Una de oro
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La histórica participación de la delegación colombiana en Londres 2012 es un buen ejemplo de construcción de una política pública exitosa. Tiene todos los componentes de fijación de metas de largo plazo, de continuidad de los procesos, de liderazgos claramente identificados, de creación de las capacidades y de buena administración que ya quisiéramos en otros sectores.
Lo paradójico es que la mayoría de los medios de comunicación prefirieron el camino corto de decir que se trataba de golpes de suerte y que éste debía ser el punto de partida de un proceso ahora sí planificado. Repitieron las crónicas llenas de lugares comunes de deportistas hechos con las uñas y héroes surgidos a pesar de la pobreza. Políticos oportunistas se apresuraron a proponer la creación de un Ministerio.
La verdad es que las medallas de Londres son el resultado de un proceso cuidadosamente planificado, en el que se construyó una alianza público privada (Comité Olímpico – Coldeportes) que acudió a los más altos estándares de preparación y les ofreció a los deportistas la posibilidad de contar con la mejor tecnología y entrenadores de calidad.
Coldeportes invirtió en el ciclo olímpico, desde Beijin 2008 hasta Londres 2012, la no despreciable suma de 50.000 millones de pesos. Los premios que se le ofrecen a los deportistas por obtener una medalla son superiores a los que reciben los deportistas de los Estados Unidos, para citar un ejemplo. La mayoría de los medallistas estuvieron meses en el extranjero preparándose, a costa de presupuestos públicos y de patrocinios privados, no de los patrimonios familiares. En los últimos meses el Gobierno invirtió más de 10.000 millones de pesos en la preparación que se convirtió en el resultado que todos celebramos.
En el 2002 se creó una especie de sobretasa al IVA que se paga por la telefonía celular, destinado en un 75% al deporte, ese tributo genera unos 80 mil millones de pesos al año y en los últimos años a ello se le agregaron partidas adicionales del Presupuesto Nacional que llevaron los dineros que administra Coldeportes a los 300 mil millones de pesos, casi 3 veces lo que tenía hace solo 4 años.
El aumento de los recursos para el sector permitió no solo afrontar un proceso de preparación que reconocen todos los deportistas que obtuvieron medallas en Londres, sino que permitió la construcción de infraestructura deportiva para realizar Juegos Nacionales, Suramericanos y Centroamericanos.
Se hicieron una modificaciones institucionales que no son tan importantes a la hora de evaluar el resultado, pero que ayudan. La rectoría de la política pasó de estar en cabeza del Ministerio de educación al Ministerio de Cultura, desde donde se le dio un importante impulso a la política pública de promoción del deporte de alta competencia.
Recientemente Coldeportes dejó de ser un establecimiento público para convertirse en un Departamento Administrativo, lo que le da algo más de representatividad política. Es invitado al Consejo de Ministros, todo lo cual permite que sus prioridades formen parte de las del Gobierno Nacional.
En Antioquia, en el Valle, en Bolívar, en algunos otros Departamentos, las modificaciones introducidas a nivel nacional han tenido correspondencia en las instituciones locales, en otras el fortalecimiento de este nivel de la organización es todavía una tarea pendiente. En Bogotá el proceso iba bien hasta hace seis años, después se dañó como casi todo.
En el nivel territorial ha habido debates sobre el monto que se dirige al deporte desde el Sistema General de Participaciones. Los Ministerios de Hacienda han tratado de recortar los porcentajes que los municipios pueden invertir a través de sus institutos del deporte.
El testimonio de los padres de Mariana Pajón indica que desde hace al menos tres años la totalidad de los recursos necesarios para su preparación han sido cubiertos por el Estado. Esa preparación incluyó fases en los Estados Unidos y concluyó en Francia. Yuri Alvear, en igual condición, estuvo la mayor parte del primer semestre de este año en el Japón.
En otras disciplinas como el atletismo, los deportistas, además de recibir el apoyo estatal se preparan en Puerto Rico.
El Presidente Santos hizo lo que debería hacer en otros sectores, que es designar a la persona correcta en la cabeza. Andrés Botero, el director del Coldeportes, no es un político fracasado que recibe como premio de consolación la dirección del Instituto, es un dirigente deportivo reconocido a nivel mundial, por ello lo vimos con frecuencia entregando medallas a los deportistas triunfadores. Lo hacía en condición de Vicepresidente del COI y no de lagarto internacional.
Aquí hay un buen ejemplo de una política pública exitosa, en la que han participado muchos en los últimos diez años. Ninguno de los medallistas ganó por un golpe de suerte, salvo Oscar Muñoz, todos los demás responden a largos procesos, que además todos anunciaron que continuarían hacia Río 2016. Sería bueno replicar esta lección aprendida en sectores como ciencia y tecnología, para citar solo uno de los múltiples ejemplos que se podrían traer.
Claro que en el análisis habría espacio para los lugares comunes: que se puede hacer más, que casi no tenemos escuelas, que vean las penas por las que pasan los deportistas de tal o cual liga, que en tal Federación ha habido malos manejos. Todo eso es cierto como casi siempre ocurre con los lugares comunes.
También habría lugar para el otro camino fácil, el de adjudicar todo a los deportistas, que qué berracos!, que llegaron allá a pesar de los funcionarios públicos y de los dirigentes, etc.
Ni los lugares comunes suman, ni el camino fácil es el que lleva al éxito, para la muestra los deportistas que ganaron medallas en los olímpicos: ¡que berracos!