En el 2020 Eduardo Cifuentes fue elegido presidente de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), una posición que se rota entre los 20 magistrados del Tribunal cada dos años. En ese entonces tenía el desafío de que la justicia transicional le mostrará al país resultados. Esto en medio de un contexto político adverso enmarcado en el segundo año del presidente Iván Duque, crítico de la jurisdicción.
Cifuentes, un exmagistrado de la Corte Constitucional de 68 años, terminará su periodo como presidente de la JEP la próxima semana y le entregará a su sucesor, Roberto Vidal, una jurisdicción que abrió cuatro nuevos macrocasos. Durante este tiempo también se hizo la imputaciones a 64 máximos responsables, incluidos los siete miembros del último secretariado de las Farc.
Y, la semana pasada, la JEP publicó la primera resolución de conclusiones, en la que se plantean las primeras sanciones alternativas para militares que cometieron “falsos positivos”. Sin embargo, como señala en esta entrevista con La Silla Vacía, el Gobierno está en mora de crear un “sistema restaurativo”, un banco de proyectos para las víctimas, en los cuales poner a trabajar a los responsables de crímenes de lesa humanidad que sean declarados culpables.