Hoy arranca el último mes en el que Iván Duque ejercerá la Presidencia. Con 46 años será el expresidente más joven de la historia del país y sólo recibirá la pensión vitalicia a la que tiene derecho dentro de cuatro años, cuando cumpla 50. Sale con una desaprobación del 65 por ciento, poco reconocimiento de los logros de su gobierno y un partido político resquebrajado y en donde no logró un ala propia. 

En este contexto, qué va a hacer una vez termine la Presidencia (fuera de un descanso) es una incógnita. Duque ha dejado abierta la puerta a seguir activo en la vida política nacional. En el mediano plazo, trascendió que quería llegar a la Corte Constitucional en una década, pero en el corto plazo, su futuro es aún incierto.

Basados en sus declaraciones y en la reportería con diez fuentes que lo conocen y saben de la movida diplomática y política, revisamos los tres caminos posibles del próximo expresidente.

Camino 1: Duque, líder político en Colombia

Ninguno de los cinco expresidentes vivos del país se han alejado totalmente de la vida pública, por lo que una opción de retiro prematuro de Duque fue descartada de tajo por la mayoría de consultados. “Yo no lo veo saliendo del país”, nos dijo un alto funcionario de Palacio que interactúa diariamente con el mandatario. “Lo veo en el ruedo, opinando y seguro seguirá defendiendo sus tesis”. Una sensación similar tiene un político uribista que habla con él cada semana.

Dentro de los planes inmediatos, según dijo Duque a La Silla en esta entrevista y algo fue reafirmado por la Casa de Nariño en esta reportería, el presidente tiene planes en el corto plazo de crear una fundación para la formación de líderes políticos y la defensa del medio ambiente, que se volvió al final de su mandato en una de sus banderas internacionales.

No está claro si Duque mantendrá un papel preponderante dentro de su partido, el Centro Democrático. “No busco responsabilidades en el partido”, dijo a La Silla en abril. Aunque salientes congresistas como Edward Rodríguez y Ernesto Macías consideran que Duque por ser presidente debería ser un líder natural de la colectividad, un sector del ‘uribismo purasangre’ —como María Fernanda Cabal, Joselito Guerra, Paloma Valencia— no quiere que Duque asuma un liderazgo dentro del partido en un futuro cercano, cuando haya recambio en sus directivas.

Prueba de que el presidente tiene planes inmediatos de quedarse en Colombia está en las inversiones que hizo en las últimas semanas en finca raíz. La Silla supo que compró una nueva vivienda al norte de Bogotá y tiene planes de comprar otra propiedad a las afueras de la ciudad.

“Él va a mantener un pie en Colombia”, sentenció el político uribista. El otro pie estaría en el extranjero, puntualmente en Estados Unidos.

Camino 2: Duque, la figura internacional

Washington es el segundo hogar de Duque. Allí pasó casi una década como jefe de la división de asuntos culturales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), formó lazos políticos y durante su último tramo de gobierno ha sido la ciudad que más ha visitado: tres ocasiones en menos de seis meses.

Estados Unidos es además donde ha impulsado buena parte de su agenda internacional del último tramo de mandato, enfocada en la protección del medio ambiente y la migración a través del estatuto temporal de migrantes, temas en los que ha tenido reconocimiento público (recibió una condecoración del think tank conservador Wilson Center hace dos semanas) y que también son del interés de la Casa Blanca.

Es por ese champú internacional y los lazos que tiene allá —además del intenso lobby que hizo para elegir a su aliado Mauricio Claver-Carone en el BID— que cinco fuentes en Washington (dos funcionarios del BID, un funcionario de una ONG con sede allá y dos empresarios) creen que el destino de Duque será la capital norteamericana.

Por ahora, no hay un puesto fijo en el horizonte de la capital gringa. Por un lado, un destino posible que era el BID (según dijeron dos de las fuentes consultadas) parece cerrado: la mayoría de países miembros aprobaron investigar a Claver-Carone, por una supuesta relación con una subordinada, lo que lo podría llevar a su destitución. Si esto ocurre, Duque se queda sin un ‘padrino’ clave.

Y por el otro lado, lograr un puesto diplomático para Duque, —como han señalado columnistas como Ana Bejarajo y Laura Gil en puestos como la Comisión para Refugiados o de medio ambiente en la ONU— tampoco se ve posible en el inmediato plazo. Para lograrlos hay que tener, entre otros apoyos, una postulación de un gobierno. Es improbable que Petro lo postule después que fue su máximo opositor y de lo que Duque ha dicho del presidente electo.

Además, no hay nadie en su gobierno haciendo lobby internacional para un nombramiento de alto nivel, como ocurrió, por ejemplo, con César Gaviria en la OEA.

“No hemos visto una campaña diplomática como la que se hizo para la CAF”, nos dijo, a su turno, una fuente diplomática colombiana, en relación al lobby que realizó la jefe de gabinete, María Paula Correa, a favor de Sergio Díaz-Granados para su elección como jefe de la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Camino 3: Duque, el académico

La pista más clara de un posible camino para el próximo expresidente la dio él mismo la semana pasada en una ceremonia de ascensos militares, donde dijo que quería ser profesor de los “soldados de Colombia”.

“Desde ya, puedo decir que será un honor muy grande volver a las escuelas de formación como profesor ad honorem”. De todos modos, no está claro si lo hará desde el próximo semestre y si será desde la Universidad Militar, donde se forman los uniformados, en la que el presidente de turno inaugura las clases cada año con la “Cátedra Colombia”.

De acuerdo a lo que le dijo un amigo del presidente a La Silla, desde hace tres meses a Duque le llegaron “invitaciones para dar charlas y cátedras de muchas universidades”. Ninguna invitación es pública hasta ahora.

La única propuesta pública es la de asistir a un fellowship de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Oxford, durante todo 2023, según publicó la revista Semana. Duque aún no la ha aceptado, según la misma publicación.

Soy la editora de la sección En Vivo, coordinadora de podcast de La Silla Vacía y dirijo los Huevos Revueltos con Política. Soy periodista de la Santo Tomás y tengo una maestría en ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario. Fui reportera política en El Nuevo...