seis semanas el sesgo que resalta los argumentos de los dueños del medio frente a los de su contraparte salta a la vista.

Fuentes de adentro de la redacción le contaron a La Silla que, en efecto, algunos artículos tienen como origen información que el dueño de Semana, Gabriel Gilinski, ha entregado a periodistas. Nos dijeron que en ningún caso ha habido una prohibición o una restricción explícita de a publicar un artículo favorable a las empresas del GEA.

Algunos reportajes como este describen el negocio y sus implicaciones para la economía, sin juicios de valor. Pero la mayoría resalta las virtudes de la OPA y contrargumentos a las razones de Argos y Sura para no vender.

Al final de los textos de la página web el medio escribe una advertencia que dice que Gabriel Gilinski es accionista del medio, cuando en términos prácticos es el dueño.

“La opinión pública se nutre de puntos de vista distintos, que ofrecen los medios, y aquí lo que vemos es un interés particular, financiero específicamente, poniendo a su servicio uno de los principales medios del país”, dijo a La Silla el analista de medios Mario Morales, profesor de la Universidad Javeriana.

Estas son las cinco narrativas que ha impulsado el cubrimiento Semana:

1. La oferta de Gilinski es un gran negocio para los accionistas 

Desde el inicio de la OPA, el cubrimiento de Semana ha destacado que el valor ofrecido por los Gilinski por cada acción de Nutresa es significativamente superior al de su cotización en bolsa.

Con un valor entre 40 y 38 por ciento de su estimación en bolsa. La información es cierta, pero deja de lado el matiz de que cuando un inversionista compra un número de acciones suficientes para controlar la empresa, como quieren hacer los Gilinski, suele pagar una prima adicional.

La revista también ha puesto la lupa en cómo la acción en la Bolsa de Valores de Colombia se ha cotizado al alza. En este artículo la revista concluye  sin citar ninguna fuente particular: “Algunos analistas empiezan a hablar de la oferta OPA por Nutresa como una situación positiva que genera movimiento en la Bolsa de Valores de Colombia, como se ha visto en la jornada de este jueves.”

A través de los confidenciales, y en notas pequeñas llamadas cápsulas, el medio también se ha concentrado en resaltar cada vez que la oferta en pesos de los Gilinski aumenta, por el alza del dólar. Esto porque la oferta por acción de nutresa es 7,71 dólares, que se pagarán a la tasa de cambio del momento en el que se cierre el negocio, es decir que cada vez que el dólar sube, la oferta en pesos también lo hace.

En un confidencial Semana comparó la valoración de Nutresa, medida con valor de 7,71 dólares por acción puesto por los Gilinski, con una tributaria. La nota incluye signos de admiración en el título.

2. Los del GEA son los villanos

El otro foco del cubrimiento ha sido hacer denuncias en contra de las empresas del GEA y criticar abiertamente sus posiciones públicas.

Uno de los titulares más contundentes fue una cita del analista Andrés Moreno, en la que dijo que las preocupaciones de Argos sobre la oferta para comprar acciones de Sura, manifestadas en este comunicado, eran “puro berrinche”. El artículo se basa exclusivamente en los trinos del analista.

Contra Argos, el medio también publicó una nota en la que recuerda el proceso judicial en que la filial de la compañía en Estados Unidos se declara culpable de haber coludido para alterar los precios de sus productos. La nota, que está en la parte informativa del medio incluye un comentario editorial.

Dice: “Argos y sus directivos, quienes todo el tiempo hablan de ética, firmaron por medio de su filial un acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos, en el que aceptaron que incurrieron en prácticas violatorias de las políticas anti monopolio de ese país”.

Cuando Argos rechazó la oferta de Gilinski por sus acciones en Nutresa y anunció que buscaría socios estratégicos internacionales el medio también publicó una nota con su visión particular: “Analistas del mercado consultados por Semana creen que esta medida obedece más a una táctica dilatoria, ya que las autoridades regulatorias aprueban o desaprueban de acuerdo con lo establecido en la ley”, dice.

