Voto de desconfianza: así se creó la crisis de legitimidad del sistema electoral

Voto de desconfianza: así se creó la crisis de legitimidad del sistema electoral
jornada-votacion-marzo-2022.jpg

La confianza en el sistema electoral colombiano pasa por su peor crisis de legitimidad en décadas luego de las elecciones legislativas del 2022. Ayer el presidente Iván Duque citó a la mesa de garantías electorales y tanto desde el petrismo como desde el Centro Democrático piden un reconteo total de votos. Nadie quedó contento. Ganadores y perdedores, derecha e izquierda, lanzaron acusaciones de fraude. Además, todos señalan la incompetencia del registrador Alexander Vega.

Se trata de una crisis que lleva años cultivándose, a la que líderes como Gustavo Petro y Andrés Pastrana le han dado combustible, y que explota bajo el mandato errático del registrador Vega. Y eso que aún faltan dos vueltas presidenciales por disputar. Así llegamos a este punto:

1. El registrador Vega: de cuestionado a incompetente.

El abogado Alexander Vega llegó al cargo de registrador luego de hacer carrera en la rama electoral. Fue litigante en pleitos electorales buscando votos en los escrutinios o defendiendo a candidatos del partido de La U. Luego fue magistrado del Consejo Nacional Electoral.

De esa labor de litigante le queda una mancha que aún no ha podido limpiar. En las elecciones de 2010, según el hoy electo senador del Centro Democrático, Andrés Guerra Hoyos, Vega fue el mensajero del entonces magistrado del CNE, Marco Emilio Hincapié, para pedirle 1.200 millones de pesos a cambio de revisar unos escrutinios que Guerra estaba denunciando habían llevado a que perdiera una curul en el Senado por La U. Además de la denuncia, el hecho no fue investigado. 

Vega llegó a la Registraduría elegido por los presidentes de las tres altas Cortes, luego de haber sido el mejor en el examen de conocimiento, pero con una hoja de vida que tenía menos experiencia que sus competidores. Como registrador, Vega ha sido amigo de los partidos tradicionales. Esa cercanía se vio durante el trámite y aprobación del nuevo Código Electoral, la principal apuesta de Vega en su periodo. Se trata de una reforma de gran envergadura, que está atascada en la Corte Constitucional mientras surte un examen que impidió que fuera aplicado para estas elecciones.

La contratación de la Registraduría en el mandato de Vega también ha estado bajo lupa. Empezando por el del negocio de la biometría que favorece a unos particulares. Por ejemplo, contrató más 230 mil millones de pesos en la identificación, autenticación e inscripción biométrica — que se hace con las huellas o el rostro — de votantes, candidatos y jurados de votación de las elecciones de 2022. 

Los beneficiarios de esos millonarios contratos son Thomas Greg, Thomas Processing, Manejo Técnico de Información, Securid, Seguridad Móvil de Colombia, Prosegur, Grupo ASD, Opesa y Telefónica. Las empresas que desde hace varias elecciones controlan ese negocio en la Registraduría.

La entrega de contratos directos sin licitaciones también la ha aplicado en los softwares de escrutinio, que son justamente los que están en la mira por estos días. En diciembre pasado y con el calendario electoral encima le entregó a la española Indra el contrato de 27 mil millones para hacer el software de escrutinio de estas elecciones. 

Con estos antecedentes, en los últimos meses cuando los reflectores se ponen encima suyo, Vega ha tenido salidas en falso y poca disposición a poner la cara que terminan de opacar su gestión. 

Primero, cuando dijo, sin dar detalles, que en Colombia había 55 millones de personas y no 50 millones como reportó el Dane — que es la autoridad oficial para temas de población — dejando un manto de dudas sobre si en realidad votan los que deben votar, o si el censo electoral está inflado, o siguen votando los muertos.

Y luego, cuando de manera retadora dijo que en las elecciones “el que no sienta garantías, no debería presentarse”. Ahí, el rechazo a su gestión pasó las fronteras de la oposición de izquierda y generó voces de otros sectores políticos y de opinión

Finalmente, el día de las elecciones, el que mide a un registrador, la página de la Registraduría dejó de funcionar y muchos ciudadanos se quejaron de que no pudieron consultar su puesto de votación. Vega responsabilizó la falla a un ataque cibernético. Al día siguiente el fiscal general Francisco Barbosa salió a desmentir y dijo que se trató de un fallo de la plataforma contratada por la Registraduría.

2. El sistema de preconteo tiene fallas desde el 2018

El E-14 se ha vuelto un nombre conocido en el mundo político. En 2018, con base en la consulta abierta de estos formularios en redes sociales, Petro puso en duda la integridad del sistema electoral cuando disputaba la presidencia con Iván Duque. En ese entonces, sus pruebas fueron débiles, pero alertaron sobre el riesgo del preconteo con los formularios E-14.

