El café que se tomaron César Gaviria y Gustavo Petro ayer terminó con la conclusión que ya había anticipado el expresidente liberal en varias entrevistas: después de la consulta volverán a hablar. De esa manera, Gaviria valoriza una vez más su apoyo en esta campaña presidencial en la que muchos lo habían dado por muerto y se posiciona para jugar un rol determinante en la elección del sucesor de Iván Duque.
Tras reunión con Petro, Gaviria se cotiza con miras a primera vuelta

César Gaviria y Gustavo Petro acordaron una nueva reunión después del 13 de marzo.
En sendas entrevistas, Gaviria ha dejado claro cuál es su estrategia:
- Para las consultas presidenciales de marzo, no jugar oficialmente en ninguna de las consultas y dejar a los congresistas en libertad de apoyar al que quieran.
- ‘Autoservirse’ un menú diverso de candidaturas: se reunió con Petro, con Alejandro Gaviria y ha mantenido diálogos con el círculo de Alejandro Char.
- Definir que esta vez el Partido Liberal no le apostará al continuismo ni al uribismo.
- Y, lo más importante, aclarar que no se limitará a apoyar a un candidato sino que liderará una coalición alrededor del candidato que escoja.
Con esas reglas de juego, Gaviria esperará al 13 de marzo para saber el verdadero caudal de votos y curules del Partido Liberal en el Congreso y los candidatos que triunfan en cada una de las coaliciones.
Como ya se sabe, si Sergio Fajardo gana la consulta del centro, César Gaviria no tendrá ningún dilema puesto que no hay ningún político liberal que quiera estar con el exgobernador paisa. En cambio, si gana Alejandro Gaviria su posición sería otra.
¿Por qué es tan importante el apoyo de Gaviria? Por tres razones:
- Por el fraccionamiento político de esta elección: A diferencia de las elecciones pasadas, en las que el uribismo era una fuerza muy poderosa, en esta campaña cualquiera de los candidatos puede pasar a la segunda vuelta asegurándose el 30 por ciento de los votos o menos. Con una votación tan pequeña, todo apoyo cuenta, y más si se trata del de un partido con una “capilaridad” como la del liberal: es el único partido que tiene presencia y votos en todos los municipios de Colombia. Hace cuatro años, sacó 2.4 millones de votos a la Cámara de Representantes.
- No tienen el desánimo de hace cuatro años: A diferencia de hace cuatro años cuando el candidato liberal, Humberto de la Calle, se rehusó a hacer campaña de la mano de los parlamentarios liberales, en esta campaña el candidato que Gaviria apoye se pondrá la camiseta roja y esto animará más la maquinaria del partido. Eso lo ha dejado claro Gustavo Petro, que cada vez que puede invoca el liberalismo. También Alejandro Gaviria, que ha estado dispuesto a darse la pela con su coalición afirmando explícitamente que trabajará de la mano con políticos tradicionales.
- Por el sello rojo: todos los partidos, por más decadentes que parezcan, significan algo. Para Petro, como dijo Héctor Riveros en su columna en La Silla “el apoyo de un Partido que se llama liberal resulta definitivo dado que el principal temor de sus opositores es, precisamente, ese, que no sea liberal: que no respete las reglas del capitalismo y la propiedad privada, que no respete las reglas del Estado de derecho, la división de poderes y etc, e incluso que amenace algunas libertades como la libertad de prensa u otras”.
Si Gaviria termina ganando la consulta del centro, el apoyo de César Gaviria le ayudaría a armar una coalición más grande, sumando a otras fuerzas de centro derecha, para derrotar a Petro en segunda.
El poder de Gaviria sobre su partido
Después de la debacle de los excandidatos liberales Humberto de la Calle en 2018 y Rafael Pardo en 2010 —que apenas superaron el millón de votos en las dos últimas elecciones— muchos ponen en duda el verdadero poder de mover votos de César Gaviria, máxime cuando después del 13 de marzo pierde la zanahoria de los avales.
