El aval que causó la ruptura entre Lozano y Goebertus
A mediados de diciembre, pocas horas antes de que se venciera el plazo para inscribir candidaturas, Olga Lucía Velásquez, recibió el aval del partido Verde para lanzarse a la Cámara. La senadora Angelica Lozano, su fórmula al Senado, fue fundamental para lograrlo.
En los comités de avales y entrevistas que se hicieron el año pasado había habido mucha resistencia. En especial del senador Antonio Sanguino, Goebertus y Angélica Marín, Inti Asprilla y Wilmer Leal. También se oponían (aunque no tenían voto) Katherine Miranda y Mauricio Toro.
Entre las razones para rechazarla estaban que había sido secretaria de Gobierno, un cargo político y de confianza, del condenado por corrupción Samuel Moreno. Otra razón es que en 2020 le abrieron una indagación preliminar por haber participado presuntamente en el carrusel de la contratación de la Universidad Distrital. Que movió todos los hilos para ser nombrada Superintendente de Vigilancia en el Gobierno de Iván Duque, cargo que se le escapó de las manos a último momento porque se cruzó la exministra Alicia Arango.
A Velásquez también se le critica que le hizo campaña al contralor Pipe Córdoba, quien repartió puestos a sus amigos, es cercano a César Gaviria, a los partidos tradicionales, y a quien Sergio Fajardo acusa de montar una persecución política en su contra. También hizo política tradicional en el pasado regalando electrodomésticos.
Aún así, según contaron dos personas dentro del comité, Lozano defendió a Velásquez a capa y espada.
“Angélica dijo que (Velásquez) era una mujer de resultados y que contra ella había clasismo de los graduados de Harvard porque no se decía lo mismo de personas como Clara López, Juan Ricardo Ortega o Cristina Arango, también exfuncionarios de Moreno”, dijo una persona que estuvo en el comité.
Velásquez empezó su vida en Bogotá vendiendo cosméticos mientras estudiaba de noche Ingeniería Industrial. “Angélica piensa que la juzgan por no venir de una familia de ricos, pero es por su forma de hacer política”, dijo la fuente que pidió reserva para hablar con libertad.
El día de la votación de avales, el 12 de diciembre, a Velásquez se lo negaron. Para ese momento la senadora Lozano no votó pues había renunciado al partido el día anterior porque se incumplieron los acuerdos de ir al Congreso en lista conjunta con la Coalición de la Esperanza.
Carlos Ramón González, presidente del partido, y quien estaba intentando que la senadora Lozano reconsiderara su decisión, les dijo a los que votaron en contra de Velásquez: “pilas, ustedes saben que esa es la candidata de Angélica y se puede enredar la negociación para que vuelva al partido”, según recuerda la fuente que lo escuchó de primera mano. Otras dos personas lo confirmaron.
El 13 de diciembre, cuando cerraban las inscripciones al Congreso, decidieron votar de nuevo. La mayoría de los que estaban en contra de Velásquez se abstuvieron. Solo Goebertus, la aliada de Lozano y de la alcaldesa Claudia López (su esposa), votó en contra. La representante, graduada de Harvard, antes había anunciado que no buscaría la reelección y por eso podía votar los avales, perdió la batalla por detener la entrada de Velásquez al Verde.
La Silla supo por tres fuentes cercanas a las congresistas que Goebertus y Lozano están distanciadas desde entonces. Sin embargo, la representante Goebertus dijo a La Silla que "no existe ningún distanciamiento entre Angélica y yo”. Y no se quiso referir más al tema.
La senadora Lozano asegura que no están distanciadas, “pero tenemos una diferencia en estrategia. Simplemente ella tiene una candidata desconocida (Diana Rodríguez) y ese lujo hoy no me lo puedo dar. Ni con ella ni con nadie. Trabajo con siete candidatos”.
Pero, por ejemplo, en el lanzamiento de campaña a la senadora no fue Goebertus ni su candidata y no se han visto en las calles juntas como en otras campañas.
En cambio, Olga Lucía Velásquez logró el aval y ha recorrido Bogotá con Lozano, quien es muy influyente en la ciudad, donde apoya otras fórmulas, incluyendo a Catherine Juvinao.
Arrasadora entre las estructuras de base
En Davril, un restaurante en Chapinero, la edil Marcela Clavijo fue la anfitriona de una reunión en la que Velásquez hablaría de su trayectoria y sus propuestas. También haría lo mismo el candidato al Senado, Ariel Ávila.
El encuentro fue transmitido virtualmente para los que no pudieran estar presencialmente, como la candidata, quien dijo que tuvo “un bajón de defensas”. Mientras llegaban los participantes sonaba “Caracolí” de Silva y Villalba. Eran unas 30 personas.
“Yo soy una de las que me he echado al hombro la campaña de Olga Lucía Velásquez”, dijo la edil Clavijo, quien hace parte del Verde hace varios años. “He visto su trayectoria en Bogotá. Cuando me enteré de que iba a ser parte del partido dije ‘quiero trabajar con ella’”.
Velásquez tomó la palabra desde la sala de su casa. “Yo vengo de Villavicencio. Desde los 17 años llegué a Bogotá a trabajar en el día y a estudiar de noche, por eso sé cómo le toca de duro a los colombianos”, dijo. Agregó que es “una mujer hecha a pulso a la que no le han regalado nada”.
Como Clavijo, hay al menos otros 20 ediles que le arman reuniones diariamente a Velásquez. Los ediles, cargos elegidos por votos en cada localidad, tienen la tarea de identificar las problemáticas de la ciudad y son los que tienen el primer contacto con los ciudadanos dentro de un partido.
Hasta ahora, de los 18 candidatos a la Cámara que tiene el Verde en Bogotá, Velásquez es la candidata con más ediles a su favor. Incluso cuenta con el apoyo de Mario Velásquez, el edil del Polo en Santa Fe, que renunció a su partido. También está con ella la exedilesa liberal Tatiana Sabogal en Ciudad Bolívar.