En términos generales, Petro propone que el Banco de la República imprima más dinero cuando exista caída en la demanda, es decir, cuando la economía no está creciendo. Y que cuando haya demasiada demanda, solo debería imprimirse dinero para reemplazar los billetes viejos.
Petro usa indistintamente los términos “impresión” y “emisión” aunque tienen significados diferentes.
”Impresión” es producir billetes físicos; “emisión” es crear más dinero, sea o no físico. Los dos no son sinónimos, porque se puede emitir plata sin que sea en billetes, pues se puede transferir y circular por medios electrónicos, y se puede imprimir sin que se cree más dinero, por ejemplo al reemplazar un millón de billetes viejos de 20 mil pesos por otro millón de la misma denominación, pero nuevos.
Esa confusión aparece en muchas notas de prensa y en declaraciones pasadas de él, como cuando, el año pasado propuso que el Banco “imprimiera” 15 billones de pesos mensuales para financiar las ayudas que estaba entregando el Gobierno durante la pandemia, pero su afirmación apuntaba a que emitiera plata, no a que produjera billetes físicos por ese monto.
Ahora, para entender el argumento de Petro es importante entender cómo funciona la emisión.
El Banco de la República tiene una política monetaria que busca mantener la inflación bajo control. Así, define cuánta plata hay en la economía con ese norte.
Para eso, proyecta cuánta plata necesita la economía según parámetros como su crecimiento, la tasa de cambio o el desempleo. De acuerdo con eso, la junta directiva del Banco fija la tasa de interés a la cual el Banco le presta plata a los otros bancos, que luego le prestan a las empresas y familias.
Si el Banco les cobra menos, los bancos comerciales pueden prestar más barato y así llega más dinero a la economía; si presta más caro, los bancos suben las tasas.
La emisión ayuda a que las personas y empresas puedan gastar e invertir más, y por eso cuando ha caído la demanda el Banco sí ha puesto en circulación más dinero. Por ejemplo, en 2020, ante la pandemia, decidió comprar títulos de deuda a los privados, que cambiaron esos documentos por plata que empezaron a prestar a las personas. Ese es uno de los principales instrumentos que utiliza el Banco para aumentar o disminuir la cantidad de plata que circula.
El debate está en generar el dinero sin respaldo: no comprando títulos de deuda sino prestándole mucha plata a los bancos, o incluso directamente al Gobierno, a tasas muy bajas.
Según explica el Banco de la República, la riqueza de una economía no depende de la cantidad de dinero sino de lo produzca. Y cuando hay más plata sin que haya más producción, se genera inflación porque “hay más dinero tratando de adquirir la misma cantidad de bienes y servicios”.
Esas son situaciones que se han visto reflejadas en países como Venezuela y Argentina, donde el año pasado la inflación llegó a 2.959,8 por ciento y 36,1 por ciento, respectivamente.
La contracara de la política monetaria expansiva (cuando expande la cantidad de plata) es la contractiva, que aplica el Banco cuando la economía está desbordada o hay demasiada liquidez, para evitar justamente la inflación.
Marc Hofstetter, profesor titular de Economía de la Universidad de los Andes y Ph.D. en Economía de la Universidad Johns Hopkins le explicó a La Silla que en esos casos “el Banco aprieta la política monetaria para que la cantidad de dinero crezca más lento o podría en algún caso incluso reducir la cantidad de dinero”.
En la afirmación que revisamos, Petro no aclara si propone más impresión con o sin respaldos financieros, lo que deja por fuera las implicaciones que tiene una política monetaria.
Gerardo Hernández, miembro de la junta del Banco, le explicó a La Silla que las propuestas económicas se deben presentar con sus implicaciones, que en este caso es el riesgo de inflación.
Sobre la afirmación, es cierta aunque limitada a la impresión y no a la emisión.