Sin embargo, el poder de Gaviria en su partido sigue siendo muy grande como lo demuestra que quienes lo han tratado de sacar de la dirección del Partido Liberal, salieron derrotados o ya no están en el partido.
En la convención virtual de 2020, el ex presidente salió reelegido con más del 97 por ciento de los votos, y consiguió permanecer en el cargo en el que él o su hijo han mandado durante los últimos 15 años.
Las voces disidentes de senadores como Luis Fernando Velasco o Guillermo García Realpe van de salida del partido porque no buscaron relegirse y se fueron al petrismo. Ellos perdieron el pulso contra Gaviria, como ya les había pasado antes a Juan Manuel Galán o a Juan Fernando Cristo en 2018, quienes renunciaron señalando al partido de estar en manos de los cacicazgos de siempre.
Las dirigencias rojas respaldan a Gaviria porque creen que sigue siendo un factor de cohesión, independientemente de la coyuntura política que atraviese el país; y porque mantiene un perfil de ‘sabio de la tribu’: fue el Presidente que durante su mandato convocó la Constituyente que derivó en una nueva Carta más liberal; fue secretario de la OEA, defensor del proceso de paz, entre otros.
Y por ende, tiene la capacidad de liderar una negociación política que lleve al liberalismo al poder. Como pasó en 2018, cuando ante el fracaso de Humberto de la Calle, terminó llevando al partido a la campaña de Iván Duque.
Su poder también se sintió cuando se peleó con Alejandro Gaviria en noviembre. Hasta antes de la pelea, varios congresistas consultados por La Silla estaban activos en la recolección de firmas para el exrector de Los Andes a pesar de que él no quería tomarse la foto con ellos. Unos alcanzaron a hacerle reuniones. Pero cuando se supo que César le colgó el teléfono a Alejandro por haber aceptado reunirse con la Coalición de la Esperanza, la mayoría pararon en seco.
Esa situación ha cambiado desde que a César le pasó la rabia con Alejandro. “Él ha dicho que no se va a oponer a que le ayuden a Alejandro, que es un tema ya de cada quien”, le dijo a La Silla el representante Harry González.
Como lo mostramos en esta historia de los 49 congresistas liberales, al menos 26 ya están jugados con alguna campaña presidencial de frente o están cerca de hacerlo. La mayoría, 11, son afines a Alejandro Gaviria en su apuesta por ganar la Coalición Centro Esperanza; 8 están con Gustavo Petro en la consulta del Pacto Histórico; 2 con Alex Char y 1 con Federico Gutiérrez, quienes van por la consulta del Equipo por Colombia. Y, por la candidatura de Rodolfo Hernández, que no se va a medir en las consultas, hay 4 congresistas.
Los congresistas liberales han llegado a ese nivel de dispersión por la decisión de César Gaviria de no darle el aval presidencial a tres liberales de carrera que lo querían: el senador Luis Fernando Velasco, el exgobernador Eduardo Verano de la Rosa, y el exalcalde de Medellín, Luís Pérez. Bien sea porque no los vio viables o porque prefirió reservarse para la primera vuelta y cotizarse.
Dependiendo de quién gane la consulta del centro, Petro podría crecer más entre los liberales con credenciales porque hay congresistas que aunque ahora están con Alejandro Gaviria, en caso de que el exministro de Salud no gane la consulta, ven con buenos ojos llegar a las toldas del exalcalde de Bogotá.
Todo dependerá de los resultados de marzo. En ese momento, el dedo de César Gaviria podría inclinar la balanza para la primera vuelta.
Publicaciones

Análisis económico de los procedimientos de selección de contratistas del Estado

El hundimiento de la lista cerrada y bloqueada en las propuestas de reforma política en Colombia. Aspiraciones vs. prácticas políticas
.jpg)