Se trata del formulario en forma de tira, largo y rectangular. Con el E-14 los jurados de votación registran el número de votos en cada mesa. Por cómo está diseñado el sistema, los jurados tienen que hacerlo en tres formularios distintos, uno a uno, llenando la misma información a mano y con lapicero. Como se llenan por separado, muchas veces no coinciden, por errores humanos o por irregularidades, pues, en total, los jurados deben llenar más de 3 mil campos.

Una copia del E-14 se entrega a los registradores para hacer el preconteo. Esta es la sumatoria no oficial que hace la Registraduría el mismo día de las elecciones, comunicando por teléfono los resultados de los distintos formularios que hay en cada puesto de votación. La segunda copia, llamada la de los delegados, también se entrega a la Registraduría que lo escanea y lo sube a internet, donde cualquier persona lo puede consultar. El tercero, el único con el que realmente se cuentan los votos, se mete en la bolsa con los votos, que luego va sellada hasta el punto de escrutinio. Ahí, una comisión escrutadora compuesta por ciudadanos, jueces de la república, delegados de la Registraduría y de la Procuraduría hacen el conteo oficial de la elección con la tercera versión del E-14. Todo al frente de testigos electorales de los partidos.

En 2018, en medio del debate sobre irregularidades que suscitó Petro, la Misión de Observación Electoral (MOE), una ONG independiente que vigila las elecciones, publicó un informe donde confirmaba que las anomalías que se publicaron en redes sociales, con vigilancia ciudadana basada en el examen de los E-14 publicados en internet, existieron. Sin embargo, confirmaron que fueron menores, de alrededor de 70 mil votos en una elección de 19 millones. Aún así, la difusión de esos pocos casos en redes sociales sembró una profunda desconfianza, especialmente en la izquierda.

En sus recomendaciones de 2018, la MOE advirtió que “no encuentra razonable que no se disponga de un dispositivo (papel carbón, papel químico, digitalización, otros) que permita obtener copias idénticas de un mismo Formulario E14 original”. Cuatro años después, esas irregularidades se repitieron en una escala mucho mayor, sin que las advertencias del 2018 fueran escuchadas por el registrador Vega.

3. Un error garrafal de la Registraduría lleva al descuadre histórico del Pacto

No hay un antecedente para el descuadre de casi 400 mil votos entre el preconteo y el escrutinio que se registró en 2022. Del domingo al viernes el Pacto Histórico pasó de 16 a 19 curules en el Senado. Paradójicamente, aunque la corrección mostró que las salvaguardas del sistema funcionaban, es decir, que los votos se escrutaron bien, también desnudador fallas que en fueron denunciadas como fraude.

El problema ocurrió, según ha explicado el mismo equipo de vigilancia electoral del Pacto, por un error de diseño en el formulario E-14 con el que se registraron los votos de esa coalición de izquierda. Incluso Petro hizo una ilustración en Twitter donde le bajó el tono al lenguaje del fraude:

Al estar en la parte de abajo el espacio del Pacto Histórico, en el preconteo cerca de 25 mil mesas no lo reportaron, en una omisión tan sistemática que denota un error humano recurrente basado en el diseño.

El error, según advirtieron en el Pacto y la MOE, se había advertido a la Registraduría. Sin embargo, como explicó Alejandra Barrios, directora de la MOE, en estas elecciones no se citaron a las mesas técnicas para revisar el material electoral que se hacía tradicionalmente. Por eso el error se detectó pocos días antes de las elecciones, cuando según la Registraduría, fue imposible hacer una modificación.

4. Cambiaron los jurados a inexpertos y la capacitación no funcionó

Andrés Felipe López Carvajal tiene 21 años y una discapacidad cognitiva. Se graduó de bachiller el año pasado. A pesar de su condición y su juventud fue llamado a ser jurado de votación en un puesto de Neiva en las elecciones del domingo. No sabe cómo ni por qué lo eligieron, pero como lo llamaron y verificó en la página de la Registraduría que debía presentarse, cumplió el deber.

Como Andrés Felipe, muchos jóvenes que o nunca habían sido jurados o nunca habían votado, tuvieron que encargarse de recibir los votos, contarlos y llenar los formularios E-14.

“La falta de acceso a la información frente al proceso de selección y designación de los jurados de votación; así como deficiencias en la capacitación de los mismos, entre otros, explican los errores señalados en los formularios”, dice la Moe.

La inexperiencia de esos jurados, y las fallas en la capacitación de la Registraduría, explica parte del enredo en el que se volvió el preconteo. Muchos E14 han resultado ilegibles, con tachones, sin firmas de los jurados.

Tradicionalmente la función de jurados le correspondía a funcionarios públicos, y en especial a docentes. Pero esta vez el mecanismo de selección de la Registraduría convocó a muchos novatos.

Coincide este revolcón con algunos pronunciamientos públicos que venían haciendo partidos como el Centro Democrático para sacar a los funcionarios públicos, y en especial a los docentes, de ese trabajo de jurados. Eso, alegando una presunta inclinación de los maestros afiliados a Fecode con sectores de izquierda.