La revista también publicó noticias que contrarrestaban dos argumentos de las empresas del GEA para no vender. Cuando, en un comunicado, Sura dijo que la empresa era un patrimonio de los colombianos y latinoamericanos en este artículo Semana informó lo siguiente:

“Semana buscó en los registros públicos y, efectivamente, el Grupo Sura tiene accionistas reales. Miles de accionistas minoritarios, fondos de pensiones e inversionistas internacionales que han visto su valor destruido en más de un 76 % en dólares durante los últimos 10 años, previo a la solicitud de la OPA por Nutresa, el pasado 10 de noviembre. Al parecer, ahora Sura resultó ser un “patrimonio” de los peruanos, chilenos, ecuatorianos, bolivianos, venezolanos y centroamericanos, entre otros”.

Y ante el argumento de Argos y Sura de que uno de los puntos claves para evaluar la oferta era que querían preservar las políticas de inversión social y ambiental de las empresas, Semana publicó un artículo en el cuenta que la inversión ambiental en dólares de Nutresa ha caído 44 por ciento entre 2018 y 2020. En el artículo no hace ninguna mención a la devaluación del peso que tiene un efecto clave en la caída de esa cifra. Entre enero de 2018 y la fecha en la que se publicó la nota el peso se había devaluado 34 % frente al dólar.

A últimos días de que se cerrara la OPA, la revista también publicó una denuncia en contra de Protección. El título: “Protección, fondo de pensiones del GEA, parece obstaculizar la OPA de Nutresa”. La nota cuenta que el fondo le dijo a sus afiliados que tenían hasta el 7 de diciembre para decidir si aceptan o no la oferta de los Gilinski, cuando el plazo máximo era hasta el 17 de diciembre.

Aunque Protección sacó este comunicado diciendo que la restricción era solo para los clientes de uno de sus portafolios, este matiz no fue publicado en la revista. Otros medios si lo retomaron.

En la última semana, tras la negativa de Argos a vender sus acciones, el cubrimiento de Semana se ha centrado en destacar la caída de las acciones de las compañías en bolsa. El martes 7 de diciembre, al día siguiente del comunicado de Argos, Semana publicó dos artículos titulados: “El mercado castiga al Grupo Argos: hoy su acción se desplomó 7,89%” y “Sigue cayendo acción de Grupo Argos tras decisiones de su junta directiva”.

3. Los argumentos de Gilinski no tienen contrapeso

Semana también ha lanzado información con “fuentes conocedoras” anunciando intenciones de los Gilinski frente a la oferta. Como acá cuando la revista informó que la familia se podría conformar con menos participación de Nutresa de la que inicialmente habían pedido.

“Según fuentes conocedoras, la estrategia del Grupo Gilinski sigue inalterada. Ellos no esperaban que los grupos Argos y Sura vendieran sus participaciones. De hecho, existe el argumento de que los directivos de esas empresas terminan perjudicando a sus accionistas minoritarios”, dice la nota.

Semana, también fue uno de los pocos medios que promocionó el portal de internet creado por los Gilinski para dar información de su oferta a los accionistas minoritarios. 

El portal además reprodujo en varios artículos las entrevistas que dio Jaime Gilinski a medios como Bloomberg, La República, Blu Radio, y también su columnista María Isabel Rueda le hizo una entrevista a Gilinski. Sin hacer mayores cuestionamientos a las afirmaciones dadas por el magnate.

Lo que contrasta con cómo cubrió la entrevista que dio el presidente del Grupo Argos, Jorge Mario Velásquez a El Tiempo.

4. Al defenderse, el GEA está cometiendo irregularidades

El presidente del grupo Argos, Jorge Mario Velásquez, explicó en varias entrevistas las razones por las que el grupo decidió no vender sus acciones en Nutresa. Semana recogió una de ellas, la que entregó a El Tiempo, para lanzar un cuestionamiento sobre un dato revelado por el ejecutivo.

El empresario dijo: “Si uno estima el valor en múltiplos de la generación de Ebitda actual, un activo único en Estados Unidos como lo es el cementero, esa inversión puede estar rondando los 15 billones de pesos”.

En este artículo, la revista dice que esta afirmación podría violar las normas de la autoridad financiera de los Estados Unidos, sin explicar específicamente a qué normas se refiere.