“Qué garantías tenemos los que vamos a ser candidatos a Cámara y Senado del Centro Democrático y de cualquier partido cuando desde esta organización sindical se le están enviando mensajes a los colombianos y a sus miembros de participar en las elecciones”, expresó en su momento el representante Cristian Garcés. 

El registrador Alexander Vega dijo que los 720 mil jurados de estas elecciones fueron escogidos con un nuevo sistema que “garantiza heterogeneidad en filiación política, en las mesas de votación”.

Petro, por el contrario, ha denunciado que hubo homogeneidad en los jurados y que eso pudo afectar los guarismos del Pacto.

Los detalles de ese nuevo sistema no se conocen. Pero tanto testigos electorales como delegados del Ministerio Público que se han encargado de realizar el escrutinio señalan a los jurados como los responsables de que se esté hablando de un posible fraude. 

5. El Pacto armó un buen dispositivo para verificar pero incendió las redes

En el Pacto Histórico, Gustavo Petro lideró la carga, “Voy a explicarles cómo desaparecieron centenares de miles de votos del Pacto para Senado”, dijo el 15 de marzo. Decenas de líderes del Pacto Histórico empezaron a denunciar un fraude masivo.

La acusación sobre un intento intencional para quitarle votos a la izquierda inundó las redes y contagió a políticos de otros grupos, como Fuerza Ciudadana, Nuevo Liberalismo y la Alianza Verde. Los casos de irregularidades denunciados por ciudadanos con errores en formularios E-14, fueron reiterados cientos de miles de veces.

Mientras tanto, había una operación seria y organizada de vigilancia electoral. Bajo la coordinación de Álvaro Echeverry, ex secretario del partido de la U y mano derecha del senador neopetrista, Roy Barreras, montaron desde el día D un sistema de monitoreo y vigilancia de los resultados.

Calculan que organizaron a unos 67 mil testigos electorales que prendieron las alarmas desde el domingo cuando vieron que en muchas mesas no aparecía ningún voto por la lista al Senado del Pacto Histórico. Eso, basándose en los E-14 de delegados que se iban subiendo a la página de la Registraduría.

El campanazo les sirvió para redoblar los ojos en el escrutinio. Barreras tomó la vocería en medios y se cuidó de hablar de fraude, pues anticipaba, como ocurrió, que los votos aparecieran en el escrutinio. En ese proceso, en Corferias, el Pacto Histórico convocó colectivos de testigos y abogados, algunos con un pago diario de 60 mil pesos, para ir de comisión en comisión constatando que en el escrutinio sí se registraron los votos que no salieron en los E-14 de delegados. 

Con Código Electoral en mano capacitaron a testigos para detectar no sólo las irregularidades en los E-14 sino también potenciales errores en la digitación de los escrutinios. Instrucciones para impugnar de ser necesario y pedir que se abrieran los sobres con los votos.

Esa labor se replicó en todo el país y por eso, del preconteo al reporte de escrutinio que entregó Vega el viernes, al Pacto Histórico le sumaron más de 390 mil votos. Esa operación no la aplicaron otros movimientos políticos. El Nuevo Liberalismo, por ejemplo, empezó a mandar testigos el jueves cuando el escrutinio ya había pasado el 80 por ciento.

6. La paranoia conspirativa de la derecha ante el crecimiento de la izquierda

La voz líder ha sido la del expresidente Andrés Pastrana: “Las cifras oficiales del registrador apestan a fraude a favor del Pacto Histórico”, dijo luego de que salieran los primeros resultados de los escrutinios el viernes pasado.

El expresidente inauguró una tradición de desconfianza en las elecciones desde la derecha del país, paradójicamente, siendo el hijo de Misael Pastrana, quien ganó las elecciones presidenciales en 1970 bajo un manto de irregularidades que le dio nombre al M-19, el movimiento guerrillero en donde militó Petro.

Pastrana ha sido el impulsor principal de una teoría conspirativa según la cual Petro tiene una oscura alianza con Indra, la compañía española que le vendió el software electoral a la Registraduría. La teoría, sin sustento construida sobre mentiras, de acuerdo al Detector de La Silla Vacía, está siendo difundida por personas de la derecha como Álvaro Uribe, los senadores Paloma Valencia y Ernesto Macías, y periodistas como Jorge Cura, cercano a la familia Char, y María Andrea Nieto, de la revista Semana. Ayer el Centro Democrático se unió de manera oficial, pidiendo un reconteo total de los votos. 

La teoría de Pastrana nació en febrero de este año, cuando Petro visitó España y habló en un evento de la fundación Euroamérica, al que asistió también un representante de Indra. Sin embargo, Petro mismo negó cualquier reunión privada y la compañía española le confirmó a La Silla lo mismo. Además, no hay ningún indicio de que el cambio de la votación del Pacto Histórico haya tenido que ver con el software electoral. A pesar de eso, se abrió un nuevo frente de desconfianza al sistema de elecciones, que lo deja entre dos fuegos a 10 semanas de las próximas elecciones.  

Publicaciones

Compartir