Dice Semana: “Haría bien el presidente del Grupo Argos en asesorarse con sus abogados, ya que las leyes en ese país son muy estrictas con respecto a lo que se puede o no decir públicamente antes de una posible emisión de acciones en el NYSE, dado que la junta de la compañía está explorando listar la acción de su filial estadounidense en ese país”. Y exalta la prudencia del presidente de Cementos Argos (filial del Grupo Argos), Juan Esteban Calle, que en otra entrevista se abstuvo de dar una cifra.

En la entrevista de El Tiempo, el presidente del Grupo Argos también se refiere al caso de colusión por el que la compañía se declaró culpable en Estados Unidos. Velásquez dijo que la filial de Argos involucrada en el caso fue adquirida por el Grupo en 2011 y que cuando llegaron pusieron la denuncia al Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

Días después Semana publicó el acuerdo al que llegó Argos con la Justicia Americana que contradice esa afirmación porque dice que la colusión se llevó a cabo entre 2010 y julio de 2016.

El medio va más allá y dice: “El presidente Velásquez pudo haber incurrido en una violación del DPA (el acuerdo hecho con el Departamento de Justicia)”, porque dicho documento dice que la compañía no podrá “hacer cualquier pronunciamiento público contradiciendo la aceptación de responsabilidad de la compañía cómo (SIC) está descrito en los hechos presentados”.

No obstante en el documento no está claro cuándo fue que Argos puso la denuncia, por lo tanto el pronunciamiento de Velásquez no iría en contra de lo allí escrito.

La nota tampoco aclara que el documento que revela le da la razón a Velásquez en otro punto, al decir que “la conducta ilegal se limitó a un pequeño número de empleados que se unieron a la compañía (Argos) a través de una adquisición de otra empresa en octubre de 2011, después de que la conspiración iniciara”.

5.  Los argumentos contrarios a los Gilinski no existen

Las posiciones que van en contra de los argumentos de los Gilinski para convencer a los accionistas minoritarios no han tenido espacio en la publicación.

El caso más reciente es un artículo donde la revista retoma un análisis de Reuters titulado: “El conglomerado colombiano GEA puede estar acorralado por el hostil Gilinski” (Colombian conglomerate GEA could be cornered by hostile Gilinski, es el título original).

El título de Semana convierte el “puede estar” de Reuters en “está”: “Según Reuters, el Grupo Gilinski está acorralando al GEA”. Y el artículo destaca las partes del análisis de Reuters como cuando dice que el grupo antioqueño “tiene opciones limitadas y poco tiempo para luchar”.

No hace ninguna referencia a la parte del artículo en la que dice que el valor de la oferta de los Gilinski puede estar por debajo de lo que debería. Por ejemplo, Reuters cita al analista independiente David Escobar quien dice: “Gilinski no está pagando un “premium de control”, (el precio ofrecido) es casi el valor de la acción y en estas operaciones de compra hostiles normalmente los precios son mayores”.

De hecho, en otros artículos como este Semana ha exaltado el precio de la acción frente a la valoración de otras empresas del mercado en América Latina como Bimbo y Alicorp. Por ejemplo, publicó una nota sobre el un informe de BTG Pactual, en la que se refiere a que con la oferta de Gilinski la valoración de Nutresa quedaría hasta 36 por ciento por arriba de la de sus pares.

Sin embargo, ignora completamente otros informes, como el de ScotiaBank Colpatria en el que dice que compañías como Bimbo y Alicorp no aceptarían una oferta tan baja como la que hacen los Gilinski por Nutresa.

*Advertencia: El Grupo Sura financia el podcast El Futuro del Futuro de La Silla Vacía y Bancolombia financia la Sala de Redacción Ciudadana, la Red Cachaca de La Silla Llena y las hackatones de La Silla Vacía. En total sus aportes representan el 3,3 por ciento de todos los ingresos de La Silla Vacía.

Fui periodista de temas económicos de La Silla Vacía. Estudié periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana. Fui corresponsal de El Tiempo en Bucaramanga y cubro temas económicos desde 2010, primero en Vanguardia Liberal (Santander), y después en el diario Portafolio, donde también fui coordinadora...